sábado, 17 de agosto de 2013

DE SECUESTROS E INFILTRADOS || ¿Están siendo secuestradas las manifestaciones de protesta de Brasil? | Internacional | EL PAÍS

¿Están siendo secuestradas las manifestaciones de protesta de Brasil? | Internacional | EL PAÍS

TRIBUNA

¿Están siendo secuestradas las manifestaciones de protesta de Brasil?

Las manifestaciones han empezado a ser dominadas por grupos extremistas que predican una estética de la violencia



Manifestantes prenden fuego a la registradora de un autobús este miércoles en Sao Paulo. / Sebastião Moreira (EFE)

Sobre las manifestaciones callejeras de protesta de Brasil empieza a cernirse un grave peligro: el de ser secuestradas por grupos ideológicos violentos tanto de extrema izquierda como de extrema derecha, con una demonización de las fuerzas del orden y una puesta en cuestión de valores democráticos que deberían ser preservados a todas costas. También han empezado a aparecer las banderas de los partidos y sindicatos a los que la sociedad les estaba pidiendo cuentas.

Lo que había comenzado como la esperanza de un despertar de la gente para exigir de las instituciones políticas menor corrupción y mejores servicios públicos y, en definitiva, una democracia más amplia y participada a través de las nuevas redes de información, ha empezado a ser dominado por una serie de grupos extremistas que predican una cierta estética de la violencia contra el capitalismo clásico que acaba desembocando en anarquía, colocando en riesgo valores que deben ser sagrados para cualquier democracia moderna.

“Brasil no es Egipto, ni siquiera Turquía. Vivimos en una democracia política plena, con amplio derecho de organización y manifestación”, alerta Reinaldo Azevedo en su blog, que fue el primero en poner en guardia sobre el peligro de que las manifestaciones pudieran ser secuestradas por el extremismo violento de izquierdas al servicio de intereses oscuros al margen de los deseos de una regeneración de la política y de la democracia.

“Si los políticos son lamentables; si los servicios públicos son insuficientes, si la corrupción es insoportable, la única forma- ¡la ÚNICA!” de salir de ello es exigiendo mayor respeto a las leyes”, añade Azevedo, a quién le preocupa que lo que podría ser una primavera democrática pueda desembocar en un "régimen de Terror”.

De forma similar, el sociólogo Demétrio Magnoli alerta en el diario O Globo sobre el peligro de que los actuales grupos violentos, cada día más presentes en las manifestaciones, como ayer en Sâo Paulo y Río, destruyendo agencias bancarias, ocupando sedes de instituciones políticas e impidiendo a la llamada “prensa tradicional” actuar en la calle al considerarse que está al “servicio del capitalismo”, pueden ser una reencarnación de movimientos que ya sufrió por ejemplo Alemania con el grupo Baader-Meinhoff e Italia en los años setenta y ochenta con la mística revolucionaria de las Brigadas Rojas, de Lucha Continua o Autonomía obrera.

Fue aquella estética de la violencia la que llevó a las Brigadas Rojas al secuestro y asesinato de Aldo Moro como símbolo de lucha contra el “compromiso histórico” entre la Democracia Cristiana de Moro y el Partido Comunista reformista de Berlinguer.

Fueron aquellos movimientos los que, adoctrinados por intelectuales como Toni Negri o Pablo Ortellado elogiaban la “acción simbólica” de la destrucción de los templos del capitalismo, como arte y estética de la muerte del mismo. Negri llegó a apellidar al terrorismo como el “alba de la revolución”.

Hoy, podríamos preguntarnos si aquella estética de la violencia llevó a Italia a una democracia más madura y a una menor corrupción política. La respuesta es clara y hasta tiene un nombre: Berlusconi, una caricatura de los verdaderos valores políticos y civilizatorios.

En Brasil, quienes han empezado a dominar las manifestaciones son el grupo de los Black Blocs a los que se han unido otros colectivos que sintonizan con ellos.

Quizás a ello se debe a que la sociedad sin banderas y sin ideologías predeterminadas, ansiosa sólo de un país más limpio, más libre, más moderno y con políticos menos corruptos haya empezado a dejar de salir a la calle, en manos esta de los que predican la “estética de la violencia”.

Paradójicamente, el secuestro de las manifestaciones espontaneas y democráticas por la “violencia de la estética” podría redundar más bien en beneficio de los políticos que buscan cualquier excusa para dejar todo como está, es decir, dejarles seguir alimentándose con sus corrupciones y privilegios.

