jueves, 3 de mayo de 2018

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ETA anuncia su disolución | España | EL PAÍS

ETA anuncia su disolución

La banda comunica el "final de su trayectoria" y afirma que "ha desmantelado totalmente el conjunto de sus estructuras"

San Sebastián / Madrid 






"ETA, organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional, quiere informar al Pueblo Vasco del final de su trayectoria". Con esta frase la banda terrorista inicia el comunicado en el que anuncia su disolución y asegura que ha desmantelado totalmente "el conjunto de sus estructuras".
"ETA da por concluida toda su actividad política", añade el texto de la banda que habla de "los y las exmilitantes" de quienes señala que continuarán con "la lucha por una Euskal Herria reunificada, independiente, socialista, euskaldun y no patriarcal en otros ámbitos, cada cual donde lo considere más oportuno, con la responsabilidad y honestidad de siempre".
El comunicado ha sido leído en tres idiomas por Josu Urrutikoetxea, alias Josu Ternera, histórico dirigente de ETA y miembro de distintas delegaciones de la banda en procesos de negociación, actualmente en paradero desconocido.
La “declaración final de ETA al pueblo vasco”, de 378 palabras, una extensión similar al comunicado de octubre de 2011 en el que decretó el “cese definitivo” de la lucha armada, no contiene expresamente la palabra disolución, aunque en la parte final de texto dice: “Esta última decisión la adoptamos para favorecer una nueva fase histórica. ETA surgió de este pueblo y ahora se disuelve en él”. ETA no hace ninguna referencia a las víctimas que ha causado en sus 59 años de existencia (más de 800 muertos). A mediados de abril pasado hizo público un escrito en el que pide perdón “de veras” a una parte de ellas, solo a los “ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad en el conflicto”.
Derecho a decidir e independentismo
El comunicado señala como reto "construir un proceso como pueblo que tenga como ejes la acumulación de fuerzas, la activación popular y los acuerdos entre diferentes, tanto para abordar las consecuencias del conflicto como para abordar su raíz política e histórica". Lo hace antes de reivindicar el derecho a decidir y el independentismo de izquierdas: "Materializar el derecho a decidir para lograr el reconocimiento nacional será clave. El independentismo de izquierdas trabajará para que ello conduzca a la constitución del Estado Vasco", indica.
El comunicado final de ETA tiene el visto bueno de los mediadores internacionales. Miembros de la Fundación Henri Dunant, una organización suiza con sede en Ginebra especializada en la resolución de conflictos, han certificado la veracidad del último comunicado de ETA en el que anuncia su disolución. La ceremonia del fin de ETA ha comenzado con la intervención de agentes internacionales que dan la veracidad del comunicado de la banda.
"ETA, organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional, quiere informar al Pueblo Vasco del final de su trayectoria", dice el comunicado de la banda
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha garantizado hoy en Logroño que "haga lo que haga y diga lo que diga" ETA, no va a cambiar la política antiterrorista, va a seguir aplicando la ley en todo momento y la banda terrorista no va a encontrar ningún resquicio para la impunidad de sus crímenes.
La decisión de ETA de poner fin a su trayectoria se produce un día antes de la cumbre internacional que se celebrará en la localidad vascofrancesa de Cambo (cerca de Bayona), y a la que está previsto que asistan miembros de la Fundación Henri Dunant, del grupo Intermediate, del Grupo Internacional de Contacto (GIC) y de la Comisión Internacional de Verificación (CIV).
El acto se celebrará en la villa Arnaga de la citada localidad francesa y servirá para "certificar" y dar por definitiva la desaparición de ETA como organización. El denominado Encuentro Internacional para avanzar en la Resolución del Conflicto en Euskal Herria comenzará a las 12.00, con la intervención, entre otros, del líder del GIC, el abogado sudafricano Brian Currin, y del alcalde de Baiona, Jean René Etchegaray, uno de los principales impulsores de este proceso final de ETA. Tras la conferencia, que se prolongará durante una hora, personalidades de la comunidad internacional darán lectura a una declaración con la que se pondrá punto y final al encuentro.
A la cita no acudirán representantes del Gobierno vasco ni del de Navarra, que permanecen a la espera de comprobar cómo se va a escenificar el final de ETA, pero sí habrá miembros de las principales formaciones vascas. Andoni Ortuzar, presidente del PNV, ha adelantado que asistirá al acto con "vocación notarial", también estará Arnaldo Otegi, referente de la izquierda abertzale, y un integrante de Podemos Euskadi. En cambio, no habrá ninguna delegación de los socialistas vascos, del PP, ni de Ciudadanos.
Seis años y medio después del cese definitivo del terrorismo
ETA desapareció de la vida el 20 de octubre de 2011 cuando cesó definitivamente el terrorismo y terminaron sus asesinatos, sus secuestros, sus extorsiones y sus amenazas
Seis años y medio después de declarar el cese definitivo del terrorismo. Mañana, al mediodía, una representación internacional —en la que figurarán el exlíder del Sinn Fein, Gerry Adams; el ex jefe de Gabinete de Tony Blair, Jonathan Powell— levantarán acta notarial de la desaparición de ETA como organización. El de este jueves ha sido el último comunicado una banda, con una historia de 58 años, y también el final definitivo de la última organización terrorista que ha operado en Europa.
