PRESENTACIÓN | Presentación de 'El primer naufragio'
Pedro J. Ramírez: 'La Revolución Francesa sirve de espejo a la vida española'
- Ramírez: 'Las pautas de las experiencias totalitarias están aquí resumidas'
- Aguirre arremete contra los indignados: ''Es el mismo populismo de 1793'
- Bono: 'Si lo que representan es negar el valor de las urnas, me quedo con las urnas'
La actualidad política ha estado muy presente en la presentación de 'El primer naufragio', el primer libro de Historia de Pedro J. Ramírez, que aborda los cuatro convulsos meses de la Revolución Francesa desde que Luis XVI pasó por la guillotina hasta el golpe de Estado jacobino, en la primavera de 1793. "La revolución no sólo es apasionante, sino que sirve de espejo a momentos de la vida española", aseguró Ramírez ante un auditorio atestado, con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, en primera fila.
"Esto daría para un segundo libro. [Están aquí] el jefe de Gobierno, el que quiere serlo y El Corte Inglés (…).Sólo se van a enfadar quienes no están aquí, señor presidente", bromeó el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, al inicio de su intervención.
Además de Zapatero y Rajoy, acudieron a la presentación el ministro de Industria, Miguel Sebastián; el alcalde madrileño, Alberto Ruiz Gallardón; la presidenta castellanomanchega, Dolores de Cospedal, la concejala madrileña Ana Botella o el vicesecretario general del PP, Esteban González Pons. Tampoco faltaron nombres de la cultura, como la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada, la presidenta de Unidad Editorial, Carmen Iglesias y la baronesa Thyssen, Carmen Cervera.
Indignados, democracia o totalitarismo han estado en boca de los encargados de la presentación del libro. 'El primer naufragio' "pone ante nuestros ojos lo más siniestro de los movimientos callejeros, incluso los de hoy. No existen atajos revolucionarios", dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien en un lapsus lo llamó 'El último naufragio', despertando sus risas y las de los asistentes.
En su intervención, la presidenta madrileña arremetió contra los modernos 'enragés', a quienes llamó desde "camorristas" a "demagogos" y "granujas". Aguirre también hizo una crítica velada a contra los políticos que buscan la connivencia con los indignados, aparentemente en alusión al candidato socialista, Alfredo Pérez-Rubalcaba.
Indignados y golpe de Estado
"Nunca es el pueblo el que desata la revolución, sino que termina cumpliendo la voluntad de líderes manipuladores. También los 'indignados' se consideran autorizados para decidir quién es el pueblo. Es el mismo populismo de 1793", dijo entre aplausos la presidenta madrileña, que aludió a los incidentes del pasado junio ante el Parlament. "Bajo el eufemismo de democracia directa se puede esconder el golpe de Estado", advirtió."Nadie va a creer que entregué mi original en enero, antes de que nadie hablase del 15-M o de los indignados", aseguró el director de EL MUNDO durante su intervención.
Su nuevo libro –"un reportaje de batalla que se lee con sumo agrado", en palabras del presidente de la Real Academia de Historia, Gonzalo Anes- analiza el primer golpe de Estado contra un Parlamento elegido democráticamente, la Convención nacional, entonces electa mediante sufragio universal masculino.
Totalitarismos que se repiten
La Historia "ha presentado siempre esta lucha [entre girondinos y jacobinos] como una batalla equilibrada entre dos facciones organizadas. El libro rompe con este tópico: los girondinos no estaban organizados de ninguna manera", explicó el embajador francés en España, Bruno Delaye, durante el acto, celebrado en la Residencia de Francia. 'El primer naufragio' "demuestra la tesis archiminoritaria de que los girondinos [como grupo organizado] eran una invención de los jacobinos", aclaró Ramírez."Las pautas de las experiencias totalitarias están aquí resumidas. (…) El más imperfecto de los parlamentarismos tiene menos riesgos que todas estas experiencias", prosiguió, al tiempo que recomendaba su libro a "diputados y senadores".
"Si lo que quieren representar [los 'indignados'] es negar el valor de las urnas, me quedo con las urnas antes que con las masas parisinas", dijo por su parte Bono, quien se mostró de acuerdo sólo a medias con la presidenta madrileña: "Yo que los he tenido cerca [a los indignados], 'masa' hasta cierto punto…", ironizó el presidente del Congreso de los Diputados, en una intervención con aire de despedida, pues ha coincidido este lunes con la firma del decreto que disuelve las Cortes.
"Deberíamos recordar que nuestro éxito está en ponernos de acuerdo, porque la razón no es de Rajoy ni de Zapatero, es de los españoles", concluyó Bono.
Ramírez, por su parte, cerró su intervención agradeciendo a ambos su presencia. Al primero, le dio un aviso -"Si el resultado de las elecciones es el que las encuestas pronostican, le queda una tarea hercúlea"- mientras al segundo le agradeció "su cordialidad personal y su buen talante a la hora de soportar las críticas más acerbas".
Además de representantes de la clase política, en el acto también estuvieron presentes miembros del mundo de la empresa –como Borja Prado, presidente de Endesa, Baldomero Falcones, presidente de FCC o Luis del Rivero, presidente de Sacyr-, el deporte -Florentino Pérez, presidente del Real Madrid- o incluso la crónica social, como Carmen Lomana.
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