Lunes 11 de febrero de 2013 | Publicado en edición impresa
Comunidad
Dos realidades distintas unidas por una misma misión
Redes Solidarias ayuda a pueblos aborígenes y conecta a sus voluntarios con otras culturas
De chica tenía un sueño y de grande lo cumplió. A diferencia de otras niñas de su edad que fantaseaban con ser médicas, maestras o bailarinas, Mercedes Bocca sabía cuál era su vocación: convertirse en antropóloga y mejorar la vida de pueblos aborígenes aislados. Hoy cumple su sueño, coordinando los proyectos de la Fundación Redes Solidarias.
El foco de Redes Solidarias está puesto en el chaco salteño: un lugar donde las viviendas son de adobe, el colectivo pasa una vez por semana, el agua caliente no es una opción y los niños se divierten jugando con piedritas de colores o con una rueda abandonada. Sus habitantes se dedican a la caza y a la recolección de frutos y otras especies, y saben qué hora es aunque ninguno use reloj, les basta con mirar el sol o las estrellas.
"Respetamos su cultura. Admiramos su honestidad, pasividad, tolerancia y libertad. Creamos lazos humanos con mucho cuidado para trabajar sobre las necesidades que manifiestan", explica Mercedes. Estas charlas surgen cerca del fuego, símbolo de la unión y sitio propicio para la palabra y el entendimiento. Allí expresan sus inquietudes y carencias. Una de ellas y, tal vez la más urgente, es la educación.
Una gran cantidad de niños abandona el colegio sin terminar siquiera la primaria, en su mayoría por falta de incentivo o motivación.
Para luchar contra este problema, Redes Solidarias creó un programa de computación que brinda herramientas informáticas. Recibe computadoras donadas, las repara o recicla y luego las lleva para equipar salas de informática en las escuelas. Cuenta con un profesor de computación que semanalmente dicta clases en tres instituciones de la zona e introduce aprendizajes sobre matemáticas y lectoescritura.
La entidad realiza diversos proyectos que impactan en la población. Cada uno implica un desafío diferente, desde la producción de pimentón ahumado, que permite a varias familias vivir durante el año de sus cultivos, hasta un plan de agricultura con riego o la construcción de una huerta comunitaria y letrinas para un establecimiento educativo.
La fundación organiza viajes anuales integrados por voluntarios. Los colaboradores planifican su visita durante las reuniones previas, donde preparan juegos, actividades recreativas y deportivas, campañas educativas y dinámicas de socialización como bingos, tejidos, partidos de voleibol y concursos de dibujo. Estos grupos están conformados por jóvenes y adultos, muchos de ellos docentes retirados o activos .
Claudia Trenchi, responsable del área de voluntariado, expresa: "Atravesar esta experiencia permite a los viajeros enfocarse en los lazos humanos. Los voluntarios aprenden a dejar de lado sus comodidades para ayudar a otro y se dan cuenta de que pueden ser felices con poco".
Para colaborar o sumarse, pueden comunicarse al (011) 4815-5636 / (011) 15-40450754 o por mail a info@redes-solidarias.org.ar ..
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