En realidad, ETA desapareció de la vida el 20 de octubre de 2011 cuando cesó definitivamente el terrorismo y terminaron sus asesinatos, sus secuestros, sus extorsiones y sus amenazas. Su obstinación por intervenir en el futuro de sus presos ha alargado en seis años y medio su existencia ya meramente nominal. ETA fue derrotada en 2011 al cesar el terrorismo sin lograr ninguno de sus objetivos políticos: el derecho a la autodeterminación y la unión del País Vasco y Navarra. Ahora desaparece como organización sin lograr, como pretendía, algún acuerdo de paz por presos.
Deja detrás una historia sangrienta con 853 asesinados —según la web del Ministerio del Interior—, la mayoría vascos; 79 secuestrados, 12 de ellos asesinados, y 6.389 heridos. Desaparece quedando pendientes de esclarecer 197 casos; 170 sobreseídos y 27 archivados.
Nació en 1959, pero no fue una organización nacida para combatir la dictadura de Franco. Su carrera de asesinatos empezó en los estertores del franquismo, en 1968, y se prolongó 43 años más, hasta 2011.ETA practicó el terrorismo sólo siete años durante la dictadura y 36 entre la Transición y la democracia. Fue una organización terrorista que, en su pretensión de imponer un proyecto totalitario en Euskadi, trató de desestabilizar la democracia española y el autogobierno vasco, a las que atacó con más saña en los momentos más difíciles de la Transición. Concretamente, entre 1979 y 1980 —años del referéndum constitucional, de la votación del Estatuto de Gernika y de la creación del primer Gobierno vasco, tras la Guerra Civil— asesinó a 244 personas, cerca de la tercera parte de sus crímenes. ETA, que en 1977 se benefició de una amnistía que excarceló a todos sus presos- le sirvió al teniente coronel Tejero como excusa para justificar su intentona golpista el 23-F de 1981. Su balance terrorista y desestabilizador es nítido: El 93% de sus 829 asesinatos los cometió entre la Transición y la democracia, Sólo el 7%, durante la dictadura.
ETA no se resigna al juicio condenatorio de la historia. Pretende blanquearla
La historia de ETA fue un absurdo. Aunque inspirada en el IRA y los movimientos de liberación nacional —Cuba, Argelia, etc.—, a diferencia de ellos, hizo la inmensa mayoría de su recorrido terrorista contra una España que inauguraba democracia y una Euskadi que estrenaba autogobierno, con el amparo de la Unión Europea. En esas condiciones, estaba destinada a desaparecer sin lograr sus objetivos, tal y como ha sucedido. Aunque progresivamente debilitada desde 1982, con la disolución de la rama político-militar de ETA, su injustificada vitola antifranquista, la guerra sucia y algunos errores en la lucha antiterrorista, contribuyeron a que su final fuera más lento.
ETA no se resigna al juicio condenatorio de la historia. Pretende blanquearla. En su penúltimo comunicado, el pasado 20 de abril, trató de buscar su justificación histórica en la Guerra Civil, en la destrucción de Gernika por la aviación nazi y con la autorización de Franco. Trata de presentarse como la respuesta legítima a los desmanes en Euskadi de los regímenes totalitarios del siglo XX cuando ETA los emuló al practicar la persecución étnica, especialmente, en su etapa de “socialización del sufrimiento”.
Además de la batalla por el relato, a las instituciones democráticas, especialmente en Euskadi, les queda otra tarea importante: trabajar por la convivencia. ETA desaparece sin reconocer el daño injustamente causado a las víctimas del terrorismo. Esa tarea la tendrá que acometer la izquierda abertzale, representada en el Parlamento vasco por Bildu, para facilitar el acercamiento a las víctimas. Es deseable que en Euskadi se pase página sobre lo sucedido, pero antes de hacerlo sus protagonistas deberán leer la página de las atrocidades del terrorismo para que no vuelva a repetirse.
La izquierda abertzale tiene, además, una razón práctica para avanzar en el reconocimiento del daño injusto causado a las víctimas del terrorismo: la situación de los casi 300 presos de ETA. La disolución de la banda, unida al reconocimiento del daño causado a las víctimas del terrorismo, es un buen colchón para que los presos de ETA puedan acogerse a la legalidad penitenciaria y cumplir los requisitos que marca la ley para reinsertarse y obtener beneficios penitenciarios. Ahí puede jugar un papel clave la izquierda abertzale.
Al Gobierno del PP le corresponderá exigir el cumplimiento de la legalidad a los presos de ETA que pretendan reinsertarse, pero sin excederse en las condiciones. Es el momento de que el Ejecutivo del PP cumpla lo que muchos de sus representantes dijeron en el pasado: que cuando ETA se disolviera se replantearían la política penitenciaria, concebida para luchar contra el terrorismo. Tanto el Gobierno vasco como el Parlamento autonómico jugarán un papel supervisor. La convivencia pasa, también, por un cumplimiento de la legalidad sin cláusulas abusivas.
El avance en la convivencia pasa, asimismo, porque no sólo se trate de esclarecer los casos pendientes de víctimas del terrorismo etarra. También de las víctimas de la guerra sucia, pendientes de investigación en más de un 60%. Asimismo, a efectos legales, las instituciones deben conceder a todas las víctimas, sean de ETA, de la guerra sucia o de abusos policiales, el mismo reconocimiento.

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