El análisis
Mucho más que una negligencia
Por Fernando Rodriguez | LA NACION
Nunca nadie sabrá qué pasó por la mente del conductor del colectivo esas décimas de segundo antes del choque, cuando decidió cruzar la vía aunque las señales sonoras y lumínicas, y la barrera medio baja, indicaban la inminencia del paso del tren. Nada justificará su temeraria imprudencia, que terminó con su vida y las de otras diez personas , con centenares de heridos, familias diezmadas por el dolor y víctimas con secuelas que hoy es difícil de evaluar.
Sin embargo, reducir lo que pasó a la negligencia del chofer no deja enseñanza alguna; apenas refuerza la idea de que persiste una arraigada cultura de quebranto de las reglas de tránsito y de la temeridad de muchos a la hora de cruzar las vías. Donde aparece tema para el debate es en aquello que puede impulsarse para minimizar el "factor humano". Allí es donde las obras de infraestructura ferroviaria deben hacer la diferencia . El Estado tiene un papel fundamental. Miles de muertos cada año y casos que se repiten a diario muestran que los pasos a nivel son el punto crítico. Túneles, "sapitos", soterramientos son las soluciones más factibles antes que un hipotético tendido elevado de las vías. Así, la respuesta correcta es avanzar en el reemplazo de la mayor cantidad de barreras para eliminar los cruces , peligrosos para peatones y automovilistas.
Hacer que la línea Sarmiento corra en trinchera desde Once al menos hasta Liniers es una promesa que tiene no menos de una década. Muchos de los políticos que ayer recordaron ese compromiso fallido y opinaron sobre el caso no tenían, hasta ahora, el tema en su agenda de trabajo. La cuestión merece convertirse en una política de Estado.
Y si es cierto que las distintas administraciones (nacionales y provinciales) están en mora en cuanto a algunas obras de ingeniería ferroviaria posibles; también es cierto que cuando algún avance se advierte aparecen resistencias -fundadas e infundadas- en los barrios donde aquellas soluciones podrían hacer más segura la circulación vehicular.
En la Capital, la Justicia frenó la construcción de 11 viaductos; formalmente, por falta de estudios de impacto ambiental; los amparados alegaron que esos pasos para el tránsito liviano no son prioritarios. El anuncio de cada obra dio paso a quejas de vecinos. Comerciantes, con razón, auguran que el obligado cierre de la circulación de vehículos y personas los condenará; propietarios de viviendas particulares, también con razón, temen que el aumento del tránsito en las calles afectadas al reordenamiento transitorio del tránsito afecte la cotidianidad de sus barrios e, incluso, cause daños en estructuras edilicias.
Esos problemas existen y deben ser atendidos por el Estado; si eso ocurre y los afectados entienden que sus gobiernos se preocuparán por cuidar sus intereses y compensarlos rápidamente, de ser necesario, posiblemente las posiciones se acerquen y ganen la generosidad y la solidaridad. Entonces, es probable que se logre el necesario consenso entre el sector público y el privado para avanzar en la postergada solución.
Mucho más que una negligencia - 14.09.2011 - lanacion.com : - Enviado mediante la barra Google
el dispreciau dice: la irresponsabilidad civil se aprecia en cada esquina de la República Argentina... la irracionalidad de algunos individuos se puede observar ante semáforos en rojo, o bien empujando a otros que vienen por delante a hacerlo por el sólo hecho de evitar un accidente mayúsculo... no es lo único. Sucede lo propio en los "boliches" donde la droga y los estupefacientes están tan liberados como el alcohol... adelantarse en curvas extremadamente peligrosas de rutas o caminos de montaña... el asunto es trangredir y demostrar que el otro que "espera" su lugar es un idiota que no merece "vivir"... y finalmente, te atropella la realidad y te das cuenta que los super-héroes también mueren. Lo de ayer, espantoso por dónde se lo mire, demuestra que Argentina no aprendió nada después de Cromagnón, ni siquiera a escribirlo como Dios manda (Cromañón)... y más evidente aún cuando uno que comprueba que la "injusticia" reinante, tanto como el estado ausente, da lugar a que la sociedad transite su propia anarquía, avalada siempre por las zonas liberadas de la policía y sus socias de la "inseguridad ciudadana", tan mentidas por los funcionarios todopoderosos como cualquiera otra cosa de aquellas de las que forman nuestras rutinas... Hay imprudencia en todos lados, en especial en los jóvenes que expresan un temible desprecio por la vida propia y ajena [miles de personas que se muestran peleadas con sus vidas y no escatiman esfuerzos por arruinar la de los prójimos]... y lo de ayer, impensado, trágico, se olvidará tan rápido como a los medios periodísticos [tan falaces como el mundo político] les convenga otro drama de los que suelen vender diariamente... y Argentina se seguirá consumiendo en discursos vacíos de realidades que inventa la clase política para seguir sintiéndose onmipotente ante una sociedad que además de no saber hacia dónde va... tampoco quiere enterarse. Lamentable visión del otro 50 por ciento... la decadencia está más viva que nunca. Septiembre 14, 2011.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario