Expectativa en Argentina
Independientemente de quien gane en la segunda vuelta, los electores ya han transmitido un claro mensaje de cambio
Una mujer deposita su voto en Buenos Aires. / MARTIN DI MAGGIO (EFE)
El electorado argentino protagonizó el domingo una sorpresa histórica en las elecciones presidenciales al forzar por primera vez una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados y determinar con su voto un empate técnico entre el oficialista Daniel Scioli y el centroderechista Mauricio Macri.
El resultado rompió todos los pronósticos que daban al peronista Scioli —vicepresidente de país con Néstor Kirchner y gobernador de la provincia de Buenos Aires con la mujer de este, Cristina Fernández— como vencedor sin necesidad de una segunda vuelta. Pero los argentinos no han aceptado sin más esta apuesta continuista del discurso populista de Fernández, quien durante su mandato ha ignorado sistemáticamente los graves problemas económicos de la clase media argentina y de los productores del campo, que generan las principales riquezas del país, y ha alineado a Argentina junto al bolivarianismo latinoamericano capitaneado por Venezuela. Baste como ejemplo de esta continuidad el que la mandataria incluso había designado como candidato a vicepresidente de Scioli a quien fuera el hombre de máxima confianza del matrimonio Kirchner. Las encuestadoras argentinas, tradicionalmente dóciles con el poder, no revelaron el profundo abismo que ya se había abierto entre el poder y el electorado. Y de ahí, la sorpresa.
En paralelo, el peronismo sufrió una contundente derrota en la provincia de Buenos Aires que eligió como gobernadora a una opositora, María Eugenia Vidal, por delante de Aníbal Fernández, otro hombre de confianza de la presidenta Fernández. La Bolsa de Buenos Aires abrió ayer con subidas cercanas al 6% y toda la sociedad argentina se centra ahora en la segunda y definitiva vuelta que celebrará el próximo 22 de noviembre.
Independientemente de quien gane, los electores argentinos ya han transmitido un claro mensaje de cambio. La sociedad argentina debe hacer frente a diario a importantes dificultades económicas que no se solucionan con discursos altisonantes con tendencia a ver enemigos dentro y fuera del país a quien culpar de la situación. Los argentinos merecen un gobierno que encare con seriedad sus problemas y no maquille las cifras que desde hace años indican que es hora de ponerse a trabajar.
el dispreciau dice: la política argentina anda como trompo tambaleante... el oficialismo no se quiere dar cuenta... y Cristina ya no escucha... no ve... y le cuesta comprender que todos los seres humanos cometen errores a lo largo de sus pasos, por ende de sus vidas... Scioli no es un buen candidato para el futuro... no la representa a ella... no representa al pensamiento que ella defiende... y tampoco representa a las personas de ninguna parte de la República Argentina, más aún, aquellos que lo han votado de buena Fe, siempre han votado al "peronismo" en sus distintas expresiones y transformaciones, casi siempre para mal, ya que desde la década infame (1990-1999) en adelante, el "peronismo" ha sido el peor enemigo de la argentinidad y su ADN... reconocido esto en el silencio cuchichero de los pasillos de cualquier organismo del estado ausente...
la peor gestión de gobierno en la Provincia de Buenos Aires desde que tengo memoria (ya vieja y arrugada) ha sido la de Scioli... y las evidencias están al canto de quien las quiera ver y entender, ni qué hablar de dimensionar para el campo y sus producciones, para los inundados y sus inundaciones, para la inseguridad y el narcotráfico dominante, para la pobreza de gentes a las que se las ha despojado hasta de sus dignidades y de las que nadie se ha ocupado... y desde luego, tampoco se podrá pasar por alto la calamidad sanitaria de la provincia abandonada a pesar de los discursos... y también, no se podrá pasar por alto el desmadre educativo que padece la provincia donde la deserción ya es norma...
a Cristina siempre le costó escuchar... pero últimamente está empecinada en tomar a todos por enemigos, lo cual, además de una imprudencia, no suele ser bueno para nadie... sean propios o ajenos... porque la intolerancia le supo hacer mucho daño al ser argentino y esa misma intolerancia le costó a la Argentina una generación entera de pensadores, intelectuales y científicos... asesinados todos por pensar distinto a lo que mandaba el imperio... léase, en la ARGENTINA actual no hay más espacio para intolerancias como tampoco los hay para las discriminaciones de índole alguna...
entonces Scioli aparece como un más de lo mismo... tengo afinidades históricas con el peronismo originario... pero Scioli no me representa ni representa el pensamiento social del justicialismo, antes bien representa a los oportunismos de siempre...
aclaro que Macri tampoco me representa... pero al menos exhibe cierto sentido común y sano juicio de equidades demandantes... más aún, veo con mejores ojos a María Eugenia Vidal y a Gabriela Michetti que a él mismo... o lo que es lo mismo, está rodeado por "buena gente" que sabe de voluntades y de esfuerzos y que, excepto Rodríguez Larreta, no se la cree...
como sea, la ARGENTINA que viene no será ni de la cámpora ni de Scioli... sencillamente porque dichos tiempos ya pasaron... las oportunidades también pasaron... y la sociedad ya no soporta discursos eternos ni tampoco realidades confrontadas con palabras que no dicen nada, o simplemente no coinciden con la rutina de los argentinos "mortales"...
tengo la sensación que Scioli será humillado públicamente... ojalá que no sea así, pero la sensación íntima me acompaña... y no me puedo desprender de ella...
lo mejor que puede hacer la Señora Presidente es llamarse a silencio y aceptar que su lapso está a un nanosegundo de concluir... de ese modo, no serán pocos los que aplaudan su gestión y su estilo... dejando la puerta abierta para que la historia cumpla con su rol de ponderar o emponderar lo hecho... siempre es bueno, aprender a irse y dejar el espacio para el que sigue...
esta vez... con o sin Scioli... con o sin Macri... con o sin quien sea... ARGENTINA deberá enfrentar dos hechos angulares... madurar y crecer como sociedad... y para eso, no pocos deberán dejar sus miserias humanas a un costado, so pena de ser devorados por la historia... y por las gentes... mucho más después de lo acontecido en 2001 y 2003, donde los soberbios de siempre no supieron ver el suelo que pisaban. OCTUBRE 27, 2015.-
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