La extrema derecha francesa abraza la defensa del medio ambiente
Marine Le Pen defiende la doctrina de un “localismo” contra el “globalismo” y al mundo sin fronteras
París
Marine Le Pen, durante una cita con granjeros en la isla francesa de Reunión, en el Índico, en marzo de 2019. RICHARD BOUHET AFP VIA GETTY IMAGES
Es una mutación ideológica y, al mismo tiempo, un regreso a viejas tradiciones. La extrema derecha en Francia abraza la causa del medio ambiente. Sus dirigentes alertan sobre la amenaza del cambio climático y se niegan a ceder esta bandera a la izquierda. Invocan el llamado localismo: el consumo de productos de proximidad, la reducción de los desplazamientos y el arraigo a la tierra. En su visión del mundo, la vida sin límites ni fronteras que propone el liberalismo aboca a la humanidad a la catástrofe. Hablar de ecología, para ellos, también es hablar de inmigración y fronteras cerradas.
“Es obvio para mí que la ecología es un conservadurismo. ¡Lo siento Greta!”. Las palabras de Marion Maréchal resonaron en la Conferencia del Nacional Conservadurismo, a principios de febrero en Roma, como una declaración de principios. El mensaje era doble: nadie ostenta el monopolio del medioambiente y puede haber iconos ecologistas alternativos al que encarna la activista sueca Greta Thunberg.
Maréchal no es una persona cualquiera en la difusa constelación que va del nacionalpopulismo a la extrema derecha clásica. Es la nieta del patriarca de la extrema derecha francesa, Jean-Marie Le Pen, y la sobrina de Marine Le Pen, actual presidenta del Reagrupamiento Nacional (RN), el gran partido de esta corriente ideológica. También una promesa política que, en su campo, está considerada una figura intelectual. Cuando habla, se la escucha.
“Preservar nuestros territorios, nuestra biodiversidad, nuestros paisajes, debería ser la lucha natural de los conservadores”, proclamó Maréchal. Añadió que ella no quería tener que escoger entre los seguidores de Thumberg, a quienes calificó de “histéricos”, y los “clima-escépticos, igualmente ideológicos, que niegan el daño causado por un modelo ultraproductivista y una obsolescencia planificada”.
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