El miedo a la pandemia / Aislamiento, fobias, angustia
"El pánico es más rápido que el virus"
Lo afirma el psiquiatra Roberto Ré, ante el aumento en los trastornos de ansiedad asociados al temor a la gripe porcina
Noticias de Ciencia/Salud: Sábado 20 de junio de 2009 | Publicado en edición impresa
Sebastian A. Ríos
LA NACION
Algunos evitan los lugares cerrados y superpoblados (subtes, cines, oficinas); otros deciden directamente no salir de sus casas. Hay quienes dejan de mandar a sus hijos a la escuela y están aquellos que ante el primer estornudo corren a la farmacia a exigir Tamiflu. Asustados, angustiados, desorientados: se sienten vulnerables ante una amenaza invisible y ubicua, el virus de la gripe porcina.
"Estaba resfriada y ya comenzaba a pensar que tenía la gripe A. Veía a mis sobrinos y sólo pensaba en eso. Estaba obsesionada: salía lo menos posible, me abrigaba de más para no enfermarme; tenía mucho miedo, era algo inexplicable", cuenta Julieta, empleada administrativa de 25 años, que la semana pasada decidió acudir al psicólogo sólo para ahuyentar esos temores devenidos en obsesión.
"Vemos que hay personas que comienzan a enfermar por estados sugestivos, o que tienen temor a salir a la calle. Esto está provocando aislamiento. Es algo que comienza en los adultos, pero que después se transmite a los chicos, que empiezan a dormir mal, a estar inquietos o distraídos en los colegios", dice la licenciada Miriam Mazover, psicoanalista y directora del Centro Dos, institución dedicada a la asistencia y docencia en psicoanálisis.
Mazover señala la coexistencia de dos fenómenos que se observan hoy en la asistencia psicoterapéutica: "Mucha gente consulta porque ha entrado en pánico por la gripe porcina. Pero, por otro lado, el 30% de los 3000 pacientes que estaban en tratamiento en nuestro centro están faltando, y cuando los llamamos para preguntar por qué no vienen a la consulta nos dicen que tienen miedo a viajar en subte, miedo a trasladarse. Este nivel de ausentismo es algo que no vimos ni siquiera en la crisis de 2001, cuando los pacientes no venían porque no podían pagar el colectivo."
"El pánico se propaga mucho más rápido que el virus, y afecta a más personas", afirma, por su parte, el doctor Roberto Ré, médico psiquiatra y director de la Red Sanar, una red de asistencia en salud mental, que cuenta con más de 60 centros en todo el país. "La epidemia de gripe A H1N1 ha generado cierto temor fóbico en la población, en tanto es un miedo excesivo e irracional a enfermar de gripe porcina, cuando es una enfermedad menos letal que la gripe común. Quienes lo padecen tienden a extremar las medidas para evitar contraer la enfermedad, lo cual las lleva a aislarse de su entorno."
Para Ré, el pánico en torno a la pandemia de gripe porcina encuentra terreno fértil principalmente en aquellas personas propensas a los trastornos de la ansiedad. Y que no son pocas: "Hay un 20% de la población que es especialmente susceptible a estos trastornos", precisa.
"Creo que este aumento de la ansiedad actúa sobre ansiedades que ya estaban latentes -coincide la doctora Graciela Peyrú, psiquiatra, presidenta de la Fundación para la Salud Mental-. Ansiedades en relación con el VIH, y más recientemente al dengue. La gente oscila entre tener mucho miedo a los virus, frente a los cuales nos sentimos indefensos, y la sensación para nada justificada de que no está siendo correctamente informada sobre el tema."
El resultado, coincide Peyrú con sus colegas, "es que estamos observando un aumento de los ataques de pánico, de las crisis de ansiedad, de los trastornos de ansiedad generalizada y de las fobias, que se dan mayormente en personas predispuestas a padecer estos trastornos".
"Creo que si la gente pudiera escuchar con confianza a las autoridades [sanitarias] estaría más tranquila de lo que está -agrega-. El problema no es sólo temerle al virus, sino también el no confiar en las autoridades. Las fobias son también una expresión de no tener un acompañante confiable."
