Avanza el centro binacional Max Planck
"Créame, lo que vi aquí es realmente sobresaliente"
Lo dijo Florian Holsboer, después de recorrer las instalaciones del nuevo instituto asociado
Viernes 17 de diciembre de 2010 | Publicado en edición impresa
Nora Bär
LA NACION
Décadas de astucia autóctona sentencian que, aquí, "lo que es de todos no es de nadie". Sin embargo, el nuevo edificio que crece aceleradamente en el predio de las ex Bodegas Giol, entre las calles Juan B. Justo, Godoy Cruz, Soler y Paraguay, parece desmentirlo: aunque es un emprendimiento del sistema científico nacional, tanto quienes lo concibieron como sus constructores, y encargados administrativos, están exultantes.
Sin duda, dos de los más entusiastas impulsores del primer centro de investigación que funcionará allí y el primer instituto asociado que la Sociedad Max Planck tendrá en América latina son los doctores Florian Holsboer, director del Instituto Max Planck de Psiquiatría, y Eduardo Arzt, cofundador del Laboratorio de Fisiología y Biología Molecular, del Conicet y la UBA.
"Quería ver cuál había sido el progreso en estos últimos seis meses y me asombré -exclama Holsboer, que ayer recorrió junto con Arzt y el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, las nuevas instalaciones que albergarán en un primer momento a 45 investigadores y, al cabo de cinco años, a unos 120-. Estoy acostumbrado a construir edificios de laboratorios, hospitales... vi a muchos de ellos surgir de un boceto, pero créame: lo que vi aquí es realmente sobresaliente. ¡En tan poco tiempo! Y gran parte de esto se debe a este caballero [dice, señalando a Arzt], con su mezcla de diplomacia y firmeza."
Si todo sigue como está previsto, ambos científicos estiman que el nuevo centro, que ocupará mil doscientos metros cuadrados distribuidos en cuatro pisos, estará funcionando antes de que finalice 2011.
En la recorrida también participaron algunos de los investigadores que trabajarán en los flamantes laboratorios. Tres viven en la Argentina, y uno, Damián Refojo, volverá al país desde Munich. "Normalmente es muy conversador -bromea Holsboer-, pero cuando vio cómo marcha la obra, se quedó mudo. Estaba en shock. Y pensar que hace menos de cinco años estábamos parados con Eduardo mirando un edificio en ruinas y preguntándonos si alguna vez sería realidad lo que planeábamos..."
Holsboer, que dirige nada menos que el instituto en el que Alois Alzheimer realizó los estudios sobre la patología que hoy lleva su nombre, explica que el nuevo centro binacional trabajará en la ciencia más básica para luego utilizar los resultados en la resolución de necesidades insatisfechas "de la sociedad que paga por las investigaciones".
"Antes, la medicina se basaba en la reparación -afirma-; en el futuro, lo hará en la prevención. Y nuestro instituto está en ese camino: queremos entender los mecanismos moleculares de distintas patologías neurodegenerativas, pero no para detenernos ahí y decir «Ok, ya sabemos cómo funciona». Queremos poder interferir en etapas tempranas, antes de que se manifiesten los primeros síntomas."
Las paredes, algunos muebles, ascensores y hasta el aire acondicionado de las nuevas instalaciones diseñadas con criterios ecológicos ya permiten imaginar algunos de esos logros. Holsboer no deja de asombrarnos cuando afirma: "En Alemania nos hubiera llevado más tiempo. Podemos aprender de la Argentina", asegura.
"Créame, lo que vi aquí es realmente sobresaliente" - lanacion.com
viernes, 17 de diciembre de 2010
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