Felipe González: “En Venezuela hay una tiranía arbitraria”
El expresidente español recibe en Washington el premio Liderazgo para las Américas del Diálogo Interamericano
JOAN FAUS Washington 18 NOV 2015 - 02:20 ART
El expresidente del Gobierno español Felipe González recibió este martes en Washington el premio anual Liderazgo para las Américas del Diálogo Interamericano, un laboratorio de ideas en la capital de Estados Unidos. La institución honró el servicio público “infatigable, firme, efectivo y continuo” de los “agentes de cambio más influyentes” del Hemisferio Occidental.
El socialista González, que fue presidente entre 1982 y 1996, aprovechó la condecoración para repasar sus estrechos lazos con América Latina y opinar sobre la situación en la región. El exmandatario fue muy crítico con el Gobierno del venezolano Nicolás Maduro. “En Venezuela no hay una dictadura, hay una tiranía arbitraria”, dijo, entre aplausos, en su discurso de agradecimiento del galardón en una cena en un hotel de la ciudad. “Cuando no se respetan las reglas de juego el poder se ejerce arbitrariamente”.
Desde que dejó La Moncloa, González, de 73 años, ha estado muy ligado a Latinoamérica con visitas frecuentes a la región. En los últimos meses, se ha involucrado activamente en la crisis política venezolana. En junio, viajó a Caracas para participar en la defensa de los líderes opositores encarcelados Leopoldo López y Antonio Ledezma. El exmandatario visitó a Ledezma, que en el momento de su arresto era alcalde de Caracas, en su casa en la que cumple arresto domiciliario. Pero no fue autorizado a ver al opositor López en la prisión.
González fue uno de los 25 expresidentes iberoamericanos que en abril firmó un documento que denunciaba una “falta de garantías democráticas” en Venezuela y exigía la puesta en libertad de los presos políticos y la celebración de elecciones “libres y justas”. Entre los firmantes, estaban el expresidente español José María Aznar, los mexicanos Felipe Calderón y Vicente Fox, los colombianos Belisario Betancur y Álvaro Uribe, el chileno Sebastián Piñera y el uruguayo Julio María Sanguinetti.
“Entre todos tenemos la obligación de decir basta ya”, dijo González este martes. “Respete a sus propios ciudadanos, no los divida, acepte la democracia y las reglas del juego”, agregó, en referencia al Gobierno de Maduro y la falta de oportunidades para la oposición.
El expresidente dijo que Venezuela “no merece aislamiento” sino que los “amigos” adviertan a Maduro de que no van a acompañarlo hasta “la tumba de las libertades”. González insistió en que la única solución a la crisis venezolana es el diálogo e instó al Gobierno a hablar con la oposición tras las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
Venezuela es, para González, el “factor negativo” en el desarrollo de la región. El positivo son la normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, y el proceso de paz en Colombia. Y su pronóstico global fue optimista: “Hay desarrollos positivos en la región, eso es lo que me da una enorme confianza en que los problemas se van a superar”, dijo.
Como ejemplo, recorrió a la crisis por la llegada masiva a Europa de refugiados de Oriente Próximo para elogiar a América, que consideró más capaz de absorber un fenómeno de ese tipo. “Este continente, a pesar de sus problemas, sigue siendo un continente de esperanza, aquí no hay el azote del fundamentalismo criminal, aquí conviven las tres religiones con cierta comodidad y con cooperación”, dijo. “No pueden imaginar lo que supone esto en relación con lo que estamos viviendo en Europa. Preservenlo”.
González subrayó su “compromiso” personal con América Latina. Dijo que, de sus últimos 50 años, 45 han estado ligados al continente americano. Y reveló una anécdota para enfatizar los lazos entre España e Iberoamérica. Dijo que cuando hablaba con el excanciller alemán Helmut Kohl sentía que eran un español y un alemán. Si hablaban los dos con un japonés, eran dos europeos. Pero si lo hacían con dos latinoamericanos, sentía que eran dos hispanos hablando con un europeo.
A la gala, patrocinada, entre otras empresas, por PRISA-EL PAÍS, asistió una nutrida representación del mundo político, diplomático y mediático de América Latina y Estados Unidos. Entre otros, la subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson; los expresidentes mexicano Ernesto Zedillo, chileno Ricardo Lagos y uruguayo Sanguinetti; el exsecretario iberoamericano y expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo Enrique Iglesias; el embajador de España en Washington, Ramón Gil-Casares; el presidente de PRISA y EL PAÍS, Juan Luis Cebrián; y el consejero delegado de PRISA (grupo editor de EL PAÍS), José Luis Sainz.
El otro premiado por el Diálogo Interamericano fue el empresario mexicano Daniel Chávez Morán, fundador del grupo turístico Vidanta, por su tarea filantrópica.
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