En quién creer (y confiar)
Pueden decirse muchas cosas de la pandemia de gripe porcina, pero no que lo que escasee sea información al respecto. Día tras día, las autoridades sanitarias internacionales y nacionales dan cuenta al detalle del avance de la pandemia como si los números de nuevos casos y decesos pudieran calmar el desconcierto al que nos enfrenta el surgimiento de un nuevo agente infeccioso.
"El desconocimiento de cualquier índole nos provoca miedo, incertidumbre y muchas veces angustia; pero cuando ese desconocimiento se asocia a la enfermedad orgánica, la angustia se incrementa, porque nos conecta con la muerte -explica Mazover-. Y no tenemos ningún tipo de representación sobre la muerte; por eso nos angustiamos y podemos entrar en pánico."
"Si las autoridades competentes pudieran aportar la mayor cantidad posible de representaciones sobre la enfermedad, la angustia de la población mermaría", afirma Mazover.
Y toda la información que hoy circula sobre el virus de la influenza A H1N1, ¿no ayuda? "La información transmitida espasmódicamente, tipo spot publicitario, no sirve -responde-. No basta con saber ante qué síntomas consultar al médico, lo que hace falta es una bajada oficial de información coherente, sobre qué es la enfermedad, cuáles son sus límites y su alcance."
Y agrega: "Hacer un zapping de información es enfermante, ver que hoy murió una persona, mañana otra... la información fragmentada sólo aumenta el desconocimiento. Hay que ir a las fuentes confiables: yo llamé al pediatra de mi hijo y le pedí que me cuente qué es la enfermedad; él me explicó y yo me tranquilicé".
El pediatra, el médico de cabecera... buscar una palabra calificada en quien uno confíe, y no dejarse llevar por una multitud de fuentes imposibles de articular en un discurso coherente. Llenar entonces el vacío ante el que nos enfrenta una enfermedad nueva; eso, sostiene Mazover, es el mejor antídoto contra el pánico.
En los casos en que la ansiedad y la angustia estan instaladas, y resultan ingobernables, buscar ayuda psicoterapéutica es el camino. "Es primordial realizar un diagnóstico del trastorno que ocasiona este temor desproporcionado -afirma el doctor Francisco Doria Medina, médico psiquiatra, coordinador de la Clínica de ansiedad y estrés de Ineco-. Se deben identificar los pensamientos distorsionados que generan el malestar y determinar la severidad de los síntomas y el nivel de compromiso en la vida del sujeto."
Afortunadamente, "se avanzó en las estrategias de tratamiento de la ansiedad y el miedo, y hoy contamos con ansiolíticos de más rápida acción y más eficacia, y se perfeccionaron las técnicas de psicoterapia cognitivoconductual". Claro que si uno espera encerrado a que la ayuda llegue, ésta puede demorarse, indefinidamente.
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El miedo a la pandemia / Aislamiento, fobias, angustia"El pánico es más rápido que el virus"
Lo afirma el psiquiatra Roberto Ré, ante el aumento en los trastornos de ansiedad asociados al temor a la gripe porcina
lanacion.com | Ciencia/Salud | S�bado 20 de junio de 2009
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el dispreciau dice: en 2003, SARS (gripe aviaria) mediante la OMS y varios gobiernos de Asia condujeron una PANDEMIA de CONFUSIONES que no llegó a occidente porque los hados estuvieron de este lado del planeta, protegiendo a las almas que aquí viven... Por entonces, tal como consta en numerosas notas publicadas en todo el mundo, numerosas muestras de cepas se habían extraviado en distintos lugares sin que nadie atinara a dar una sola explicación coherente... por entonces, me sumé a la movida y escribí varias notas que aún dan vueltas por internet.
