jueves, 25 de febrero de 2010

bicentenario de una utopía llamada ARGENTINA


Combate naval. Una obra de Héctor Meana
Foto: Gentileza INB

Bicentenario
El Almirante de la patria
Mientras la Flota de Grandes Veleros surca las aguas de nuestro país, se recordará a Guillermo Brown con una muestra igualmente itinerante

Noticias de Revista: Domingo 21 de febrero de 2010 | Publicado en edición impresa

No me pesa haber sido útil a la patria de mis hijos, considero superfluos los honores y las riquezas cuando bastan seis pies de tierra para descansar de tantas fatigas y dolores", le dijo Guillermo Brown al marino Joao Pascoe Grenfell, en su quinta de Barracas. Atrás había quedado el pequeño William, de siete años, que una tarde saltó a un bote, desplegó la vela y navegó por el río Moy, como relata Marcos Aguinis en su libro Brown. En palabras de Mitre, se había convertido en el Primer Almirante de la Patria.

Con el espíritu del bicentenario, es inevitable recordar la figura de Guillermo Brown. La Flota de los Grandes Veleros, una aventura que surcará los mares de América Latina para conmemorar las primeras revoluciones patrias llegará mañana al puerto de Mar del Plata y permanecerá allí cinco días. Mientras las naves estén amarradas en la Base Naval de ese balneario, se presentará la Muestra Guillermo Brown, Héroe en la Argentina y América Latina.

Luego, entre el 4 y el 9 de marzo, cuando los veleros hayan llegado al Apostadero de la Armada Nacional en Dársena Norte se presentará la muestra en el puerto porteño. La misma exposición se verá después y durante todo el año en los salones de Casa Amarilla (réplica de la vivienda que habitó el almirante, en La Boca). "Buscamos recuperar el rol de la historia naval mediante su figura y la tarea que realizaron sus tripulantes en la gesta de la independencia", resume Jorge Bergallo, presidente del Instituto Nacional Browniano.

Historia de un grumete
Guillermo Brown nació en junio de 1777 en Foxford, un pueblo al noroeste de Irlanda. La persecución religiosa contra los católicos, el hambre y la pobreza lo llevaron con su padre al destierro, con la ilusión de que su madre y sus hermanos viajaran después. Pero al tiempo de llegar a Filadelfia, en 1787, su padre murió de fiebre amarilla. Tenía diez años y la mirada huérfana, perdida entre las embarcaciones del río Delaware. Hasta que un día se sumó como grumete a un buque mercante yanqui y comenzó su carrera naval.

Participó en las guerras napoléonicas (1787-1790), fue prisionero en dos cárceles francesas (1803-1804) de las que logró fugarse, y conoció el amor con Elizabeth Chitty, con quien se casó en 1809 y tuvo tres hijos: Guillermo, Ignacio Estanislao y Eduardo y dos hijas, Eliza y Martina. Ese año, desembarcó en Montevideo a bordo de la fragata Belmond. "Al llegar al Río de la Plata Guillermo Brown se comprometió en cuerpo y alma con el proceso de emancipación. Desde el primer momento fue un gran patriota", expresa Pacho O´Donnell. Tanto es así que en 1814 un decreto del director Gervasio Posadas lo nombró responsable de la Escuadra. "Ante la falta de marinos, los hombres de Mayo se enteraron de la experiencia de Guillermo Brown y le ofrecieron la dirección de la escuálida escuadra de Buenos Aires", agrega el historiador.

En tres meses, liberó Martín García y Montevideo, y terminó con la presencia española en el Río de la Plata. Un año más tarde inició una campaña de corso por las costas americanas del Pacífico y, en 1822, regresó a sus tareas de agricultura en "la kinta" -así llamaba a su casa-, sus actividades comerciales y la vida en familia.

"Pero fue durante la guerra con el Brasil, en 1826, cuando el prestigio del almirante llegó a su cenit. Enfrentaba con unos pocos barcos a la escuadra más grande de Sudamérica", dice el historiador Miguel Angel de Marco. "Las naves brasileñas terminaron por retirarse, en tanto Brown era objeto del entusiasmo y de la admiración del vecindario", completa.

