La eurozona necesita un milagro alemán
Recientemente, un buen número de indicadores positivos sugiere que la recesión en la eurozona está llegando a su final. El indicador de confianza económica (ESI) de la Comisión Europea subió del 91,3 al 92,5 y el clima de negocios también mejoró en julio. Incluso en países que todavía pasan por graves dificultades, como Portugal, el clima de negocios ha mejorado en julio. En España el PIB bajó en “solo” un 0,1% en el segundo trimestre, mientras el ESI muestra una lenta pero continua mejoría durante los 12 últimos meses, alcanzando el 93,5. Para Italia la confianza es de 89,5, casi 3 puntos sobre la medición de junio, y para Francia los indicadores de confianza han sido bastante estables, en torno a 89, durante el pasado año. Finalmente, en Alemania el ESI se sitúa en 100,5.
¿Sugiere todo ello que la crisis está cerca de ser superada? En absoluto; yo no cantaría victoria y, por el contrario, mantengo que son necesarias más actuaciones políticas.
El crecimiento económico en la eurozona en su conjunto es todavía débil, con un pronóstico de aumento del PIB para el año próximo de la Comisión Europea que alcanzará el 1,2%. Ello significaría el fin de la recesión, pero el crecimiento sería todavía demasiado débil como para poder impulsar un aumento del empleo. De modo que el desempleo seguirá siendo inaceptablemente alto en la eurozona; de hecho está previsto que descienda solamente un 0,1 de puntos porcentuales hasta el 12,1%.
En los años que precedieron a la crisis el crecimiento de la eurozona estaba en buena medida determinado por su periferia, en tanto que el crecimiento alemán se situaba por debajo de la media. El crecimiento alemán se beneficiaba de las exportaciones a los países periféricos. Ahora, el crecimiento económico de España, pero también el de Irlanda, depende mucho de las exportaciones. En España las exportaciones han sido los principales contribuyentes al crecimiento del PIB en los pasados años pero todavía no son lo suficientemente fuertes como para llevar al país al terreno del crecimiento positivo, dada la floja demanda doméstica. Se necesitarán más reformas estructurales en la periferia de la eurozona para conseguir el ajuste y aumentar las exportaciones. Eso incluye a los mercados de trabajo pero quizá de manera más importante a las numerosas regulaciones a nivel de empresa que frenan la competencia e incrementan las rentas mientras impiden el ajuste de precios. Pero también supondría una ayuda que el crecimiento alemán fuera más importante.
Diría que hay tres factores primordiales que podrían ayudar a aumentar el crecimiento alemán y, por tanto, a acabar de manera más decisiva con la recesión en la eurozona:
Primero, la inversión pública alemana es actualmente una de las más bajas de la Unión Europea y en muchas áreas se está convirtiendo en un cuello de botella para el crecimiento. Alemania se beneficiaría del reciclado de alguno de sus ahorros en inversión pública doméstica, especialmente en un tiempo en que los costes de financiación son tan bajos. El rendimiento de la inversión pública también debería ser más alto que el rendimiento que Alemania ha obtenido por sus inversiones en el extranjero. De hecho, Alemania en conjunto tuvo pérdidas muy importantes en sus inversiones exteriores, incluido el mercado estadounidense de las subprimes.
Segundo, podrían mejorarse aún más las condiciones para la inmigración. Mientras hace algunos años Alemania era todavía un país de emigración neta, en 2012 llegaron más personas a Alemania de las que dejaron el país. El floreciente mercado de trabajo significa que cada vez son más las empresas que tienen que buscar trabajadores especializados extranjeros para contribuir a la producción. Pero los inmigrantes no necesariamente tienen el nivel suficiente de habilidades requeridas. Una formación más especializada, la enseñanza del idioma e iniciativas por el estilo serían una provechosa inversión para Alemania y también facilitarían la migración de mano de obra desde países con alto índice de desempleo.
