PANORAMA TUCUMANO
Dejar de pelear y empezar a actuar
Lunes 14 de Febrero de 2011 | Fotia aprovechó que la AFIP decidió encarar una campaña de lucha contra el trabajo ilegal en el agro para pasar viejas facturas. Insultos y agravios.
Autor
Fernando García Soto
Redacción LA GACETA
gsoto@lagaceta.com.ar
Sin dudas, el Gobierno nacional no podía permitir que el campo le generara problemas en medio de un proceso electoral clave como el que está en marcha, en el que se juega nada menos que la continuidad del kirchnerismo en el poder en los próximos cuatro años. Es por eso que apenas la Mesa de Enlace Agropecuaria anunció un paro de comercialización de granos a mediados de enero, se activó una campaña oficial -difundida día a día a través de los medios de comunicación- de control del trabajo en condiciones de esclavitud en empresas ruralistas de todo tipo. La AFIP se erigió en protagonista casi excluyente en esta iniciativa, y exhibió procedimientos en distintos establecimientos agropecuarios del país -no en Tucumán-, que pusieron en evidencia una práctica histórica deleznable, cuyo combate justo en este momento deja cierto gusto a oportunismo. Igualmente, el Gobierno parece haber logrado que las voces ruralistas contra la política agropecuaria nacional quedaron virtualmente acalladas ante las imágenes y testimonios de trabajadores argentinos que son empleados en condiciones infrahumanas por algunas empresas del sector rural. Lo que no esperaban las autoridades de la AFIP es que dos importantes gremios tucumanos pusieran en evidencia que el organismo recaudador no tiene la costumbre de responder a las denuncias sindicales sobre trabajo en negro en nuestra provincia. Y ardió Troya.
La queja surgió nada menos que de los titulares de la Federación de Obreros de la Industria Azucarera (Fotia), Roberto Palina, y de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), Jesús Pellasio. No es la primera vez que estos dirigentes sindicales, que son la cabeza visible de las entidades que agrupan a los peones rurales de Tucumán, expresan su indignación por la falta de respuestas de los organismos del Estado (nacionales y provinciales) ante las denuncias sobre trabajo ilegal en el campo. Aseguran que tienen sobradas pruebas de presentaciones escritas elevadas a la AFIP, en las que solicitan inspecciones a empresas agropecuarias tucumanas sospechadas de emplear trabajadores en negro. Lo curioso es que aseguran que jamás obtuvieron una solución de este organismo.
Probablemente, los popes de la AFIP estaban preparados para responder con habilidad y argumentos cualquier ataque contra los novedosos procedimientos de inspección, siempre que provinieran de las entidades que integran la Mesa de Enlace, o de los partidos opositores, e incluso de los medios de comunicación que el kirchnerismo considera hegemónicos o monopólicos. A Uatre nacional también parecían tener bajo control, con la estrategia de presentar a este gremio -cercano al ex presidente Eduardo Duhalde- como aliado de la patronal ruralista y cómplice del trabajo rural esclavo. Pero seguramente no estaban listos para lidiar con Fotia, un gremio allegado a la gestión del hiperkirchnerista José Alperovich, y no opositor al Gobierno central. La crítica sindical dejó mal paradas a las autoridades del órgano recaudador, al punto que su propio interventor, Ricardo Echegaray, salió a responder el reclamo con datos sobre los operativos realizados últimamente en Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca que, según la información oficial, incluyeron citrícolas, textiles, playas de estacionamiento, inmobiliarias, transporte de pasajeros (taxis), industria azucarera (ingenios), empresas con beneficio de promoción agropecuaria e industrial, concesionarios de autos de alta gama, hoteles, telecentros, aeropuertos y terminales, bares y restaurantes. El listado, dado a conocer a LA GACETA por el propio Echegaray, no incluye cañaverales ni fincas con limón, lo cual puede interpretarse como un descuido, o como que tales campos están incluidos en los ítems "industria azucarera" (aunque el mismo texto oficial aclara que se trata de los ingenios), o "citrícolas" (que son establecimientos industriales, no quintas). Lo concreto es en la nómina no figuran campos de ningún tipo, lo que de alguna manera convalida las denuncias de Palina y de Pellasio. Pero lo más curioso fue el párrafo que el líder de la AFIP les destinó a los sindicatos que cuestionaron el accionar del organismo: "Mientras la AFIP se encarga de gestionar y accionar sobre el trabajo esclavo e ilegal, estos gremios se encontraban callados pactando con la patronal hasta el límite de la servidumbre de sus propios afiliados". La declaración en sí misma se asemeja más a una bravuconada o a una expresión "en caliente" que a una frase surgida de la reflexión, pero se sabe que es frecuente en el kirchnerismo devolver un ladrillazo a quienes se atreven a objetar las políticas oficiales.
Lo cierto es que la contestación de la AFIP puso en alerta a los gremios tucumanos, en especial a la dirigencia de Fotia, que salió con los tapones de punta a responderle a Echegaray, con expresiones del talante que antes había proferido el funcionario nacional. Sería de esperar que la etapa de insultos y descalificaciones que abrieron el debate sobre el trabajo informal en el sector rural tucumano dé paso a medidas concretas para combatir este verdadero problema.
La Gaceta - Dejar de pelear y empezar a actuar
eldispreciau dice: por qué se enoja la gente?, ¿será porque los funcionarios están en permanente off-side?, ¿será porque la gente está harta de ellos y sus atropellos?, ¿será porque los empresarios no tienen vergüenza alguna y expresan lo peor de sí sin cumplir con finalidad social alguna?, ¿será por que el sindicalismo no ve y sólo quiere recaudar para suy fines escasamente sociales y protectivos?, ¿será pórque la esclavitud justifica los medios y aporta al estado ausente y perverso?, vaya a saber por qué será. Pero el problema crece. La desconsideración hacia el que colabora y trabaja es creciente desde todos los ángulos y esta no es una mera cuestión enunciativa... El propio estado ausente ignora para luego discursear y declamar a los cuatro vientos cosas que no existen... No importa si son limones o desarrollos técnicos, o proyectos científicos, o tomar una pala y hacer un pozo, todo es lo mismo y el desprecio hacia el prójimo es hoy semejante a cuando a los reinos europeos se les había ocurrido tomar esclavos del África para cercenar sus destinos y tener mano de obra barata. En un mundo de locuras, comprobar que nada está en su lugar ya no produce sorpresas... Mientras tanto cada cual defiende sus quintas y se rasga las vestiduras sin importarle un bledo el conjunto, la comunidad, la sociedad y sus fines. El cinismo caracteriza a la política y sus funcionarios obsecuentes, sin cerebro y sin alma. Ella se acompaña por una temible hipocresía. Ambas prometen que la esclavitud seguirá creciendo de la mano de las miopías, las cegueras y sus otras sorderas... Ese bloque ha asumido que todo está fenómeno y a la gente no le queda más remedio que vivir... NO es Tucumán, es el mundo de mezquindades que se está consumiendo en su propio caldo... NO sólo de pan vive el hombre... Febrero 14, 2011.-
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