Por cinco meses, se hizo cargo del gobierno de Buenos Aires (1828-1829). "Hasta ese momento no se metía en disputas políticas. Pero cuando Lavalle hizo el golpe contra Dorrego, Brown lo apoyó. Su alto prestigio militar hizo que muchos opositores a Lavalle no se rebelaran, hasta que Dorrego fue asesinado, en contra de la voluntad de Brown, desencadenando la guerra civil", expone el historiador Gabriel Di Meglio.

En 1841, Rosas lo designó Comandante General de la Escuadra de la República y un año más tarde, Brown derrotó a Garibaldi, en Costa Brava. Se retiró a los 67 años y murió el 3 de marzo de 1857. Fue sepultado en el Cementerio de la Recoleta, en la bóveda del General José María Paz. En su discurso de despedida, Mitre lo homenajeó: "Brown en la vida, de pie sobre la popa de su bajel, valía para nosotros por toda una flota".

Desde hace cinco generaciones, los descendientes directos de apellido Brown han sido depositarios de algunas pocas reliquias que dejó el Almirante. "Hay objetos originales que hereda el primer Guillermo Brown de cada generación, como su libro de bitácora en inglés o el cuadro que le obsequió Golou después de la batalla de Montevideo", cuenta el ingeniero agrónomo Guillermo Brown (66), chozno del Almirante. Será su nieto, Guillermo Tomás Brown (3), el próximo en recibirlos. A las mujeres les queda el anillo de compromiso, cuyo diamante tiene forma de corazón. María Cristina Brown de Racedo (57) lo heredó de su tía María Corina y cuando sea el momento, será la pequeña Martina (2) su depositaria.

En la familia sobrevive el permanente recuerdo hacia el almirante. Por eso, hace algunos años, Agustín Brown -hijo de Guillermo- y Juan Manuel Racedo -hijo de Cristina- viajaron al pueblo donde nació el héroe del mar y colaboraron en la creación de un museo en su memoria.

Por Andrea Calderón


Regata sudamericana
Regata Internacional de Grandes Veleros 2010

Con motivo del Bicentenario, el encuentro Velas Sudamérica 2010, que comenzó el 2 de este mes en Brasil, pasará por Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y República Dominicana, para terminar en el puerto de Veracruz, en México, entre el 23 y 28 de junio

Los números de la Regata

5 naciones latinoamericanas festejan su bicentenario
14 puertos serán testigos de su itinerario y de su presencia
10 países latinoamericanos abrirán sus puertas a los protagonistas del encuentro
12 naves a vela de gran porte aceptaron el desafío

Fragata ARA Libertad

Es el buque Escuela de la Armada Argentina y una de las tres naves locales que participa de la Regata (las otras dos, Dr. Bernardo Houssay y Ice Lady Patagonia II, son de mucho menor porte)
Se trata de una fragata de tres palos (trinquete, mayor y mersana) y bauprés.
Los palos son de acero y están formados por macho y mastelero
La plancha propulsora está formada por dos motores diesel de 1200 HO
Representó a la Argentina en más de 500 puertos y 60 países
Tiene 104 metros de eslora, 14,30 de manga y 6,60 de calado
Desplaza 3765 toneladas de carga completa
Su tripulación es de 300 personas

La exposición
Guillermo Brown. Héroe en la Argentina y en América Latina
Visión de la vida y la epopeya de creador de nuestra Armada. Estarán presentes sus luchas por nuestra independencia y soberanía. Imágenes recreadas de documentos fehacientes y siluetas de destacados personajes en tamaño natural. También, se expondrán cañones, objetos navales y material museístico

Más información, www.inb.gov.ar

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BicentenarioEl Almirante de la patria

Mientras la Flota de Grandes Veleros surca las aguas de nuestro país, se recordará a Guillermo Brown con una muestra igualmente itinerante

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el dispreciau dice: ARGENTINA, una tierra de oportunidades, contradicciones y paradojas... paraíso de las utopías. Febrero 25, 2010.-

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