viernes, 21 de septiembre de 2012

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Senadora María Eugenia Estenssoro » Archivo del weblog » “Sarmiento, la prensa y la sorpresa en cadena”

“Sarmiento, la prensa y la sorpresa en cadena”

Por María Eugenia Estenssoro / 20 de September de 2012
Comparto con ustedes artículo escrito por Eduardo Bertoni.
Eduardo es Director del Centro de Estudios en Libertad de Expresión y Acceso a la Información (CELE) de la Facultad de Derecho de la Universidad de Palermo. Fue Director Ejecutivo de Due Process of Law Foundation (DPLF) hasta mayo de 2009. Entre 2002 y 2005, fue Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la Organización de Estados Americanos (OEA).
Esta semana participó como panelista en la Audiencia sobre la Ley de Medios, a tres años de su sanción.
También podrán encontrar otros artículos de opinión en su blog:
“La semana que pasó, la Sra. Presidentade Argentina, hablando por cadena nacional, contó su sorpresa al enterarse que Domingo Faustino Sarmiento, durante su presidencia en el siglo 19, había clausurado dos diarios. Estas palabras proponen revisar un viejo debate vinculado con la prensa, la crítica política, y la intolerancia de los gobernantes a esa crítica.

“En primer lugar, la historia universal muestra casos en los que la crítica política efectuada por la prensa ha contribuido al desarrollo de la democracia. Y de allí su importancia. A Thomas Jefferson se le atribuye la siguiente frase, pronunciada en 1787, años antes de que asumiera el cargo como presidente de los Estados Unidos: “Puesto que la base de nuestro gobierno es la opinión del pueblo, el primer objetivo debería ser conservar ese derecho; y si a mí me correspondiese decidir entre un gobierno sin periódicos, o periódicos sin un gobierno, no titubearía ni un sólo momento en preferir esto último”.

“Sin embargo, y a pesar de lo seductor de estas palabras para cualquier periodista, en honor a la verdad, hay que decir que Jefferson, años después y al verse acosado por la prensa federalista cuando ya era presidente, escribió: “Tan abandonadas se encuentran las imprentas conservadoras que… incluso las personas menos informadas han aprendido que no deben creer nada de lo que publica un periódico. Es una situación peligrosa y, de ser posible, debería devolverse su credibilidad a la prensa. Las restricciones proporcionadas por las leyes de los estados son suficientes para hacerlo, si se aplican. Y por consiguiente he meditado largamente en que unos cuantos procesos a los ofensores más prominentes, tendrían efecto saludable para restaurar la integridad de la prensa”.

“El cambio de discurso entre antes y después de asumir la presidencia, podría también haber causado la misma sorpresa en la Sra. Presidenta.
“Volvamos a Sarmiento. En nuestro país, el 6 de febrero de 1860, la Convención de la provincia de Buenos Aires designó a Vélez Sarsfield, Barros, Pazos, Mitre, Sarmiento, Mármol, Domínguez y Obligado, como integrantes de una Comisión Examinadora del texto constitucional de 1853. Dalmacio Vélez Sársfield, como miembro de la Comisión expuso en la sesión del 1º de mayo de 1860, ante la Convención las razones para incorporar a la Constitución Nacional el actual art. 32. Entre otras cosas, dijo: “Cuando un pueblo elige sus representantes no se esclaviza a ellos, no pierde el derecho de pensar o de hablar sobre sus actos; esto sería hacerlos irresponsables. Él puede conservar y conviene que conserve el derecho de examen y de crítica, para hacer efectivas esas medidas respecto de sus representantes y de todos los que administran sus intereses. Dejemos pues, pensar y hablar al pueblo y no se le esclavice en sus medios de hacerlo. El pueblo necesita conocer toda la administración, observarla y aun diré, dirigirla en el momento que se separe de sus deberes, o para indicarle las reformas o los medios de adelanto, como sucede todos los días. Hoy es sabido en el mundo, que los mayores adelantamientos materiales y morales de los pueblos, son debidos a la prensa, al pensamiento de los hombres que no están empleados en la administración. Nosotros mismos somos testigos de esto.
 La prensa ha indicado mil veces y aun ha exigido las mayores reformas en la administración y ha propuesto y ha disentido las leyes más importantes. Sobre todo sin la absoluta libertad de imprenta, no se puede crear hoy el gran poder que gobierna a los pueblos y dirige a los gobernantes: la opinión pública. Sólo la libre discusión por la prensa puede hacer formar el juicio sobre la administración o sobre los hechos políticos que deban influir en la suerte de un país. Sólo también por medio de la libertad de imprenta, puede el pueblo comprender la marcha de la administración. No basta que un gobierno dé cuenta al pueblo de sus actos; sólo por medio de la más absoluta libertad de imprenta, puede conocerse la verdad e importancia de ellos y determinarse el mérito o la responsabilidad de los poderes públicos. El pueblo entonces, con pleno conocimiento de la administración crea, como siempre sucede, un medio de adelantamiento o el medio de evitarse un mal.”
“Si bien quien habló fue Vélez Sarsfield, Sarmiento integraba la misma comisión a la que Vélez representaba. Sin embargo, la idea de una absoluta libertad de imprenta parece haber desaparecido en Sarmiento cuando fue presidente. Tal vez este cambio, al igual que el que había experimentado Jefferson, es el que causó la sorpresa explicada en cadena.