Hoy a vistas de lo que está ocurriendo en occidente, en oriente y por ende en todo el orbe humano, me cabe la siguiente reflexión:
1. aquello que "quien sea" no logró con el SARS en 2003... dado que se implantó allá por ASIA donde las vidas de las personas no guardan valor alguno (para los políticos claro está) y por ende quedó circunscripta a una realidad inesperada por los artífices... Contrariamente a lo que suele creer el imaginario colectivo no es la Industria Farmacéutica la que anda tras estas estrategias. Antes bien, son movidas militares de la masa desocupada proveniente de la "guerra fría", lo cual implica que están involucrados estrategas militares ex- soviéticos, americanos (aliados) y algunos otros sumados... Lo que se pretende no está en mi cabeza, pero puedo intuirlo con cierta facilidad ya que el Siglo XX quedará en la historia humana como el siglo de las estrategias mesiánicas, embanderadas por locos aunque nutridas por muchos... a pesar de los variados genocidios ejercidos por entonces.
2. regresando al SARS, la evolución posterior de los hechos no permitió expandir la patología, la que indudablemente estaba en la mente de algunos "genios estrategas militares"... sí, de esos que nunca faltan, que necesitan de los conflictos para justificar sus vidas, sus presencias, sus actividades... Lamentablmente la mente humana es débil y se olvida rápido de las circunstancias que enseña la rutina.
3. la situación actual no es simple, contrariamente a lo que creen muchos (quieren creer) ya que no se trata de un solo virus sino de varios, distintos, con diferentes capacidades (virulencias). Desde luego muchos especialistas dirán lo contrario y como es costumbre en este mundo loco, alguien descalificará el comentario. Sin embargo la realidad está demostrando que aquello que se creía controlado está sumando potencia y capacidad destructiva, esencialmente en niños y jóvenes... lo cual es preocupante porque a ciencia cierta ninguno de nosotros sabe clínicamente qué síntomas diferencian un caso del otro (el protocolo del SARS no es aplicativo a este paisaje)... ya que la propia OMS y los gobiernos y sus autoridades sanitarias se han ocupado prolijamente de ocultar la realidad propia y ajena, así como confundir con información cruzada, perfectamente dirigida a la finalidad...
4. la vacuna tal como está planteada la cosa no parece que será de utilidad de manera masiva, quizás sí para algunos casos... aunque no para todos. Por otra parte, la OMS deberá explicar muchas cosas si pretende realizar una vacunación planetaria, cosas que hasta ahora no están explícitas como correspondería a las ciencias médicas... La incoherencia mediática manipulada políticamente no es buena consejera, sin embargo el mundo de hoy no está en capacidad de producir las vacunas suficientes para la raza humana, más aún cuando las entidades regulatorias internacionales no se han preocupado seriamente en abordar el problema de los efectos adversos severos que están produciendo algunas vacunas en muchos niños (autismo, otros efectos desconocidos no tipificados, alteraciones genéticas, etc.)... lo antedicho está llevando (motivando) a numerosos padres a no vacunar a sus hijos, razones humanitarias y de sentido común como prioridad de la condición humana.
5. los antivirales tampoco aparecen como una solución prudente ya que resuelven la coyuntura pero ofrecen un futuro incierto de actividades priónicas... las que no deberían perderse de vista, no sea cosa que el aparente bien de hoy sea un significativo mal en el mañana mediato. Esto pondría de manifiesto, una vez más, la irresponsabilidad de las autoridades sanitarias y de la propia OMS... cosa que quedó explícita durante el SARS aunque se disimuló por la distancia.
6. las sociedades científicas, por una vez en la historia, deberían pronunciarse en contra de programas desarrollados por el oportunismo, olvidando (obviando) el método científico... En salud las acciones políticas no tienen utilidad alguna...
Todo parece indicar que nos dirigimos a un tsunami viral que los mentores de esta movida no imaginaron cuando crearon el monstruo y lo soltaron en un subte en Nueva York hace apenas un mes y días... y lo llamativo de esto, penoso por cierto, es que finalmente ellos mismos y sus descendencias serán alcanzados por su propia estupidez humana. El hombre parece no aprender de sus acciones genocidas e insiste con el método... La raza humana merece otra suerte, siempre que asuma que estas barbaries no son necesarias. Junio 20, 2009.-
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