Dos noticias, una buena y otra mala. La buena, una de las mejores de este último trimestre del año, es que el Estado Islámico (IS) ha sido derrotado en Siria, después de haber sembrado de muerte la zona, devastado el país, y exterminado a minorías como la cristiana.
La mala es que sería una ingenuidad pensar que a la hidra de innumerables cabezas no le va a crecer otra.
De hecho, ya ha surgido en la misma Siria donde los yihadistas han sido derrotados. Se trata de los Soldados de Al-Furqan, grupo patrocinado por Al Qaeda, y con restos del IS, con el propósito de resucitar el califato, volver a desestabilizar la zona e incluso atentar contra los “cruzados”, lo que en su peculiar terminología significa los países occidentales.
Lo cuenta Javier Villamor en un detallado informe que incluye opiniones de expertos en política internacional y Oriente Medio como Rafael Bardají, Felipe Sahagún o Serafín Fanjul, y que te adelanto como suscriptor de Actuall
Como si fuera una broma macabra, uno de los dirigentes del nuevo grupo terrorista es Hamza Bin Laden, hijo de Osama Bin Laden. Y ha empezado pisando fuerte, proclamando la guerra santa contra los países musulmanes infieles (en este caso regímenes chiitas como Siria e Irán, pero también otros países de Asia como Afganistán o Indonesia); y por supuesto contra las potencias occidentales.
Su financiación procede de la herencia de la familia Bin Laden y otros magnates del petróleo; así como de los recursos expoliados por el IS, el contrabando de obras de arte y hasta del tráfico de esclavos.
Cuenta Villamor datos espeluznantes de ese mercado de carne humana: los esclavos se venden entre 165 dólares para los niños de 1 a 9 años y hasta 40 dólares para los mayores de 40 años. Muchos de ellos son parte del botín de guerra que ha hecho el Califato en Siria e Irak.
Lo triste del caso es la complicidad de Occidente en el terrorismo islamista. Al fin y al cabo, el IS fue una especie de Frankenstein creado por Arabia Saudí pero con el beneplácito de EEUU, al que le venía muy bien como instrumento en la guerra de Siria.
Los mismos EEUU que –durante la era Reagan- apoyaron a Sadam Hussein en la guerra contra Irán (1980-1988), y posteriormente lo convirtieron en el Eje del Mal –durante la era Bush Jr- y fueron a por él.
Los mismos EEUU que contribuyeron a crear Al Qaeda para enfrentarse contra los rusos en Afganistán, y años después terminaron persiguiendo y eliminado a Osama Bin Laden.
Es lo que tienen los monstruos. Los creas pero cuando se echan a andar se le van a uno de las manos y ya no hay quien los controle.
A los saudíes les vino de perillas el IS para desafiar a Irán (aliado de Siria) con quien rivaliza por la hegemonía política y militar en Oriente Medio. Y también como instrumento de su particular “guerra de religión” dentro del islam (los saudíes sunitas frente a los sirios e iraníes chiítas).
Y a los norteamericanos para presionar a Siria y, de paso, a Irán –que considera a Estados Unidos el gran Satán-, y proteger a Israel.
El problema es que el IS ha llegado a tener considerable poder económico, al controlar los pozos de petróleo, y al enriquecerse con la guerra. Y ahora se metamorfosea adquiriendo distintas caras para seguir sembrando la muerte y la destrucción.
Han perdido la guerra en Siria, pero sigue representando una amenaza en el resto del mundo. A medida que iban perdiendo la guerra en Siria e Irak, los yihadistas atentaban en el “frente occidental” (París, Londres, Niza, Madrid). Y todo indica que, a partir de ahora, lo van a hacer más todavía.
Y lo más preocupante no es sólo esta reencarnación del monstruo terrorista… sino el buenismo de un Occidente que parece haberse rendido antes de entablar batalla. En países como Reino Unido o Suecia, la policía no se atreve a entrar en las “no gone zones” controladas por los islamistas. Y cuando los musulmanes radicales violan a mujeres… ocultan el dato.
Necesitaríamos volver a las raíces de Europa, y tener a mano a un Carlos Martel o a un Rodrigo Díaz de Vivar… Por desgracia no ocurrirá. El pánico a ser llamados “islamófobos” paraliza a nuestros gobernantes.
Muchas gracias por seguirnos.
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