Tercero, algunas parcelas del sector de servicios aún siguen estando fuertemente reguladas. Liberalizar ese sector ayudará a aumentar las actividades del mismo. Un sector de servicios liberalizado contribuirá de forma importante a la eficiencia del sector industrial alemán y una fuente de nuevos trabajos, incluidos los destinados a inmigrantes. Por supuesto, eso también desplazaría la estructura de la industria alemana hacia más servicios. Al mismo tiempo, el crecimiento alemán aumentaría. Tal desplazamiento también llevaría asociado un aumento de los salarios en Alemania, lo que estimularía una mayor demanda de productos extranjeros.
Los recientes indicadores de confianza de la eurozona son alentadores, pero el regreso a una duradera salud de la economía del área todavía requerirá de importantes medidas adicionales. Estas incluyen reformas estructurales en la periferia de la eurozona, pero también en Alemania, así como pasos decisivos para sanear los balances bancarios y crear una unión bancaria. En su ausencia, el desempleo seguirá siendo alto por mucho tiempo.
¿Sugiere todo ello que la crisis está cerca de ser superada? En absoluto; yo no cantaría victoria y, por el contrario, mantengo que son necesarias más actuaciones políticas.
El crecimiento económico en la eurozona en su conjunto es todavía débil, con un pronóstico de aumento del PIB para el año próximo de la Comisión Europea que alcanzará el 1,2%. Ello significaría el fin de la recesión, pero el crecimiento sería todavía demasiado débil como para poder impulsar un aumento del empleo. De modo que el desempleo seguirá siendo inaceptablemente alto en la eurozona; de hecho está previsto que descienda solamente un 0,1 de puntos porcentuales hasta el 12,1%.
En los años que precedieron a la crisis el crecimiento de la eurozona estaba en buena medida determinado por su periferia, en tanto que el crecimiento alemán se situaba por debajo de la media. El crecimiento alemán se beneficiaba de las exportaciones a los países periféricos. Ahora, el crecimiento económico de España, pero también el de Irlanda, depende mucho de las exportaciones. En España las exportaciones han sido los principales contribuyentes al crecimiento del PIB en los pasados años pero todavía no son lo suficientemente fuertes como para llevar al país al terreno del crecimiento positivo, dada la floja demanda doméstica. Se necesitarán más reformas estructurales en la periferia de la eurozona para conseguir el ajuste y aumentar las exportaciones. Eso incluye a los mercados de trabajo pero quizá de manera más importante a las numerosas regulaciones a nivel de empresa que frenan la competencia e incrementan las rentas mientras impiden el ajuste de precios. Pero también supondría una ayuda que el crecimiento alemán fuera más importante.
Diría que hay tres factores primordiales que podrían ayudar a aumentar el crecimiento alemán y, por tanto, a acabar de manera más decisiva con la recesión en la eurozona:
Primero, la inversión pública alemana es actualmente una de las más bajas de la Unión Europea y en muchas áreas se está convirtiendo en un cuello de botella para el crecimiento. Alemania se beneficiaría del reciclado de alguno de sus ahorros en inversión pública doméstica, especialmente en un tiempo en que los costes de financiación son tan bajos. El rendimiento de la inversión pública también debería ser más alto que el rendimiento que Alemania ha obtenido por sus inversiones en el extranjero. De hecho, Alemania en conjunto tuvo pérdidas muy importantes en sus inversiones exteriores, incluido el mercado estadounidense de las subprimes.
Segundo, podrían mejorarse aún más las condiciones para la inmigración. Mientras hace algunos años Alemania era todavía un país de emigración neta, en 2012 llegaron más personas a Alemania de las que dejaron el país. El floreciente mercado de trabajo significa que cada vez son más las empresas que tienen que buscar trabajadores especializados extranjeros para contribuir a la producción. Pero los inmigrantes no necesariamente tienen el nivel suficiente de habilidades requeridas. Una formación más especializada, la enseñanza del idioma e iniciativas por el estilo serían una provechosa inversión para Alemania y también facilitarían la migración de mano de obra desde países con alto índice de desempleo.
