Victor Norberto (el dispreciau):
Llevamos 48 horas sin autonomías, o casi. Deberíamos estar celebrándolo, si las circunstancias fueran otras.
Dejando a un lado su aspecto más importante y grave, la muerte de personas, y sus consecuencias económicas, que se auguran muy negativas, la epidemia podrían contener al menos cuatro elementos menos malos.
Me permito compartirlos contigo.
Redescubrir lo importante
Primer factor menos malo: el fin de la preocupación por modas o hechos menos relevantes en favor de los problemas reales ante los cuales todos hemos de hincar el codo.
Ya está sucediendo, por ejemplo, con el ecologismo progre o con el feminismo supremacista.
¿A quién le importa en estos momentos toda esa basura creada artificialmente a través de consignas partidistas y dinero público?
Autonomías kaputt
Segundo elemento menos malo: el cuestionamiento del estado de las autonomías, cuya eficacia y utilidad se ha puesto en evidencia a raíz de la epidemia.
En defensa de las autonomías escribía este fin de semana Ignacio Camacho que “el modelo autonómico está pensado para condiciones de normalidad” (La playa cerrada). ¡Pues menudo argumento!
¿Acaso tiene sentido sostener un sistema político-administrativo tan burocratizado y caro para que solo funcione cuando no hay problemas?
¿No sería mejor un sistema que funcionara a las buenas y también a las malas?
El nacionalismo repele
Tercera consecuencia menos mala de la epidemia: los nacionalismos apestan y cada vez más personas se dan cuenta.
Toda esa gente que en Cataluña, en el País Vasco, en la Comunidad Valenciana, Galicia, Navarra o Baleares compadrea con sus nacionalismos respectivos e incluso lo votan de vez en cuando, todas esas personas están viendo cuál es el verdadero rostro de los partidos etnicistas.
Cataluña es España. Y España es Cataluña, no ya por las evidencias históricas y culturales, sino porque la amenaza de un virus oriental ha ridiculizado el discurso de la identidad y de la excepción, más todavía en el contexto de una sociedad globalizada en estado de pánico que apela a los mecanismos de la solidaridad más cercana e inmediata. (Rubén Amón: Y el coronavirus mató el soberanismo)
El nacionalismo es una secta que jamás debió salir del basurero de la Historia. Y hoy se pone en evidencia paseando su mierda en medio de una crisis sanitaria sin precedentes.
Poco antes de aislar varias poblaciones catalanas, la consejera de Sanidad de allá les explicó a los periodistas que el brote catalán era especial, completamente distinto al del resto del país. (Juan Carlos Girauta: Cuentos para dormir a una nación)
El virus será la tumba del Gobierno progresista
Me permito adaptar un lema habitualmente utilizado por la izquierda en sus manifestaciones para señalar la cuarta consecuencia menos mala de la crisis sanitaria: lo difícil que lo tiene el Gobierno de PSOE + Podemos + etarras tuneados + nacionalistas para sobrevivir a esta difícil prueba.
El Gobierno se ha quedado ya sin margen para el error. La imprudencia temeraria cometida con las concentraciones de masas de la semana pasada, la convicción generalizada de que está llegando tarde y mal a todas las citas y la impresión de que este Gobierno frentista no es el adecuado para conducir una crisis de esta dimensión pesan como una losa sobre su credibilidad.
En las próximas semanas, tendrá que ganarse palmo a palmo la confianza del público, sabiendo que un solo tropezón más sería ya irreparable para su imagen pública —y para la serenidad social—.(Ignacio Varela: Cambio de planes: concertación nacional o desastre)
Tampoco hay que alegrarse demasiado de este hecho porque el hundimiento del Gobierno frentepopulista debido a su absoluta incapacidad es algo que vamos a pagar los ciudadanos de a pie.
Somos nosotros quienes padeceremos en nuestros bolsillos las consecuencias de su ineficacia y será nuestro país el que tal vez tenga que pedir a Bruselas un nuevo rescate (si es que para entonces sigue funcionando algo parecido a la actual UE).
Mientras la cifra de los contagios sigue su escalada, la obligada paralización del país llevará a nuestra renqueante economía al borde del precipicio. A partir de hoy, vendrá una oleada de despidos. Muchas empresas que cierran por el coronavirus ya no volverán a abrir. Las familias lo pasarán mal. El enorme esfuerzo de gasto público que exige esta batalla agravará aún más el agujero del déficit y de la deuda. Es prácticamente seguro que España cerrará 2020 en recesión. Y no tardaremos en volver a sufrir las sacudidas de los mercados financieros. (Ignacio Varela: Cambio de planes: concertación nacional o desastre)
¿También la tumba de las derechas?
