Una coronel contra la violencia machista en el Congo
Honorine Munyole protege a las mujeres de las agresiones sexuales y a los niños víctimas de la superstición. El documental 'Maman Colonelle' cuenta su historia
Roma
Fotograma de 'Maman Colonelle' de Dieudo Hamadi. FCAT
La coronel Munyole, mujer de 44 años, viuda con siete hijos, tres de ellos adoptados, se entrena cada mañana junto a un grupo de hombres por las calles de Bukavu, ciudad situada al este de la República Democrática del Congo. Comanda la brigada especial de la Policía Nacional del Congo dedicada a proteger a mujeres víctimas de abusos sexuales y a niños maltratados por acusaciones de brujería. Maman Colonelle (mamá coronel en castellano), como se le conoce familiarmente, es recibida con fervor por las mujeres a las que protege de la violencia machista. Sin embargo, el anuncio de su traslado inmediato a Kisangani, tercera urbe más grande del Congo, provoca gestos de protesta ante la incertidumbre que les depara. Ella es la única persona que vela por su seguridad y el cineasta congoleño Dieudo Hamadi ha lanzado el documental Maman Colonelle (2017) para contar su historia.
A mí me violaron varias veces. Luego mataron a mi marido y degollaron a mis hijos
“A mí me violaron varias veces. Luego mataron a mi marido y degollaron a mis hijos”, confiesa entre sollozos una de las víctimas en el despacho de la coronel. Honorine Munyole se echa las manos a la cabeza y desvía la mirada hacia abajo. La expresión de angustia se hace visible en alguien que escucha cada día a quienes sufrieron en sus carnes las consecuencias de la guerra de los Seis Días, otro conflicto ignorado por la comunidad internacional. Estas mujeres no consiguen olvidar que del 5 al 10 de junio del año 2000 fueron violadas sistemáticamente y quedaron desamparadas por el asesinato de sus maridos e hijos. Se calcula que el enfrentamiento entre los ejércitos de Ruanda y Uganda por hacerse con las riendas de la ciudad congoleña de Kisangani dejó más de 1.000 asesinatos y 3.000 heridos. Casi dos décadas después es difícil conocer los datos con exactitud y la información que se puede encontrar en Internet sobre este episodio de la historia brilla por su ausencia.
La coronel Munyole ha decidido emprender un combate en solitario para socorrer a unas mujeres incapaces de rehacer sus vidas. Entre las acciones que lleva a cabo, se ha reunido con un colectivo de abogados del tribunal de Kisangani que le ha informado de que el caso de la guerra de los Seis Días se encuentra en una especie de callejón sin salida. De hecho, se sorprende de que se haya interesado por el estado de la cuestión, pues es la primera vez que alguien lo hace desde el fin del conflicto. Según le informaron, Uganda fue sancionada por el Tribunal Internacional de Justicia en su día, pero por el momento no ha pagado ninguna indemnización a la República Democrática del Congo. Ruanda no reconoce las competencias de este organismo.
Sin la esperanza de recibir dinero en un futuro próximo, la coronel y su equipo de policías no tiran la toalla y buscan otras vías para llevar adelante su misión. Juntos han favorecido la creación de una asociación de víctimas de la violencia sexual, donde se les da cobijo y formación en trabajos manuales para que el día de mañana puedan subsistir. Con todo, el valor de Maman Colonelle va mucho más allá del asistencialismo. Munyole acude a mercados y espacios públicos para apelar, megáfono en mano, a la solidaridad de los ciudadanos e insiste en la importancia de crear lazos de unión entre ellos: “Claro que podemos esperar a que nos ayuden los blancos, pero también podemos hacer mucho nosotros, los congoleños”. Y con esa misma determinación acude al rescate de niños maltratados por falsas acusaciones de brujería, saca a los agresores de sus casas y los detiene para ponerlos en manos de la justicia. En sus discursos públicos exige a la población que denuncie cualquier caso de abuso, pues no permitirá que continúen cometiéndose atrocidades contra los más indefensos.
La historia de Maman Colonelle nos recuerda a la admirable labor del ginecólogo Denis Mukwege, Premio Sájarov en 2014, por rescatar a las mujeres de la violencia y facilitarles atención médica en el hospital Panzi de Bukavu. Curiosamente, el doctor y la coronel han desarrollado su actividad en la misma ciudad, complementando un trabajo de prevención fundamental antes de que se produzcan nuevas víctimas. Además, ambos son protagonistas de películas, Mukwege del documental Un médecin pour sauver les femmes (2014) de la senegalesa Angèle Diabang y de L’homme qui répare les femmes (2015) de Thierry Michel y Colette Braeckman. El doctor era una cara familiar dentro y fuera del Congo antes del estreno de los documentales, aunque a buen seguro han contribuido a difundir más aún su labor.
Antes de que el cineasta congoleño Dieudo Hamadi lanzara su documental Maman Colonelle (2017), Honorine Munyole era prácticamente desconocida
Sin embargo, antes de que el cineasta congoleño Dieudo Hamadi lanzara su documental Maman Colonelle (2017), Honorine Munyole era prácticamente desconocida fuera de su país. La película fue presentada en febrero en el Fórum de la Berlinale y fue galardonada con el Gran Premio del Festival du Réél de París, uno de los más prestigiosos del mundo en materia documental. En España fue estrenada recientemente en la 14ª edición del Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger (FCAT), donde Munyole recibió el Premio a la Mejor Actriz, un reconocimiento inaudito pues es la protagonista de un documental sobre ella misma en el que se supone que no actúa. El jurado justificó el galardón afirmando que desde el momento en que la cámara interviene en el transcurso de la narración, los personajes son conscientes de su presencia y en cierto modo acaba afectando a lo que se cuenta. Es decir, la cámara condiciona, no es invisible. La coronel asume la presencia del equipo de rodaje, se mueve con franqueza y naturalidad en las escenas de mayor intimidad y se apodera de la situación cuando ve necesario el registro de algunas declaraciones.
La película de Dieudo Hamadi evidencia la importancia de una mirada esperanzadora por encima del miserabilismo al que acostumbran algunos cineastas que se acercan a África para retratar el supuesto continente sin esperanza. Maman Colonelle nos acerca un personaje que aspira a una sociedad gobernada por la dignidad ante un pasado que ha manchado de sangre a varias generaciones. Ante este tipo de películas sentimos la necesidad de conocer más propuestas de directores africanos que narran con sinceridad su contexto más cercano.
El acceso al cine africano en España es muy limitado
Ahora bien, muchos lectores estarán preguntándose dónde ver la película, pues el acceso al cine africano en España es muy limitado. Gracias al proyecto Cinenómada, el Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger logra dar salida a las más de 900 películas que componen su archivo fílmico, organizando ciclos de cine por toda la geografía española durante el año. Hace unos días el público de la Cineteca de Madrid pudo conocer de cerca la historia de Munyole en una muestra con los mejores documentales de la última edición del FCAT. Ahora les toca estar atentos al anuncio de nuevas fechas de proyección. Estamos seguros de que Maman Colonelle será una de las sensaciones del año.
Alejandro de los Santos es fundador de Afribuku, revista digital sobre arte y cultura africana contemporánea. Es responsable de marketing y community manager del Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger. Ha trabajado como gestor cultural en países como España, Malí, Níger, Mozambique, Túnez y como profesor universitario en Brasil.
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