Para el próximo 7 de septiembre está previsto que se retomen las manifestaciones de protesta. Serán el mejor test para saber si la calle será tomada de nuevo por los que luchan por una mayor democracia y transparencia de la vida pública, o si la sociedad que ama sobre todo la paz y respeta la ley, se quedará en su casa, dejando la calle al capricho de la “estética de la violencia”.


el dispreciau dice: América Latina fue prolijamente infiltrada durante los años sesenta y setenta, en el siglo pasado, apenas ayer podría decirse, simultáneo a la guerra fría... hubo complicidades estratégicas, militares, eclesiásticas, y desde luego, sociales... América Latina pagó un altísimo precio por dichas infiltraciones que instalaban el caos en escasos minutos, para luego promover enfrentamientos y derivar en "barridas" de los destinos de las personas... ello significó el asesinato de una generación entera de cultores del pensamiento, en cualquier país, en los distintos españoles afines a cada comarca, desestructurando una cultura singularmente notable... a alguien le sirvió, se puede estar seguro... el sacrificio de aquella gente ha demandado años para reinstalar los hitos culturales, sin embargo, el genocidio hace que las mentes perdidas, sus destinos y sus respectivos "futuros" sean irrecuperables... porque las circunstancias, aún cuando se parezcan, no son equivalentes. El mundo está asistiendo a una estrategia aberrante, un delito de lesa humanidad, gestado en algún rincón humano del mundo perverso, del lado oscuro que nunca descansa... se desmantela el estado bienestar de los países perífericos de la Europa Medieval... ¿casualidad?, no, causalidad. Concomitante con ello, se promueve una rebelión a escala global en el mundo árabe, y algo que parecía ordenarse deriva en una "guerra de civiles" a escala global, donde por raros mecanismos, cada vez que parece aplacarse, aparecen atentados movilizadores, a efectos de asegurar el completo estado de "caos"... indudablemente, para aquellos que hemos transitado las décadas de los sesenta y de los setenta, en plenas facultades, esto suena a música conocida... enfrentar hermanos demanda la habilidad de los imperios tanto como de los estados ausentes. Llama la atención la colombianización a la que está siendo sometida la sociedad argentina... una sociedad que también está asistiendo a la mexicanización del lado oscuro de la sociedad y de la política... esto tampoco es casualidad... México es una nación fragmentada porque a alguien le sirve que así sea, y el que entra en el juego maquiavélico, simplemente "pierde"... sucede lo propio en Colombia, donde la fragmentación toma tonalidad apocalíptica, porque aquello que se quiebra se torna irrecuperable... Alguien, algunos, están intentando atomizar a las Américas, y no debe ser visto a la ligera... a las perversidades no les sirve un Brasil sentado a la mesa de los "pocos", por ende es necesario instarlarle el caos, asumiendo que las nuevas generaciones desconocen qué ocurrió en el Brasil de los sesenta o de los setenta, y Dilma, a pesar de sus energías, enseña las debilidades comunes a democracias frágiles, donde todo está en duda, donde las certezas son pocas, donde las sociedades reclamantes están tan olvidadas como negadas... a pesar de los discursos y sus contenidos erráticos... América Latina debería pensar seriamente... si cae Brasil, el último bastión en pié de la cultura latinoamericana, sobrevendrá el caos y se instalará una crisis irremontable... México ya es un trompo caído, al igual que Colombia, al igual que la entristecida Venezuela, o la segmentada Perú...  Argentina guarda en su seno la confrontación de las omisiones con los olvidos intencionales, con la manipulación corporativa de medios y empresas que pretenden sostener el estado de caos que hace a sus conveniencias... hay gente muy experimentada en la infiltración social... hay hábiles manipuladores de la información... y desde luego, cuando la ignorancia cunde, es fácil lavarle la cabeza y dirigirla hacia donde se pretende. América está sumida en la histeria de las confrontaciones... está sumida en las sorderas y en una clase política que no quiere ver, a efectos de evitar compromisos y responsabilidades... una clase política que sabe de denuncias pero que no sabe gestionar... una clase política cazadora de brujas por excelencia, pero nunca ha sabido aglutinar, mucho menos convocar. África es un caos inmanejable e irrecuperable... partes del Asia, incluyendo India, están exactamente igual de mal... los medios ni se ocupan de mostrar las atroces realidades... el mundo árabe se consume en una hoguera endosada por intereses bien occidentales... si América se suma a la tragedia, poco quedará para el futuro de los hijos... peor aún, otros adelantados vendrán a escribir nuevamente la historia que ellos quieren que se enseñe, no la verdadera... y de eso, nuestra generación sabe mucho... En este mundo los imperios están oxidados y atrasan... las corporaciones están viviendo sus peores intenciones y sus más trágicas negligencias... por consiguiente, dependerá de las sociedades americanas el sobrevivir o el consumirse. Hay que abrir los ojos, pero más que eso, hay que abrir el alma y la mente, para no ser utilizados por los oportunismos de los vendedores de espejos de colores, siempre dispuestos a asaltar las voluntades ajenas para provecho propio. AGOSTO 17, 2013.-

