MEDIO AMBIENTE | Retirada de plaguicidas tóxicos
La UE se lanza a proteger la salud de las abejas
Una abeja sobre una flor de jara. | J. Barbancho
Cada invierno, desde hace algunos años, miles de apicultores de todo el mundo encuentran sus colmenas vacías de la noche a la mañana. Enjambres enteros se desvanecen sin dejar rastro. El responsable es el llamado Trastorno del colapso de las colonias (CCD por sus siglas en inglés), también conocido como desabejamiento, una enfermedad que tiene desconcertada a la comunidad científica y que podría hacer peligrar la supervivencia de una especie básica para la biodiversidad.
Se calcula que Estados Unidos está perdiendo cada temporada un tercio de su colonia apícola debido a este problema. Sin embargo, las causas de este fenómeno permanecen desconocidas. El presidente de la OIE (Organización Mundial de la Sanidad Animal), Bernard Vallat, ha dado la voz de alarma, y advierte que, de no tomarse medidas, la situación podría desembocar en un «terrible desastre biológico».
Pero la importancia de las abejas transciende el mundo natural y alcanza al económico: se calcula que un tercio de la producción mundial de alimentos depende directamente de las abejas, cuya labor de polinización es indispensable para los cultivos. Eso significa que unos 30.000 millones de euros de la economía mundial están ligados al sector apícola.
Un documental estrenado en 2009 y llamado 'Vanishing the bees' (La desaparición de las abejas) ya mostraba la enorme relevancia de ciertos productos químicos agrícolas en este problema mundial.
Precisamente, el Parlamento Europeo (PE) acaba de reclamar la adopción de medidas urgentes para proteger la salud de las abejas, amenazadas por el aumento de la mortalidad de sus colonias a escala mundial.
Entre los factores que contribuyen a la mortalidad de las abejas, el informe menciona, además de los plaguicidas, la presencia de ciertos parásitos, la falta de medicamentos específicos, la disminución del forraje silvestre y la diversidad, los campos electromagnéticos y los organismos genéticamente modificados (OGM).
Para responder a las amenazas, el PE aboga asimismo por la creación de una estrategia global de medicamentos para las abejas, que identifique para cada enfermedad las condiciones de actuación y los tratamientos adecuados.
El PE insta asimismo a Bruselas a estudiar la posibilidad de extender la cobertura del Fondo Veterinario de la UE a las enfermedades que afectan a ese insecto y de elaborar una guía de buenas prácticas apícolas y en materia de higiene. El informe alerta de que pasar por alto el declive de las poblaciones de abejas podría tener un "grave impacto negativo" en la agricultura, la producción, la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y los ecosistemas.
En la UE existen unos 700.000 apicultores, entre los que hay profesionales, aficionados y también productores agrícolas que tienen esta actividad como complemento de sus ingresos.
España es el país con más colmenas (con 2.459.373, el 17% de la UE) y el que más se beneficia de los fondos europeos para el segmento apícola; sus planes nacionales tendrán un presupuesto anual de 11 millones de euros, 5,5 millones de euros procedentes de las arcas comunitarias.
Se calcula que Estados Unidos está perdiendo cada temporada un tercio de su colonia apícola debido a este problema. Sin embargo, las causas de este fenómeno permanecen desconocidas. El presidente de la OIE (Organización Mundial de la Sanidad Animal), Bernard Vallat, ha dado la voz de alarma, y advierte que, de no tomarse medidas, la situación podría desembocar en un «terrible desastre biológico».
Pero la importancia de las abejas transciende el mundo natural y alcanza al económico: se calcula que un tercio de la producción mundial de alimentos depende directamente de las abejas, cuya labor de polinización es indispensable para los cultivos. Eso significa que unos 30.000 millones de euros de la economía mundial están ligados al sector apícola.
Un documental estrenado en 2009 y llamado 'Vanishing the bees' (La desaparición de las abejas) ya mostraba la enorme relevancia de ciertos productos químicos agrícolas en este problema mundial.
Precisamente, el Parlamento Europeo (PE) acaba de reclamar la adopción de medidas urgentes para proteger la salud de las abejas, amenazadas por el aumento de la mortalidad de sus colonias a escala mundial.
Hacia la prohibición de algunos plaguicidas
El pleno de la Eurocámara aprobó un informe del eurodiputado socialista húngaro Csaba Sándor Tabajdi que insta a Bruselas a prohibir el uso de ciertos plaguicidas y reclama la puesta en marcha de campañas para concienciar sobre la gravedad el problema. En particular, reclama el establecimiento de un calendario que prevea, a largo plazo, la retirada definitiva del mercado de los plaguicidas neurotóxicos y de los productos de uso agrícola que contengan estas sustancias.Entre los factores que contribuyen a la mortalidad de las abejas, el informe menciona, además de los plaguicidas, la presencia de ciertos parásitos, la falta de medicamentos específicos, la disminución del forraje silvestre y la diversidad, los campos electromagnéticos y los organismos genéticamente modificados (OGM).
Para responder a las amenazas, el PE aboga asimismo por la creación de una estrategia global de medicamentos para las abejas, que identifique para cada enfermedad las condiciones de actuación y los tratamientos adecuados.
Buenas prácticas agrícolas
También pide el apoyo a programas de reproducción centrados en la tolerancia a las enfermedades y los parásitos, en particular contra el ácaro 'Varroa destructor', que contribuye a debilitar el sistema inmunitario de las abejas y favorece el desarrollo de un virus letal cuando no se trata.El PE insta asimismo a Bruselas a estudiar la posibilidad de extender la cobertura del Fondo Veterinario de la UE a las enfermedades que afectan a ese insecto y de elaborar una guía de buenas prácticas apícolas y en materia de higiene. El informe alerta de que pasar por alto el declive de las poblaciones de abejas podría tener un "grave impacto negativo" en la agricultura, la producción, la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y los ecosistemas.
En la UE existen unos 700.000 apicultores, entre los que hay profesionales, aficionados y también productores agrícolas que tienen esta actividad como complemento de sus ingresos.
España es el país con más colmenas (con 2.459.373, el 17% de la UE) y el que más se beneficia de los fondos europeos para el segmento apícola; sus planes nacionales tendrán un presupuesto anual de 11 millones de euros, 5,5 millones de euros procedentes de las arcas comunitarias.
el dispreciau dice: las abejas son permanentemente atacadas por las actividades humanas, deforestación irracional (bien visible en los países de América Latina), agroquímicos que diezman sus colonias hasta exterminarlas, telefonía celular, redes de transferencia de alta energía, contaminación ambiental por emisión de componentes tóxicos... ¿cuánto durará la civilización humana sin las abejas?... muy poco, no más allá de los cuatro años... ¿y después?... vendrán los discursos políticos argumentando las mentiras de siempre, así como aparecerán corporaciones asegurando que ellos son buenos muchachos que todo lo protegen (salvo los intereses y las necesidades de los muchos). Y una vez más el mundo humano enseña sus desquicios. Nada distinto a lo que se hace con las ballenas y los delfines y los tiburones y cualquier otra especie que pretende convivir en un planeta donde prima la irracionalidad. Sí, las abejas se hallan en serio peligro, nada distinto a lo que se percibe para la humanidad misma... el planeta es el mismo, por ende ninguno está exento de la extinción potencialmente factible en el corto plazo. La UE está consumida por los dramas que le han impuesto las corporaciones estafadoras de destinos sociales, nada distinto ocurre en el resto del mundo... las abejas, serán prioridad cuando sea demasiado tarde y curiosamente, hoy es demasiado tarde. Noviembre 20, 2011.-
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