Tercero, algunas parcelas del sector de servicios aún siguen estando fuertemente reguladas. Liberalizar ese sector ayudará a aumentar las actividades del mismo. Un sector de servicios liberalizado contribuirá de forma importante a la eficiencia del sector industrial alemán y una fuente de nuevos trabajos, incluidos los destinados a inmigrantes. Por supuesto, eso también desplazaría la estructura de la industria alemana hacia más servicios. Al mismo tiempo, el crecimiento alemán aumentaría. Tal desplazamiento también llevaría asociado un aumento de los salarios en Alemania, lo que estimularía una mayor demanda de productos extranjeros.
Los recientes indicadores de confianza de la eurozona son alentadores, pero el regreso a una duradera salud de la economía del área todavía requerirá de importantes medidas adicionales. Estas incluyen reformas estructurales en la periferia de la eurozona, pero también en Alemania, así como pasos decisivos para sanear los balances bancarios y crear una unión bancaria. En su ausencia, el desempleo seguirá siendo alto por mucho tiempo.
Guntram B. Wolff es director de Bruegel.
Traducción del inglés de Juan Ramón Azaola.
el dispreciau dice: por aquí estamos ocupados por los resultados observados en las elecciones primarias... y una vez más, es posible descubrir que la clase política sigue extraviada en sus entelquias de soberbias, sin aprender los mensajes que le envía la sociedad argentina, harta de soberbias, harta de histerias, harta de mentiras... claro está, la incapacidad suele ser un hecho inevitable y repetido, tanto como la negligencia lo es, en especial cuando la mediocridad es factor común... no obstante lo dicho y lo visto... todo seguirá madurando hacia un escenario distinto... ya que la sociedad va en busca de puertos que acepten sus realidades. Viendo como está el mundo, la sociedad entiende que deberíamos abandonar la declamación del discurso facilista, y destacarnos por lo que somos y sabemos, ya que tenemos con qué... sin embargo hay muchos empecinados en que suceda lo contrario... y dado que los argentinos solemos debatirnos en el columpio de los extremos distantes, habrá que estar atentos a cómo se acomodan las razones, y más aún, habrá que ver cómo se ordenan las "sin razones".
En medio de esta circunstancia, Europa busca un milagro... ya tiene uno de reciente factura al haber obtenido un Papa argentino, jesuíta, con capacidad suficiente como para dar vuelta el divorcio entre Dios y los hombres, un divorcio que se centra en la insistencia de las soberbias y los desprecios, esos que viven de fabricar pobres en los "otros", para luego ejercer falsas misericordias, peores solidaridades y hasta mentidas compasiones...
