ENTREVISTA | Pablo Herreros
'Los directivos de empresa se comportan como chimpancés'
- Pablo Herreros busca soluciones a la crisis en los orígenes del ser humano
- 'Lo que preocupa a las empresas lleva con nosotros millones de años'
- 'El portazo del jefe es como la clásica demostración de fuerza del chimpancé'
- 'Hay primates que se preocupan más por el grupo que algunos que conocemos'
Rodrigo Terrasa | Valencia
Actualizado martes 23/10/2012 16:38 horas
Si alguna vez ha llamado gorila a su jefe, tranquilo, no hay peligro de ERE. Está usted hablando en términos rigurosamente científicos. "Los directivos de empresas se comportan como lo hacen los chimpancés". Lo dice Pablo Herreros, sociólogo, antropólogo, primatólogo, experto en psicología de las organizaciones y director científico del programa de Inteligencia Emocional para la Fundación Eduard Punset.
Herreros ha estado en Valencia participando en la sexta jornada TMT (Talento & Management Tendencias), un programa de charlas en las que se invita a la reflexión sobre lo que hace que una organización sea excelente: aprender y emprender.
El plan que ha traído Herreros es tan sencillo como volver a los orígenes del ser humano para encontrar las soluciones a la crisis. En los primates está la clave de casi todo. "Esa es mi propuesta, la mayor parte de los asuntos que preocupan a las corporaciones de esta era no son nuevos para la evolución humana, llevan con nosotros millones de años. Temas como el liderazgo, la resolución de conflictos o la motivación son conceptos de moda en todos los departamentos de recursos humanos de las empresas españolas. Se trata de recuperar muchas de las funciones originales que cumplían esos comportamientos y ponerlas en práctica", explica.
Para cada concepto, Herreros encuentra un ejemplo con monos, macacos o chimpancés como protagonistas. "Los primates nos ofrecen muchas pistas sobre el origen de algunos de los comportamientos que son básicos en las organizaciones del siglo XXI: cooperación, trabajo en equipo, liderazgo, innovación... Los chimpancés nos han permitido conocer qué derechos y deberes tiene un líder, es el responsable de la toma de decisiones, resuelve conflictos, lleva a los recursos disponibles y reparte entre el grupo para asegurarse de que el resto le apoyarán en su empresa, en su acción".
El problema, según el primatólogo, es que los humanos nos hemos distanciado de esos comportamientos básicos. Hemos dejado de "cuidar" las relaciones. "Nos hemos olvidado de que asuntos clave en las empresas como la cooperación o el trabajo en equipo emergen de una buena relación. No se puede pedir cooperación, primero hay que cuidar las relaciones y de ahí surge la cooperación y el liderazgo, cuando el grupo permite a uno que tome las decisiones por el resto".
Herreros culpa a nuestro mal aprendizaje sobre la naturaleza, a nuestros "falsos modelos mentales", a que algún vez creímos que en la sociedad imperaba la ley de la selva. "Creímos que la naturaleza se podía explicar a través del todos contra todos, de la ley del más fuerte y eso nos impide establecer relaciones de calidad y alianzas que nos permitan mejorar, que nos permitirían salir de la crisis a través de vínculos".
Los humanos somos tan egoístas como los primates pero también tan predispuestos como ellos a la colaboración. Somos igual de competitivos, pero quizás los monos han entendido mejor que la competición es indispensable para garantizarnos que la vida en grupo continúa. "Siempre hay conflicto de intereses y hace falta estrategias que los reduzcan a límites aceptables. A través de la competición se liman asperezas y se restablece el equilibrio para poder continuar. Después de tantos años de evolución, si los beneficios de estar en grupo hubieran sido menor que los costes, no estaríamos aquí, en una sociedad tan gregaria".
El sociólogo y antropólogo encuentra también en los animales pistas sobre cómo expandir las ideas del individuo al resto del grupo, uno de los principios de la innovación. Habla ahora de pájaros y cuenta cómo los herrerillos y los petirrojos de Inglaterra aprendieron a abrir las botellas de leche que dejaban los lecheros en las puertas de los vecinos y cómo los primeros fueron capaces de compartir el descubrimiento y los otros no. Los herrerillos eran más tolerantes, se observaban más, cuidaban más las relaciones. Todos ellos aprendieron a abrir las botellas.
Uno entiende al final que igual la mejor solución sería dejar nuestro futuro en manos de los monos. "Desde luego hay primates que se preocupan más por el cuidado del grupo que algunos que todos tenemos en mente", bromea Herreros.
el dispreciau dice: del planeta de los simios (primates) hemos pasado al planeta de los "nomios"... ¿qué es un nomio? un primate negador. Niega la realidad que lo circunda, niega lo evidente, niega a la sociedad a la cual pertenece, niega a su pareja, niega a su identidad, niega su responsabilidad, niega sus compromisos, pero intenta atropellar a los prójimos con el sólo objeto de apoderarse de los bienes ajenos. ¿Que se siente identificado con la idea?... pues bien, los nomios existen, abundan, y enseñan una involución de los simios, que ya no son tales, dejando de ser primates para ir hacia una forma más retrógrada de las especies... la de creerse más de lo que es, y el de haber logrado que el mundo humano se transforme en una jaula donde reina la edad de piedra, algo semejante a un jurasic park pero con dinosaurios con forma humana, mamíferos por excelencia, única especie que ha logrado ningunear a sus propios hijos... un verdadero espanto. Octubre 23, 2012.-
Herreros ha estado en Valencia participando en la sexta jornada TMT (Talento & Management Tendencias), un programa de charlas en las que se invita a la reflexión sobre lo que hace que una organización sea excelente: aprender y emprender.
