sábado, 11 de diciembre de 2010

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[1/2]-La crisis en la educación / Entrevista con el autor de ¡Basta de historias!
"Defender la universidad pública gratuita es penalizar a los pobres"
Para el periodista Andrés Oppenheimer, sólo la presión social generará cambios educativos
Viernes 10 de diciembre de 2010 | Publicado en edición impresa .
Patricio Bernabé
LA NACION


En su último libro, ¡Basta de historias! , desmenuza el éxito que han tenido varios países del mundo para llevar adelante mejoras en la calidad educativa. Realizó cientos de entrevistas, comparó sistemas de enseñanza y analizó resultados. Todo ello lo lleva a sostener que en la Argentina y en la región la solución a los problemas educativos "no va a venir de los gobiernos ni de los políticos, sino de la presión social".

De visita en el país, el periodista Andrés Oppenheimer, columnista de La Nacion, dijo además que la universidad pública gratuita en definitiva "penaliza a los pobres", ya que son ellos los que terminan subvencionando "los estudios de los más ricos", y que los magros resultados de la Argentina en el reciente estudio PISA serían "un escándalo" en otro país.

-Apostar a la educación parece ser la mejor receta, ¿por qué entonces tantos países en nuestra región no lo consideran una prioridad?

-En la Argentina, como también en el resto de América latina y en Estados Unidos, todo parece estar centrado en la economía, y el crecimiento económico por sí solo no va a resolver el problema de la pobreza si no viene acompañado de una mejora en la calidad educativa. Tenemos que poner la educación en el centro de la agenda política de nuestros países. Es lo único que nos va a sacar de la mediocridad y la pobreza.

-¿Hay una salida para que los gobiernos cambien su actitud?

-La solución no va a venir de los gobiernos ni de los políticos, por más bienintencionados que sean, porque piensan en metas a cuatro años, en plazos electorales, y la inversión en calidad educativa, en formación docente, rinde frutos en 10 o 15 años. Ellos nunca van a invertir en aquellas cosas que no salen en la foto. Van a invertir en un puente, en un camino. La solución tiene que venir de la presión social, como ocurrió en Brasil. Allí, los grandes empresarios se juntaron con los dueños de los principales medios de comunicación, con actores, deportistas y crearon un movimiento unificado de presión al gobierno y los sindicatos, para que se invierta en la calidad educativa. Se fijaron metas muy concretas y medibles en el tiempo e hicieron una campaña pública impresionante. Tuvo un éxito extraordinario, a tal punto que el gobierno de Lula tuvo que adoptar el programa. En muchos de nuestros países, cada empresario tiene una fundación, lo que es muy loable, pero hay que tener un mensaje unificado, no esfuerzos dispersos.

-Para mejorar la educación los docentes deben estar bien pagos, en eso la sociedad está de acuerdo, pero la constante metodología del paro y de las movilizaciones termina a veces por cansar...

-En Finlandia, país que obtiene los primeros lugares en todos los tests educativos internacionales de la secundaria, para aspirar a ser maestro tenés que tener las más altas calificaciones en la escuela secundaria, es decir, ingresan los mejores. Se rinde un examen para entrar al magisterio. Y una vez que se egresa, se paga según el mérito del profesor en el aula. Si los alumnos obtienen buenas calificaciones en los tests evaluativos comparativos, ese maestro va a ganar más que aquel cuyos alumnos tienen peores calificaciones. La Argentina gasta más del doble que China en educación en comparación con su PBI, pero China está obteniendo mejores resultados, porque es mucho más exigente. En Japón el año escolar tiene 243 días, en Corea del Sur 220, en la Argentina 180... y si contamos los paros a veces son 160 o 140. ¿Cómo vas a competir así en el mundo? Y eso sin contar la jornada escolar. He visto a chicos en China, Corea, Singapur o la India que asisten a institutos nocturnos de apoyo a las 9 de la noche para poder sacarse mejores notas. El tema no es gastar, sino gastar bien.

-Un punto conflictivo en la Argentina es el de la universidad pública gratuita. ¿Debe seguir así?