Los ex-aliados miran hacia atrás buscando respuestas en el "milagro" alemán de la pos-guerra, o bien en el milagro alemán de la "guerra fría", donde unos pocos "usaron" las voluntades alemanas para recuperar a una Europa derruida... sin asumir que Alemania es, antes que un país, una cultura cuasi única... porque contienen valores que no se ven por otros lados... así como tienen algunas deficiencias que tampoco se ven en otros lados... esto es que los alemanes hacen por estirpe, cosas que no haría nadie en este complicado occidente... un occidente dominado por los facilismos de la dolarización de economías con mucha deuda pública, con mucha deuda política hacia las gentes, con mucha deuda social, con mucho estado ausente y con mucha palabra vacía que promete y promete, cosas que jamás verán la luz ni se traducirán en beneficio alguno para nadie. Insisto, la concentración de la propiedad intelectual no asegura poder, antes bien nutre de miopías y soberbias de creérsela... o bien de asumir que los "tontos" son siempre los otros... asumiendo la conducta de tomar a la inteligencia social como "estúpidos" y "sometidos"... error. Alemania, luego de la calamidad de la guerra de mediados del siglo pasado, luego del Muro de Berlín, y luego de las caravanas de aliados mirando hacia la URSS, se reconstruyó alma sobre alma, y alguien dirá piedra sobre piedra, pero más importante es lo de alma sobre alma... claro está, de tanta distinción Alemania se ha alejado del resto del mundo, y éste no entiende los por qué alemanes, por ende no los interpreta, haciendo imposible los milagros espontáneos. Aunque no guste ser oído, EUROPA está medievalizada por las intencionalidades de los reinos perimidos, en particular por los intereses ocultos de Bruselas, que enredan cualquier iniciativa que construya un futuro con un orden distinto al existente, aquel que se construyó sobre genocidios y esclavos, sobre corporaciones y mentiras que el cine vendió como realidades, pero que fuera de los telones jamás existieron. Cuando la sociedad humana alcanza un estado de bienestar, no se puede retroceder hacia la destrucción del derecho... y Europa está pagando el precio de aquellos "alguien" que pretenden retroceder hacia el peor de los pasados, el de la denigración humana gestada desde Bruselas en los años treinta, justificándose en los sin sentidos de la primera guerra mundial... pretender revivir a Hitler no es prudente, porque la dinámica de los tiempos modifica las circunstancias, y oxida a los personajes... obsérvese con cuidado, que la mayor interesada en revivir aquella triste realidad es Bruselas, que impulsa conductas genocidas en sociedades alteradas como la rusa, la húngara, y en algunos medios vernáculos de una Europa que ha permanecido detenida en el tiempo, sembrando estados de crisis en Grecia, España, Portugal, Irlanda, y otras periferias, viéndose necesitada de estados de caos que aseguren la subsistencia de los buscadores de diamantes y oros, para lo cual necesitan de los esclavismos cultivados en el África y en el Asia, por siglos. Bruselas atrasa, tanto atrasa que se ha vuelto anacrónica... nada distinto a lo que cursa en Reino Unido de las soberbias británicas, que siguen asumiéndose como imperio cuando en verdad se han corroído desde sus miopías, viviendo de una historia que no existe más. Claro está, la condición política no resta mérito social a ninguna sociedad europea... de allí el divorcio... de allí la distancia entre las sociedades de las gentes y los políticos y sus oportunismos. Pedir un milagro político sin la asistencia de la sociedad es una entelequia propia de las soberbias, ya que son las sociedades las que generan los cambios, no así los políticos, que hoy por hoy se muestran incapaces de estadismos, repletos y desbordantes de negligencias, pero por sobre todas las cosas "miserables"... Para que el mundo se reordene y Europa tenga su milagro, las corporaciones deben asumir definitivamente que su existencia depende de su rol social... sin rol social, el mercado es una mentira... y más allá, las corporaciones deben dejar de jugar a la "patente" y a la "propiedad intelectual", y aportar valor necesario acorde con las necesidades sociales, ya que segmentar los mercados fabricando pobres... no le sirve a nadie y desalienta los destinos, que además se ven hipotecados por las ausencias de los estados. Detrás de ello, se hace imprescindible que los bancos dejen de robar futuros para transformarse en entidades que agreguen valor cultural a las sociedades... ¿qué significa esto?, que dejen de condenar a las gentes para alimentar a funcionarios inútiles, y que habiliten a construir siempre, aún ante el eventual fracaso. Ha quedado demostrado que el negocio financiero, es rentable durante un corto lapso, pero que sin genio y voluntad de trabajo, el oportunismo termina devorando a cualquier sociedad y por consiguiente a cualquier hombre. Cuando devora al hombre y al sistema, termina comiéndose al idiota que se creyó dueño de los destinos de sus prójimos... algo, una lección que Bruselas no ha aprendido... reitero, el tiempo de Hitler pasó, el del nazismo belga... también. AGOSTO 12, 2013.-
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