El plan que ha traído Herreros es tan sencillo como volver a los orígenes del ser humano para encontrar las soluciones a la crisis. En los primates está la clave de casi todo. "Esa es mi propuesta, la mayor parte de los asuntos que preocupan a las corporaciones de esta era no son nuevos para la evolución humana, llevan con nosotros millones de años. Temas como el liderazgo, la resolución de conflictos o la motivación son conceptos de moda en todos los departamentos de recursos humanos de las empresas españolas. Se trata de recuperar muchas de las funciones originales que cumplían esos comportamientos y ponerlas en práctica", explica.
Para cada concepto, Herreros encuentra un ejemplo con monos, macacos o chimpancés como protagonistas. "Los primates nos ofrecen muchas pistas sobre el origen de algunos de los comportamientos que son básicos en las organizaciones del siglo XXI: cooperación, trabajo en equipo, liderazgo, innovación... Los chimpancés nos han permitido conocer qué derechos y deberes tiene un líder, es el responsable de la toma de decisiones, resuelve conflictos, lleva a los recursos disponibles y reparte entre el grupo para asegurarse de que el resto le apoyarán en su empresa, en su acción".
El problema, según el primatólogo, es que los humanos nos hemos distanciado de esos comportamientos básicos. Hemos dejado de "cuidar" las relaciones. "Nos hemos olvidado de que asuntos clave en las empresas como la cooperación o el trabajo en equipo emergen de una buena relación. No se puede pedir cooperación, primero hay que cuidar las relaciones y de ahí surge la cooperación y el liderazgo, cuando el grupo permite a uno que tome las decisiones por el resto".
Herreros culpa a nuestro mal aprendizaje sobre la naturaleza, a nuestros "falsos modelos mentales", a que algún vez creímos que en la sociedad imperaba la ley de la selva. "Creímos que la naturaleza se podía explicar a través del todos contra todos, de la ley del más fuerte y eso nos impide establecer relaciones de calidad y alianzas que nos permitan mejorar, que nos permitirían salir de la crisis a través de vínculos".
Los humanos somos tan egoístas como los primates pero también tan predispuestos como ellos a la colaboración. Somos igual de competitivos, pero quizás los monos han entendido mejor que la competición es indispensable para garantizarnos que la vida en grupo continúa. "Siempre hay conflicto de intereses y hace falta estrategias que los reduzcan a límites aceptables. A través de la competición se liman asperezas y se restablece el equilibrio para poder continuar. Después de tantos años de evolución, si los beneficios de estar en grupo hubieran sido menor que los costes, no estaríamos aquí, en una sociedad tan gregaria".
Fuerza e innovación
Volvemos al principio, a un titular con más contenido que el chiste fácil. "Los directivos de empresas se comportan como lo hacen los chimpancés". Pablo Herreros defiende el paralelismo. Para bien y para mal. Ejercen de líderes y pueden servir al grupo pero también recurren a la agresividad. "Muchos directivos realizan comportamientos agresivos, no con violencia directa, pero sí cosas como dar portazos o un golpe en la mesa. Es lo mismo que hacen los chimpancés para evitar que otros se enfrenten a ellos. Es una manera violenta de evitar la violencia real. Si yo doy un puñetazo en la mesa o un portazo le digo a la gente: mirad de lo que soy capaz, no os enfrentéis a mí. Son las mismas demostraciones de fuerza de los primates machos. El problema es que esos comportamientos generan un aislamiento en los directivos, que a veces parecen invitar al resto a cooperar en su contra".El sociólogo y antropólogo encuentra también en los animales pistas sobre cómo expandir las ideas del individuo al resto del grupo, uno de los principios de la innovación. Habla ahora de pájaros y cuenta cómo los herrerillos y los petirrojos de Inglaterra aprendieron a abrir las botellas de leche que dejaban los lecheros en las puertas de los vecinos y cómo los primeros fueron capaces de compartir el descubrimiento y los otros no. Los herrerillos eran más tolerantes, se observaban más, cuidaban más las relaciones. Todos ellos aprendieron a abrir las botellas.
Uno entiende al final que igual la mejor solución sería dejar nuestro futuro en manos de los monos. "Desde luego hay primates que se preocupan más por el cuidado del grupo que algunos que todos tenemos en mente", bromea Herreros.
el dispreciau dice: del planeta de los simios (primates) hemos pasado al planeta de los "nomios"... ¿qué es un nomio? un primate negador. Niega la realidad que lo circunda, niega lo evidente, niega a la sociedad a la cual pertenece, niega a su pareja, niega a su identidad, niega su responsabilidad, niega sus compromisos, pero intenta atropellar a los prójimos con el sólo objeto de apoderarse de los bienes ajenos. ¿Que se siente identificado con la idea?... pues bien, los nomios existen, abundan, y enseñan una involución de los simios, que ya no son tales, dejando de ser primates para ir hacia una forma más retrógrada de las especies... la de creerse más de lo que es, y el de haber logrado que el mundo humano se transforme en una jaula donde reina la edad de piedra, algo semejante a un jurasic park pero con dinosaurios con forma humana, mamíferos por excelencia, única especie que ha logrado ningunear a sus propios hijos... un verdadero espanto. Octubre 23, 2012.-
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