-Yo no puedo decir qué receta hay que aplicar, pero en países muy diferentes ideológicamente, como China, Chile, Singapur y la India, que avanzan muchísimo en materia en educación, ciencia, tecnología, y también en reducir la pobreza, cobran a los estudiantes que pueden pagar, para subvencionar a los que no pueden. El argumento de la universidad gratuita y para todos era válido hace cien años, cuando los gobiernos y sus brazos impositivos no sabían cuánto dinero tenía el contribuyente. Hoy en día está todo registrado. Muchos chicos han asistido a secundarios donde la cuota es de 4000 pesos, pero luego entran a la universidad y no pagan nada. Defender la universidad gratuita para todos, entre ellos los ricos, es penalizar a los pobres, a los que estudian y también deben trabajar y terminan abandonando los estudios. Habría que cobrarles a los que pueden pagar para ayudar a los otros.

-¿Qué reflexión cabe después de observar los resultados obtenidos por la Argentina en el estudio PISA, que la muestra cada vez más relegada?

-Eso debería ser un dato movilizador. En cualquier país del mundo sería un escándalo, porque eso es lo que va a definir si la Argentina va a ser un país del primer mundo de aquí a 20 años. De todas formas, creo que hay también lugar para el optimismo. Tenemos un potencial enorme en los jóvenes, que permite tener esperanza sobre el futuro.

-En el libro se menciona que la Argentina produce muchos más psicólogos que ingenieros...

-Sí, tal cual, y eso es un disparate. La meta de un país debería ser reducir la pobreza en democracia, y estamos en la era de la economía del conocimiento. Hay países como Finlandia, que ponen cupos para cada carrera. Sin desmerecer a psicólogos o filósofos, quizá la solución esté allí, o en crear una cultura que exalte más a los ingenieros, a los técnicos, a los científicos, que son los que en definitiva hacen avanzar un país. Cualquier chico argentino puede nombrar a los once jugadores del seleccionado de fútbol, pero probablemente no pueda mencionar a un solo científico.
"Defender la universidad pública gratuita es penalizar a los pobres" - lanacion.com




[2/2] La prueba PISA 2009 dispara la polémica
Expertos y diputados opinan distinto del Gobierno

Viernes 10 de diciembre de 2010 | Publicado en edición impresa .

Especialistas en educación, diputados y hasta el gremio docente Ademys rechazaron la propuesta del Ministerio de Educación de proponer un examen distinto del PISA, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), para evaluar la calidad educativa en el país y la región, luego de que se conocieran los últimos resultados, que evidencian un retroceso para nuestro país frente a otras nacionales de la región y del mundo.

El estudio, sobre el que La Nacion informó anteayer, examina el nivel de conocimientos en matemática, comprensión de lectura y ciencia de todos los adolescentes de 15 años que estén en la escuela, independientemente del nivel educativo alcanzado. Entre 65 países, el puntaje argentino ubica al país en el puesto 58 de una escala de posiciones.

Un experto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Jaime Vargas, advirtió: "Hay que tener cuidado en las comparaciones entre países por las diferencias de cobertura a los 15 años". Y agregó: "Si los chicos están atrasados es una alerta para ese sistema ya que se puede estar generando una atraso acumulativo importante". De ahí que para el experto, los resultados de la pruba PISA arrojan "información valiosa".

Luego de la difusión de estos resultados y la reacción del Gobierno, una de las voces que se levantaron fue la del diputado nacional Eduardo Amadeo (Peronismo Federal).

"Proponer otro sistema de medición es un escándalo. La Argentina está peor que países mucho más pobres y mucho más ricos; países que gastan más y que gastan menos que nosotros en educación; países con más y con menos matrícula educativa", dijo el legislador. Afirmó: "Por ello, la mejor decisión es tomar el fracaso como un desafío, en lugar de tomarlo como una conspiración o como un error técnico".

