ENSAYO | Jean Ziegler
'La muerte por subalimentación de un niño es asesinato'
Jean Ziegler, ayer, en Madrid. | Efe
- El ex Relator de la ONU para la Alimentación escribe el atlas del hambre
Hambre. Hambruna. La sola palabra, en sus varias transformaciones, suena a larga barbarie. El caballo del tercer jinete del apocalipsis, que aparece cuando, según el profeta San Juan, el Cordero abre el tercero de los sellos, es negro, cuando el de la misma muerte, que aparece justo después en el libro bíblico, es 'verdoso' o 'bayo', según traducciones. En definitiva: más oscura, más negra, más larga que la propia muerte es el hambre. Esto lo corrobora, más allá de la metáfora, Jean Ziegler en su libro 'Destrucción masiva. Geopolítica del hambre' (Península), una especie de resumen, libro de instrucciones, y manifiesto sobre el particular tras su cargo de Relator Especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación entre los años 2001 y 2008.
Explica Ziegler a este periódico: "La muerte por subalimentación de un niño en el Tercer Mundo es un asesinato. Y los mecanismos asesinos son varios. El primero es la especulación en la bolsa sobre los alimentos. Sería muy fácil prohibir la especulación sobre los alimentos base como el maíz, el arroz o el trigo. Se tiende a hacer ver que la causa de estos males sobre tantos países subdesarrollados son las sequías. Pero eso no es cierto. El problema es que la carestía que el comercio mundial impone sobre los alimentos deja a muchos estados sin reservas de ningún tipo. Este libro quiere despertar las conciencias. No es un libro de ideología, sino de hechos. Hay una masacre cotidiana que se ve como una normalidad en Occidente".
El derecho humano a la alimentación (artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales) es, se nos dice en 'Destrucción masiva', el más violado. Es un libro con un aparato estadístico un poco avasallador de estados carenciales, lleno de siglas de organismos, cumbres, departamentos, informes, y terminología especializada. Tiene también algún pasaje memorialístico. Mil millones de seres humanos padecen hambre de los 6.700 millones que pueblan el planeta. Por un lado, está la subalimentación, y por otro, la desnutrición (el "hambre silenciosa" o "invisible"), que conduce a la privación calórica (13 millones de niños ciegos al año, por falta de vitamina A, a lo que habría que sumar el raquitismo y los 200.000 recién nacidos de madres embarazadas con falta de ácido fólico). Los mínimos son 700 calorías para un lactante, y entre 2000 y 2700 para un adulto. Irreversibles serían los daños entre el nacimiento y los primeros 5 años de vida malnutrida.
Empezando por el subtítulo, Ziegler parece rendir homenaje a otro estudioso Josué de Castro, 'Geopolítica del hambre', de 1951. "Es un tributo. Totalmente. Él constató por primera vez el problema de la malnutrición. Y explicó cómo el Tercer Reich utilizó el hambre no solamente en los campos de concentración, sino también para dominar el pueblo ocupado, en la misma Europa. Habló de hambre organizada. Que es un problema que se extendió a la posguerra". Hambre. La palabra nos traslada igualmente fotografías terribles durante el estalinismo entre 1932 y 1933: el Holodomor, el Holocausto ucraniano a través de la hambruna sistemática. Otro apunte (recomendación) bibliográfico: el reciente 'Merchants of grain', de Dan Morgan.
Las páginas iniciales del libro detallan los males, la destrucción de masa muscular, los parásitos y aletargamientos que el hambre y la larga muerte comportan. Pero entre la tercera y la sexta parte, Ziegler señala a los responsables. La Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (los "cruzados del neolibelismo") y, "en menor medida", el Banco Mundial son los tres jinetes del mismo caballo negrísimo. "Es mentira que el liberalismo esté provocando progresos. Con la liberalización global de los últimos 20 años, en realidad, se está creando una pirámide de mártires del hambre mayor, creciente". El gran mal es el control de las sociedades transcontinentales de alimentos (recuerdos al tema chomskiano de las tenebrosas corporaciones privadas internacionales). Los oligopolios que crecen para imponer precios alimentarios: ahí está la gran sequía, más allá de los climas.
Este libro está regido por un espíritu contable parejo a su espíritu de bulla. Y siglas, muchas siglas. El organismo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, o sea, FAO/Food and Agriculture Organization, la bolsa de materias primeras agrícolas de Chicago (Chicago Commodity Exchange), el International Food Policy Research Institut (IFPRI) de Washington, el OMS, el OIT, UNICEF, OMM, PNUD datos trágicos de Ghana, de Colombia, de Manila, de India. Datos de los "mártires del hambre", como Ziegler dice. Recuérdese que, con el quinto sello, el relator del 'Apocalipsis', en el sexto capítulo, después del hambre y la muerte, divisa bajo el altar de los sacrificios las almas de los mártires de la fe. Estos gritaban: "Dominador santo y justo, ¿hasta cuándo estarás sin hacer justicia y pedir cuentas por nuestra sangre a los habitantes de la tierra?". A finales del siglo primero de nuestra era todavía no se reivindicaban los artículos de la lista de los Derechos Humanos.