“La historia nos muestra que no debemos sorprendernos sino estar alertas y abogar para que este tipo de actitudes intolerantes no ocurra. En un estado democrático resulta clave la tolerancia a la crítica por medio de la prensa. Por otro lado, es frecuente que los gobernantes perciban esas críticas como una amenaza. Este conflicto provoca una de las tensiones más comunes de la vida política, y, dependiendo de cómo se resuelva, se traza el límite detrás del cual comienza el autoritarismo. Sin duda, al cerrar diarios, Sarmiento cruzó esos límites.

“Para concluir, vamos ahora a nuestros días y a nuestro país. Al enviar al Congreso la reforma despenalizando delitos de calumnias e injurias, la Sra. Presidenta explicó que “aún a costa muchas veces de soportar cuestiones que tienen que ver con mentiras o que no son ciertas, yo prefiero mil millones de mentiras antes que cerrar la boca o ser la responsable de haber cerrado la boca de alguien. Esta es la verdadera forma en que entiendo la libertad, los derechos humanos y la participación democrática.” Ante semejante manifestación prefiero ser optimista y creer que no habrá motivos para que nadie se sorprenda en el futuro.”

Eduardo Bertoni


Este post fue publicado por María Eugenia Estenssoro, el Thursday 20 de September de 2012 a las 14:06, bajo la sección Todas. Puede hacer un seguimiento de los comentarios de este post gracias al feed RSS 2.0



el dispreciau dice: la libertad de expresión es la piedra fundamental de cualquier sociedad que se considere sana... la libre opinión... el libre pensamiento... la libre reflexión... el aporte que agrega valor a pesar de los disensos... desde luego, los estados ausentes hablan de libertad para luego construir chicanas, cerraduras, cerrojos y hasta manipulaciones, porque de ello vive y se sostiene la clase política miope que caracteriza a las actuales democracias... donde se habla de pluralidad pero se persigue al "distinto". En este punto, la diversidad es apenas una utopía, aunque no la única. Curiosamente, en los medios corporativos ocurre exactamente lo mismo, existe una línea editorial que es aquella favorece a los propietarios, dueños, socios, y de allí hacia abajo lo que piense un periodista puede ser delesnable si se contrapone a los intereses que sostiene la editorial... en tal caso, la libertad de expresión no existe o se condiciona desde el estado ausente tanto como desde el poder omnipresente de los medios, portadores de verdades a medias que cotizan según venden. La única víctima de estas manipulaciones no es otra que la misma sociedad... en la ARGENTINA de estas horas, no de las anteriores, sino de estas, se observa que al estado ausente no le importa demasiado la sociedad, sí algunas cosas de ellas... y por consiguiente, a los medios no les interesa absolutamente nada de la sociedad, sí la usa para sus oportunismos. En tal caso, espantoso por cierto, la realidad se tergiversa y se la mezcla con las irrealidades del poder, fabricándose una circunstancia virtual que no conduce a ninguna parte... sí, a ninguna parte. ARGENTINA de hoy, está manejada desde las cárceles, por gentes (no personas) que construyen sus destinos a partir del robo, del asalto, de la violación, de la vejación, de la mentira, del engaño, de la traición, del asesinato, de la usurpación, etc., esto es que se trata de gentes que están reñidas con sus propias vidas, y no habiendo aprendido nada, sólo atacan el derecho humano y ciudadano de su prójimo... cuando esto sucede, del modo en que ARGENTINA lo está padeciendo... es porque estas gentes (delincuentes) reciben una rara protección del estado ausente, y de sus injusticias... haciendo de ello suculentas cajas negras. El estado ARGENTINO ausente, hoy como tantas otras veces lo ha hecho, impulsa la delincuencia como mecanismo de vida, y lo propio hacen del ocio y de la vagancia de los jóvenes subsidiados para retener sus dignidades. Indudablemente a la ARGENTINA no le sirve, pero a su clase política sí... y lo mismo sucede con los medios corporativos de las noticias... siempre que venda, sirve, por ende es necesario favorecer el morbo sin agregar valor a nada. En dicho contexto, ARGENTINA atrasa... y cada día que pasa lo hace más que nunca antes... esto es que atrasa y atrasa. Por supuesto, el estado ausente dice lo contrario y sostiene su conducta antisocial, que se traduce como un favorecer al improductivo y asesinar al productivo, ya que de eso se trata. La sociedad argentina se ha ido aislando a efectos de salvaguardar lo poco que le queda... y juntamente el estado ARGENTINO ausente, además de ello (ausente) se ha tornado definitivamente autista, sin que ello suene peyorativo. ¿Por qué?, porque cuando el estado ningunea a su pueblo y éste hace lo propio con su estado, detrás no queda nada y sólo se fabrican vacíos de poder y de convivencia. Léase, no estamos yendo a ninguna parte... no hay un modelo de país sino un empecinamiento ideológico falso que divide para reinar (por ende atrasa)... no hay un modelo económico sino una clara intencionalidad expropiatoria y exterminadora del derecho público... y detrás no hay ni un modelo de salud pública ni otro de educación pública, por ende (otra vez) no hay nada. ARGENTINA está transitando horas demasiado peligrosas, que ya fueron caminadas durante los cincuenta, los sesenta, los setenta, los ochenta, los noventa, y todo el tiempo que lleva el nuevo siglo... el proceso militar de los setenta confundió ideas con ideologías y ahora, en una supuesta democracia, el poder ausente está haciendo lo mismo... yendo aún más lejos... pretendiendo imponer una ideología que además de perimida, atrasa por la cantidad de óxidos que lleva encima. Traducido, si la sociedad retrograda de la mano del estado ausente... no habrá sociedad ni tampoco estado. Septiembre 21, 2012.-

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