jueves, 6 de febrero de 2014

RECONOCIMIENTO Y HOMENAJE A LOS HÉROES SIN TUMBAS ▲ Las nueve vidas que se llevó el incendio - 06.02.2014 - lanacion.com

Las nueve vidas que se llevó el incendio - 06.02.2014 - lanacion.com

La tragedia de Barracas / Los nuevos héroes

Las nueve vidas que se llevó el incendio

Tenían en común las ansias de luchar contra las adversidades para socorrer al prójimo; compartieron sueños, ilusiones y proyectos de vida; el destino los unió una dramática mañana de febrero
Por  y   | LA NACION


Anahí Garnica, fue la primera admitida en el cuerpo de la Federal. Siguió los pasos y la vocación de su padre y se convirtió en la primera mujer bombero de en la historia de la Policía Federal. Tenía 29 años y estaba casada con un bombero que también integra las filas de la fuerza federal de seguridad. Tenía el grado de subinspector.
"Me gusta salir a los incendios, ayudar a la gente, salvar sus vidas, sus objetos y sus mascotas", había dicho Garnica en marzo del año pasado, en una entrevista que le hizo el diario Página 12.
Había egresado de la escuela secundaria con el título de Maestra Mayor de Obras y se había inscripto en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) para estudiar Ingeniería Civil, pero en 2003, la Policía Federal abrió las puertas a las mujeres a modo de prueba para la Superintendencia Federal de Bomberos.




"No estaban seguros de que hubiera mujeres, pero querían probar", explicó Garnica en la entrevista. En algún incendio en la Reserva Ecológica de la Costanera Sur se cruzó con su esposo, que prestaba servicios en el cuartel de La Boca.

En 2006, la destinaron al Cuartel I. Fue la primera bombero en un cuartel de la Policía Federal. "No había ni habitación ni baño para el personal femenino. Me designaron a la «habitación de alarma»", dijo la joven.
Pocas horas después de la tragedia, el padre de Anahí, Raúl Garnica, afirmó a LA NACION: "Mi hija era una apasionada y siempre fue muy profesional. Ésta es una pérdida muy dolorosa".
Emocionado, agregó: "Anahí era una hija extraordinaria. Como padre sólo puedo desear que haya sido muy feliz mientras estuvo con nosotros".
"Lo que sucedió no se puede arreglar. La nuestra es una profesión muy difícil. Yo tuve suerte de no caer durante mi carrera", contó el hombre que tiene a otro de sus cinco hijos como cadete en la escuela de policía.
"De lo que sucedió, sólo sé lo que tengo que saber. Hoy sólo puedo contener a mi familia", sostuvo Garnica en el diálogo con LA NACION.
Según el CV que difundió el Ministerio de Seguridad, la subinspectora Garnica había hecho un curso de "un plan de acción coordinada ante situaciones de emergencia" y tenía conocimientos básicos de explosivos. Además estudiaba Arquitectura.
Eduardo Conesa, también repartía su tiempo como voluntario en Lanús. Era cabo primero de la Policía Federal. Tenía 47 años, estaba casado y era padre de tres hijos varones. Vivía en Lanús.

 

Prestaba servicio en el Cuartel I de la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal, con el rango de cabo primero. Pero cuando terminaba su servicio en la fuerza hasta en su tiempo libre no abandonaba su vocación y su tarea de bombero: integraba el Cuartel de Bomberos Voluntarios de Lanús Oeste, donde dos de sus hijos ya colaboraban. Uno de ellos, ayer, cuando se conoció lo que ocurría en el depósito de Barracas, escribió en perfil de la red social Facebok: "Pa necesito verte, saber si estás bien y abrazarte ! Me siento triste".
"Tenía 18 años de experiencia como bombero y en sus ratos libres era voluntario", sostuvo en declaraciones al canal TN Juan Scarpello, compañero de Conesa.
Y agregó: "Sabemos que cuando uno sale a una emergencia corre riesgo, pero nadie está preparado para esto".
Scarpello fue quien contó que dos de los hijos de Consesa ya eran bomberos voluntarios. "Es poco probable que un hijo de bombero no sea bombero", afirmó Scarpello.
Conesa era fanático de Racing Club. Cuando en su perfil de Facebook subió una foto vestido de bombero con un casco rojo, un amigo comentó con humor: "Te pusiste el gorro de Independiente".
Fue el organizador, el año pasado, de un show para recaudar fondos para el cuartel de bomberos voluntarios de Lanús, donde participó el cantante Gustavo Cordera.
Ayer, en Facebook, mucha gente le escribió emotivos mensajes de despedida. "Querido colega, que descanses en paz, es muy lamentable tu partida, dejo mi más sincero pésame a tu seres queridos", sostuvo en la red social Rubén Vairetta.
Walter Vilotta expresó: "Perdimos un gran compañero. No lo puedo creer. Siento mucho dolor y angustia. Todas mis condolencias a sus hijos, su señora y sus familiares".
Como homenaje, ayer muchos amigos pusieron su foto como imagen en sus perfiles de Facebook.
Conesa había ingresado en la Policía Federal el 15 de noviembre de 1999.
Leonardo Day, el jefe que será recordado por ocuparse de todos sus subordinados. Tenía 55 años. Llevaba 34 años y siete meses en la Policía Federal y falleció en cumplimiento del deber con el rango de comisario inspector. Desde el 5 de enero del año pasado era el jefe del Departamento Zona I de la Superintendencia Federal de Bomberos de la fuerza.
"Era un héroe que se preocupaba por absolutamente todos", dijo ayer al canal de noticias C5N la agente Mariana Fernández, que trabajó con él. La mujer policía agregó que no era común que un jefe ingrese "en el seno" de un incendio a trabajar a la par de los bomberos.