En Brasil crecen los ricos y los pobres | Internacional | EL PAÍS

En Brasil crecen los ricos y los pobres

La pirámide socioeconómica se ensancha en los extremos y el gobierno de Dilma Rousseff no reconoce los cambios para la implementación de políticas públicas en el país

Una protesta por la educación en Río de Janeiro. / ANTONIO LACERDA (EFE)

Un estudio basado no sólo en datos de renta sino que responde a otros 35 indicadores ha servido para rehacer una nueva pirámide socioeconómica de Brasil. En ella, se ensancha en la base el número de pobres y en lo alto la de ricos. Los pobres pasarían así de los actuales 13,94 millones (7,3%) a 29,6 millones (15,5%). Los ricos pasan del actual 1,8% de la población a un 2,8%.Los primeros tendrían una renta de 854 reales (427 dólares) y los segundos de 18.000 reales (9.000 dólares). En en el medio se sitúan las diferentes clases medias que también disminuyen con los nuevos criterios pasando del actual 58% de los brasileños a un 55,9%.

La nueva pirámide ha sido dibujada según los datos de la investigación llevada a cabo por Wagner Kamakura, de la Rice University y José Affonso Mazzon, de la Universidad de Sao Paulo. Este nuevo retrato de la pirámide socioeconómica no será tenida en cuenta por el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff para la aplicación de las políticas sociales, pero sí por las empresas de publicidad y venta de productos y para que la sociedad conozca otros criterios capaz de analizar con mayor rigor la pobreza y la riqueza que no la mera económica.

Por ejemplo, de los que están en la base de la pirámide, considerados pobres o muy pobres, el 60%, ha cursado un máximo de tres años de estudios básicos y la media de baños de sus casas no llega a uno por familia. Entre la población más rica el 65% tiene 15 años de estudio y le sobran baños. Los muy ricos no figuran en el estudio. En manos de los tres niveles más altos de la pirámide está por ejemplo el 54% del consumo y el 74% de los seguros de salud privados. La base de la pirámide no tiene acceso a escuelas privadas, ni posee casa propia. El 68% de los gastos se hacen en cultura y recreación, y está en manos de un quinto de la población.

Según el sociólogo Jessé de Souza es un error clasificar a los pobres y ricos sólo por la renta, sin tener en cuenta, por ejemplo, el factor educación. En este sentido, para él, el 30% de la población está aún excluido de ella, lo que les constituiría como pobres aún ganando el sueldo mínimo de 740 reales (370 dólares), un criterio que el gobierno emplea para colocar a esas personas en la clase media y fuera de la pobreza.

Entre los pobres de Brasil los más penalizados siguen siendo los jóvenes sin estudio ni preparación profesional entre los que el desempleo llega a un 18% en algunas regiones. Brasil tendrá la próxima década 33 millones de jóvenes entre 14 y 24 años. Ellos son el futuro de la economía del país, pero son hoy los menos preparados profesionalmente. De ahí, como subrayan ellos mismos en entrevistas, no sólo les cuesta encontrar trabajo, sino que lo pierden con frecuencia por falta de estudios o preparación técnica. Por ello el gobierno Rousseff está lanzando en todo el país una serie de proyectos para profesionalizar a esos millones de jóvenes y conseguir que concluyan los estudios secundarios.

Sociólogos y economistas insisten en que sería un error empujar a todos los jóvenes a asistir a la universidad ya que las empresas necesitan con urgencia no sólo licenciados y doctores sino también técnicos. La revolución brasileña con miras al futuro del gigante económico empieza por un cambio radical en la educación, una de las cenicientas del país, según los expertos en la materia. En un país donde hasta hace poco nadie salía a la calle a protestar, ahora, el centro de Río de Janeiro y de otras ciudades del país ha sido tomados por miles de maestros y profesores en huelga. Todos exigen mayor calidad en la educación, más medios para la enseñanza, mejor preparación profesional y salarios más dignos.

La mayoría de los maestros no recibe ni el techo obligatorio de mil reales (menos de 500 dólares). Hace unos días, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon ha recordado que hoy el mundo posee el mayor número de jóvenes de la historia: la mitad de los 7,000 millones de habitantes. Es una generación que puede sufrir las garras del desempleo. De los más de 30 millones de jóvenes brasileños, son pobres más del 30%. Entre el 10% más pobre, el 77% ni estudia ni trabaja. Entre el 10% más rico sólo no trabajan el 6,9%. Y son esos jóvenes, los que según Ban Ki-moon, más deseos tienen de “cambiar el rumbo de la historia”.

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