Historias solidarias
Lunes 17 de diciembre de 2012 | Publicado en edición impresaComunidad / Historias Solidarias
Contener a los más chicos y ayudarlos a crecer
Ésa es la misión del Hogar Casa de la Fe, que celebra sus 10 años de labor combinando afecto, enseñanza y atención de profesionales
Cuando se enteró de que no podía quedar embarazada se sintió triste y también un poco enojada con la vida. Pero un día Soledad Beccar Varela escuchó una voz interior que le decía que ella se ocuparía de otros niños cuyos padres no podían hacerse cargo y, aunque en ese momento no logró comprender aquel mensaje, su alma se inundó de paz. Sin duda aquella voz estaba en lo cierto: adoptó a un hijo que hoy tiene 28 años, creó la Fundación Hogares y, en 2002, se convirtió en la coordinadora del Hogar Casa de la Fe, situado en San Isidro.
"Soy maestra de Matemática y nunca pensé que iba a terminar involucrada en algo social, pero todo se fue dando mágicamente", cuenta en el jardín de este lugar, rodeado de numerosas y coloridas macetas colgantes. Habla combinando serenidad y energía arrolladora, mientras los más chiquitos duermen la siesta y los adolescentes hacen a regañadientes la tarea. "Haber adoptado a un hijo me permite ponerme en el lugar de los nenes del hogar y lograr una gran empatía. Acá creamos un vínculo muy personalizado, trabajamos con la historia particular que trae cada uno de los trece chicos que asistimos", continúa.La mayoría de los niños ha atravesado alguna situación de violencia familiar o abuso. Por eso reciben el acompañamiento de profesionales en estos temas que les brindan apoyo y contención psicológica. "Les explicamos a los chicos que todos tenemos problemas y heridas por sanar, pero eso no nos convierte en víctimas de nada, hay que mirar para adelante. No toleramos la lástima, ellos tienen su dignidad y aquí los valoramos por lo que son", aclara.
Mientras peina los largos cabellos húmedos de una de las nenas, Soledad repite que ésta es la casa de los chicos. Por eso es usual ver que se sienten cómodos e invitan a sus compañeros de la escuela a hacer trabajos prácticos o pueblan el sitio con amigos para festejar sus cumpleaños. También es el segundo hogar de Soledad, que vive a pocas cuadras y se acerca diariamente para acompañarlos, estudiar con ellos, coserles un disfraz o poner límites cuando es necesario.
Todo está limpio y prolijo: desde los cajones donde se guardan los documentos sobre el funcionamiento del hogar hasta los placares. "Los niños vienen con una vida muy desordenada a nivel emocional y muchas veces el orden exterior los ayuda a acomodar interiormente esas cosas. Acá les mostramos que hay otra forma de vivir basándose en el respeto: respeto al cuerpo, a los mayores y a lo ajeno", sostiene.
Los niños colaboran con las tareas de la casa y en sus tiempos libres disfrutan de ir al campo de deportes de la Municipalidad de San Isidro. Otros días se entretienen con los voluntarios que dictan diferentes talleres.
Soledad se siente agradecida y feliz de la ayuda que recibe de personas, amigos y empresas que colaboran con el sostenimiento del hogar.
Pasado mañana, Casa de la Fe cumple diez años y hará un festejo. Quienes quieran colaborar con pañales, útiles escolares, juguetes y alimentos no perecederos, hacer un aporte económico o sumarse como voluntarios pueden contactarse por teléfono al 4742-3749 o por mail a fundacionhogares@fibertel.com.ar..
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