¿Tienes la sensación de que no existe la oposición en España desde que nos convertimos en el hogar preferido del coronavirus?
Bueno, no quiero exagerar, pero convendrás conmigo en que a PP y a Vox no hay quien les reconozca.
Del PP sabemos que de vez en cuando le suelta un pellizco al Gobierno. Pero tranqui, Pablo, que ni moratón le dejas.
En cuanto a Vox, hemos sabido estos últimos días que unos saltan a la comba…
… Y otros levantan pesas.
A todos ellos, mis mejores deseos, que su salud mejore.
Pero en el momento que vive España resulta difícil de entender que personas tan avispadas caigan en propuestas mediáticas tan burdas.
Ahora no toca cuidar tu imagen en reportajes que recuerdan las lamentables apariciones de miembros del exgobierno del PP en Vogue.
Me congratula que Santiago Abascal no haya caído en ese error.
¿Ya ha dimitido este tipo?
¿O alguien le ha echado?
¡Eh! ¡PP, Vox! ¡Hora de levantarse!
Desde La Contra TV han elaborado un buen video a propósito de las mentiras del Gobierno y de este señor:
Peluquerías abiertas, iglesias cerradas
Reconozco que esto me está resultando muy difícil de entender.
El cierre de templos se está produciendo entre católicos, evangélicos y musulmanes:
He dado con dos reacciones que pueden ejemplificar bien las posiciones en discordia cuando el domingo pasado nos dieron con la puerta en las narices.
El Coronel Pakez, provocador siempre y enarbolando las banderas más grandes, no se cortó un pelo:
En el lado opuesto de la diatriba, otro tuitero relevante, sacerdote, ofrecía su versión en un largo hilo de Twitter:
La cita
Algo tenemos que tener los españoles con el papel higiénico. A las 9.20, las estanterías del papel higiénico estaban vacías.
Y la imagen
Victor Norberto(el dispreciau), no vamos a pasarles ni una, ¿a que sí?
Entre tanto… ¡salud y paz!
Y hasta mañana, si Dios quiere.
TU DÍA ACTUALL
Las inesperadas ventajas de una Semana Santa anticipada, con su ración de penitencia, saco y ceniza. Nos creíamos los reyes del mambo, pero una plaga cuasimedieval que evoca la peste negra, nos ha confinado en nuestras casas y metido en el cuerpo el miedo a la muerte. Amplía la opinión, aquí.
Elogio de Boris Johnson ante el coronavirus. Al contrario del resto del mundo, tiene un plan para combatirlo, un completo plan con el objetivo de proteger a las poblaciones más vulnerables con enfermedades subyacentes. Más información, aquí.
Mi hijo, concebido en violación, me salvó de la violencia en casa. Hazteoir.org considera la decisión "un atropello a la libertad de expresión" que "pone en duda la separación de poderes en España". Amplía este testimonio, aquí.
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¡Que tengas un buen día!
(el dispreciau) dice: está todo muy claro... la clase política no sirve para nada, y los políticos que la componen, tampoco... son meros describidores de la negligencia que los viste... luego, el poder económico tampoco sirve para nada, y sus prioridades se ubican por fuera de las necesidades genuinas de la sociedad humana, siendo que se trata de meros jugadores y apostadores de la pobreza ajena... queda por arriba y por detrás el poder corporativo, que ha demostrado una vez más que la humanidad le importa un carajo y que su único objetivo es el negocio a como sea, funcionando como ministerios repletos de burocracias pero sin capacidad para analizar ninguna realidad, tampoco de resolverla... léase, el virus, un simple virus ha puesto en evidencia el rigor de las miserias humanas y el desprecio de sus mezquindades... más tarde, detrás no hay substancia, no hay esencia, no hay nada... marzo 17, 2020.-
la incapacidad reinante es tan brutal y dramática que aseguran que este simple virus COVID-19 se convertirá en la famosa invasión de "el eternauta", nunca tan vigente, aún habiendo sido escrito en 1957... (idea de 1956)...
por si no te diste te cuenta... la mierda les llega al cuello, y se los devorará, indefectiblemente... y la culpa será de ellos, y de ningún otro...
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