Explica Ziegler a este periódico: "La muerte por subalimentación de un niño en el Tercer Mundo es un asesinato. Y los mecanismos asesinos son varios. El primero es la especulación en la bolsa sobre los alimentos. Sería muy fácil prohibir la especulación sobre los alimentos base como el maíz, el arroz o el trigo. Se tiende a hacer ver que la causa de estos males sobre tantos países subdesarrollados son las sequías. Pero eso no es cierto. El problema es que la carestía que el comercio mundial impone sobre los alimentos deja a muchos estados sin reservas de ningún tipo. Este libro quiere despertar las conciencias. No es un libro de ideología, sino de hechos. Hay una masacre cotidiana que se ve como una normalidad en Occidente".
El derecho humano a la alimentación (artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales) es, se nos dice en 'Destrucción masiva', el más violado. Es un libro con un aparato estadístico un poco avasallador de estados carenciales, lleno de siglas de organismos, cumbres, departamentos, informes, y terminología especializada. Tiene también algún pasaje memorialístico. Mil millones de seres humanos padecen hambre de los 6.700 millones que pueblan el planeta. Por un lado, está la subalimentación, y por otro, la desnutrición (el "hambre silenciosa" o "invisible"), que conduce a la privación calórica (13 millones de niños ciegos al año, por falta de vitamina A, a lo que habría que sumar el raquitismo y los 200.000 recién nacidos de madres embarazadas con falta de ácido fólico). Los mínimos son 700 calorías para un lactante, y entre 2000 y 2700 para un adulto. Irreversibles serían los daños entre el nacimiento y los primeros 5 años de vida malnutrida.
Empezando por el subtítulo, Ziegler parece rendir homenaje a otro estudioso Josué de Castro, 'Geopolítica del hambre', de 1951. "Es un tributo. Totalmente. Él constató por primera vez el problema de la malnutrición. Y explicó cómo el Tercer Reich utilizó el hambre no solamente en los campos de concentración, sino también para dominar el pueblo ocupado, en la misma Europa. Habló de hambre organizada. Que es un problema que se extendió a la posguerra". Hambre. La palabra nos traslada igualmente fotografías terribles durante el estalinismo entre 1932 y 1933: el Holodomor, el Holocausto ucraniano a través de la hambruna sistemática. Otro apunte (recomendación) bibliográfico: el reciente 'Merchants of grain', de Dan Morgan.
Las páginas iniciales del libro detallan los males, la destrucción de masa muscular, los parásitos y aletargamientos que el hambre y la larga muerte comportan. Pero entre la tercera y la sexta parte, Ziegler señala a los responsables. La Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (los "cruzados del neolibelismo") y, "en menor medida", el Banco Mundial son los tres jinetes del mismo caballo negrísimo. "Es mentira que el liberalismo esté provocando progresos. Con la liberalización global de los últimos 20 años, en realidad, se está creando una pirámide de mártires del hambre mayor, creciente". El gran mal es el control de las sociedades transcontinentales de alimentos (recuerdos al tema chomskiano de las tenebrosas corporaciones privadas internacionales). Los oligopolios que crecen para imponer precios alimentarios: ahí está la gran sequía, más allá de los climas.
Este libro está regido por un espíritu contable parejo a su espíritu de bulla. Y siglas, muchas siglas. El organismo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, o sea, FAO/Food and Agriculture Organization, la bolsa de materias primeras agrícolas de Chicago (Chicago Commodity Exchange), el International Food Policy Research Institut (IFPRI) de Washington, el OMS, el OIT, UNICEF, OMM, PNUD datos trágicos de Ghana, de Colombia, de Manila, de India. Datos de los "mártires del hambre", como Ziegler dice. Recuérdese que, con el quinto sello, el relator del 'Apocalipsis', en el sexto capítulo, después del hambre y la muerte, divisa bajo el altar de los sacrificios las almas de los mártires de la fe. Estos gritaban: "Dominador santo y justo, ¿hasta cuándo estarás sin hacer justicia y pedir cuentas por nuestra sangre a los habitantes de la tierra?". A finales del siglo primero de nuestra era todavía no se reivindicaban los artículos de la lista de los Derechos Humanos.
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