El secretario general del gremio docente Ademys, Carlos Ortiz, afirmó: "Hace años que venimos denunciando la grave crisis que atraviesa nuestro sistema educativo. Hoy la escuela es la expresión de una profunda fragmentación social, vaciada de valores y contenidos significativos".
La prueba PISA 2009 dispara la polémica - lanacion.com


el dispreciau dice: la educación argentina, desde el jardín de infantes hasta la universidad está consumida por la desidia de un estado ausente que sigue sin entender, sin comprender, sin atender, los problemas de fondo y como consecuencia de ello, restando potenciales capacidades y talentos a favor de la pobreza y la exclusión. Ningún sistema educactivo calificado y que se precie de tal puede ser gratuito, lo cual no implica que quienes no cuentan con los recursos apropiados queden marginados por su incapacidad de pago. Antes bien, talentos mediante, voluntades mediante, esfuerzos mediante, deben acceder a una educación que comprenderá compromisos con el país y su inversión en recursos humanos, esto es que esa persona deberá con su trabajo, con su profesión, y con su capacidad reintegrar el esfuerzo colectivo y equitativo que otros hicieron para que él llegara a su meta (que es la del país), brindando entonces oportunidades a otros en su misma condición inicial. Pero para ello ningún claustro puede tener sus ventanas rotas, sus paredes sucias o pintadas, sus escaleras arrasadas, sus ascensores en permanente fuera de servicio, con servicios sanitarios que dan vergüenza ajena (que ningún político usa), y cientos de miles de observaciones y etcéteras que hacen a nuestro eterno folclore de pretender vender algo que no existe... traducido en deficiencias de cualquier índole y factor que se justifican en presupuestos siempre manipulados para denigrar al otro. La educación que tenemos es aquella que ha sido forjada por años de disparates y falacias ejercidas por los gobiernos militares y por demócratas que tienen una absoluta falta de coherencia y una consecuente ausencia de capacidad de gestión. Argentina está construida sobre la trampa del estado ausente y todo lo que deviene de allí comulga con dicho principio... [=]nada. No hace falta un informe internacional para darse cuenta que los jóvenes no están en condiciones de articular una frase, que no saben dónde colocar un verbo, ni dónde poner el sujeto que se ha quedado sin predicado. En esta aberración de regalar títulos y certificados a cambio de la sola presencia ni siquiera justificada por asistencias, tiene lugar un desajuste neuronal que se ve alimentado por falta de los nutrientes nacesarios, sea por las gaseosas, sea por las hamburguesas que regalan grasas vacías que hacen daño pero conforman el momento. Además, si mucho es lo que está mal, por qué no lo va estar la educación?, si hasta hubo un gobernador (o varios) que regalaban a las escuelas computadoras de cartón para que los alumnos se imaginaran como era formarse para manzaneras, sin trabajo, mal alimentados y sometidos en la dignidad por carecer de la condición para ser considerados ciudadanos. Hoy, otros gobernadores salen en la foto haciendo donaciones a las escuelas que luego serán quitadas... (hacen lo mismo con hospitales así es que no hay que sorprenderse de nada). Tenemos lo que toleramos y esta sociedad está sometida a las incapacidades de una clase política que carece de dones y mucho más de talentos porque sencillamente aparecen en la política para poder ventajear al ciudadano y evitar trabajar... triste pero real. Usted dirá que algunos políticos tienen valores personales ciertos, sí es verdad, pero son los menos y justamente ellos (los destacados) están atados de pies y manos por los otros... los producidos durante la década infame de los años noventa. Argentina ha perdido substancia y eso está a la vista de conductas tales como la de Villa Soldati, o de apreciar cómo el país se ha llenado de villas que la clase política niega insultando la inteligencia del ciudadano, para luego darle clases de moral y civismo en medio de una corrupción que espanta, describiendo la importancia de una seguridad al tiempo que algún extraño le invade su propiedad para dejarlo sin sus pertenencias, bajo el amparo de derechos humanos del lado oscuro, que siempre vivió a expensas del esfuerzo ajeno (incluyendo en ello al propio estado ausente y corrupto). Como ejemplo, la publicidad que la AFIP hace de los impuestos se contradice con la conducta del propio estado respecto de sus colaboradores, de sus contratos en negro, y otros etcéteras lamentables... En un medio destruido no se puede formar a gente coherente para conducir el futuro de país alguno, sin embargo, ni los cineastas, ni los abogados, ni los ingenieros, ni los portadores de apellido ilustre, ni los oportunistas que llenan bancas y cómodos sillones, parecen darse cuenta que estamos barranca abajo desde mucho antes de 1950... Diciembre 10, 2010.-

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