¿Cómo vas a apostar por la familia si no crees en ella? Eso es lo que les pasa a muchos gobernantes de esta Europa “cansada y con canas” -que diría Joan Manuel Serrat-.
La situación personal del legislador termina influyendo en la ley… Ya sabes: ¿cómo va a ser mala la esclavitud si yo tengo la plantación de algodón llena de negritos?, ¿cómo va a ser mala la eutanasia si yo voy a desconectar a mi viejo, que lleva diez años hecho un cromo y no remonta?... y por ahí seguido.
Con la familia pasa igual. Es difícil apostar por ella, favoreciendo la maternidad y la natalidad, si el gobernante no está personalmente concernido. No tienen más que ver el número de hijos del Consejo de Ministros español (cada ministro tiene 1-2 hijos o ninguno, salvo el de Interior, Zoido, con 4 hijos). Y el desinterés y la apatía con las que tratan a la familia, a pesar de que ésta es la que, al final, le saca las castañas del fuego a España con su imprescindible aportación a la economía nacional y al relevo generacional.
Vean, por el contrario, al primer ministro húngaro, Viktor Orban, con 5 hijos (Ráhel, Gáspár, Sára, Róza y Flóra)... (en la foto) y todos de la misma esposa (Anikó), “pequeño” detalle que conviene especificar (lo de Trump es trampa). Y vean también el programa de medidas para incentivar a la familia y fomentar la natalidad.
Para empezar, Hungría tiene una Secretaría de Estado para la Familia. En España ni soñarlo. A pesar de que la derecha prometió, por boca de Ana Pastor, en 2010, cuando estaba en la oposición, que crearía un Ministerio de Familia. Pero cuando llegó al poder se olvidó y aún estamos esperando…
Y para seguir, el gobierno magiar ha metido al país una dosis de “familina” en vena, consciente de que se juega el futuro, debido al envejecimiento de la población. Así, ha logrado que en 2014 el número de nacimientos creciera un 3,2% respecto al año anterior, la tasa más alta en los últimos 30 años.
Y, lo que es más determinante, está yendo a la raíz: el fortalecimiento del matrimonio. No sé si acuerdan ustedes de él: aquella institución del siglo pasado -en realidad vieja como la misma humanidad- que los gobiernos se empeñan en deshacer, mediante legislaciones divorcistas, dando el máximo de facilidades para romper parejas en un tiempo record -véase la ley de divorcio exprés de Zapatero, seguramente el peor gobernante que ha tenido España desde Fernando VII-.
Orban, por el contrario, lo tiene claro y carece de complejos. Desde 2015 su Gobierno ha habilitado una deducción fiscal para jóvenes matrimonios, a fin de animar a las parejas a contraer nupcias. Pero con una condición: que se trate de la primera vez que se casan ambos cónyuges.
¿Se imaginan algo así en España?
Pero Hungría es otra cosa. Como Polonia. Dos países que padecieron la bota soviética y que valoran especialmente la libertad, y por esa razón, quieren preservar el ámbito propio de la libertad, que es la familia.
Te lo contamos en un informe sobre la política familiar del Gobierno de Orban, elaborado por Nicolás de Cárdenas, y que te adelanto como suscriptor de Actuall.
No pierdas de vista a Víktor Orban y a los ministros húngaros. Mejor le iría a España y a otros países europeos si siguieran sus pasos y apostaran por la familia y la vida, que es lo mismo que apostar por el futuro y superar el cortoplacismo y el electoralismo.
Por lo pronto será interesante seguir la próxima gran cita: el Congreso Mundial de la Familia, que se celebra en Budapest, a finales de este mes de mayo, y que copatrocina -entre otros- CitizenGo.
En Actuall te lo iremos contando con detalle.
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