Según el curriculum vitae difundido por las máximas autoridades de la Policía Federal, Day recibió varias distinciones y premios, como el "diploma al mérito por su destacada actividad profesional" en 2007 y en 2012 y seis beneplácitos por su labor profesional.
Además, según fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación, "recibió recomendaciones para todos los ascensos por parte de sus superiores por su desempeño".
En marzo de 1982, cuando aún estaba en la escuela de oficiales fue "designado Sargento cadete Ad Honorem por su buen comportamiento y calificaciones",
La única mancha en su carrera policial llegó con la tragedia de Once, el 22 de enero de 2012. El juez federal Ariel Lijo lo procesó por el delito de violación de deberes de funcionario público en la causa que se investigó la labor de la Policía Federal en la búsqueda de Lucas Menghini Rey, la última victima que fue hallada entre los restos de hierro de la formación siniestrada.
Según el expediente judicial, a Day se lo acusó de "habiendo tomado parte del operativo de asistencia y rescate de las víctimas del accidente ferroviario, no haber cumplido adecuadamente su función toda vez que el cuerpo sin vida de Lucas Menghini Rey fue hallada dentro del tren de mención el día 24 de febrero a las 18.20 horas (aproximadamente cincuenta y ocho horas después del impacto), ubicado en la cabina auxiliar del conductor situada en el cuarto vagón de la formación (N° 2108), lugar donde el nombrado se ubicó al ascender en la estación San Antonio de Padua, habiendo dado por culminada la labor de rescate de víctimas el día 22 de febrero a las 18.00 horas".
  • Damián Veliz, cerca de cumplir el sueño de irse a vivir a La Falda. Tenía 33 años. Era padre de Merlina, de nueve. Vivía en Avellaneda y era un fanático hincha de Arsenal de Sarandí. Hace cinco años se había comprado un terreno en La Falda, en Córdoba, donde hace sólo dos meses había comenzado construir una casa de barro. Su sueño era irse para estar cerca de su hermano. Era cabo primero de la Policía Federal, fuerza federal donde se desempeñaba su padre.



  • José Méndez, un hombre enamorado de su vocación Tenía 30 años. Estaba separado y era padre de una niña. Vivía en Villa Dominico y en agosto del año pasado había ingresado a trabajar en Defensa Civil del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Sus compañeros de trabajo sostuvieron que era un enamorado de su vocación. En la red social Facebook había subido una foto con su madre y luego escribió un emotivo mensaje: "Sos el ángel que me cuida desde arriba".
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  • Maxi Martínez, un gran compañero en Florencio Varela. Tenía 33 años y trabajaba para el Cuartel I de Bomberos de la Policía Federal en Florencio Varela. Había empezado su carrera como bombero en 2007. "Qué lindo fue conocerte, haber tenido el honor de ser tu compañero, de tantos momentos vividos, de reír, de llorar, de crecer juntos, compartiendo esta pasión, este estilo de vida. Estarás en cada recuerdo, en nuestro corazón y en esa sirena que se escuche", escribieron en Facebook sus compañeros.


  • Pedro Barícola, un fanático de la pesca y "el alma de la guardia". Tenía 37 años. Estaba en pareja desde hace 14 años con Mariana. Era padre de Julieta, de cuatro. Trabajaba en Defensa Civil del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Vivía en Tortuguitas, era fanático de Boca Juniors y de la pesca. Sus compañeros y amigos lo recuerdan por sus graciosos chistes. "Era el alma de la guardia", recordaron a LA NACION sus compañeros de trabajo. Con su hija rescataba perros de la calle.



  • Sebastián Campos, un apasionado de los "fierros". Tenía 32 años y era padre de una niña de un año y medio llamada Sofía. Era mecánico y bombero voluntario en el Cuartel Vuelta de Rocha. Era chofer motorista. Sus compañeros, aún conmovidos por lo que había pasado, lo recordaron como un "fanático de los fierros". Su padre, "Cacho", y su hermano, Lucas, también son bomberos voluntarios. "Pasó casi toda su vida dentro del cuartel y coordinó equipos de trabajo", dijo su compañero Alan Aramayo.
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  • Juan Matías Monticelli, chef y amante de Ozzy Osbourne. Tenía 26 años. Hace tres años había ingresado en la Escuela de Suboficiales y Agentes Enrique O'Gorman de la Policía Federal. Prestaba servicios en el Cuartel I desde julio de 2012. Estaba de novio y vivía en Parque de los Patricios. Lo llamaban por el apodo de "Monty". Le gustaba cocinar panqueques y escuchar las canciones de Ozzy Osbourne. Según su perfil de la red social Facebook esperaba con ansiedad el estreno de la película Tonto y Retonto 2.

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