Los yihadistas buscan nuevos vacíos de poder
Privados de territorio en Irak y Siria, los combatientes extranjeros son una amenaza para sus países de origen
Dubái
Fuerzas de seguridad recuperan los restos de lo que parece una fosa comú de víctimas del ISIS e Raqa.AP
La derrota del califato en Irak y Siria ha dejado sin guarida a varios miles de combatientes extranjeros. Algunos tal vez intenten regresar a sus países de origen (la pesadilla de los servicios secretos occidentales); muchos, sin embargo, están tratando de llegar a otras zonas de la región donde ya opera alguna organización yihadista como el Sinaí (Egipto), Libia, Afganistán, e incluso Yemen. Esa “migración a la inversa” amenaza no sólo con azuzar los conflictos ya existentes, sino con suscitar otros nuevos.
“A diferencia de Al Qaeda, el ISIS nació como una organización iraquí y no se preocupó de la acción exterior. Pero desde la intervención internacional, especialmente en Siria, los combatientes extranjeros se han convertido en una amenaza”, señala Renad Mansour, de Chatham House. Por un lado, explica, “están buscando nuevos vacíos para intentar lograr un control territorial”. Además, de forma más vaga, “alientan a grupos locales a utilizar el nombre del ISIS para sus objetivos”.
Reportajes periodísticos sobre el terreno han revelado cómo muchos combatientes han escapado a través de la frontera de Siria con Turquía, desde donde intentan llegar a otros destinos. Joanna Parazczuk, una investigadora que rastrea los combatientes rusohablantes, ha encontrado pruebas de que algunos que antes han luchado en Irak y Siria ahora se han trasladado a Sinaí. A primeros de diciembre, la agencia France Presse recogía testimonios sobre la incorporación de combatientes argelinos y franceses a las filas del ISIS en Afganistán, algunos de ellos procedentes de Siria. También de este país proceden los combatientes uigures que Associated Press ha entrevistado en Turquía y que aspiran llevar la lucha a China algún día.
Hassan Hassan, un experto en el ISIS y Al Qaeda, habla de “una migración a la inversa de yihadistas desde Siria e Irak”. También se hace eco de combatientes de Al Qaeda en Siria que intentan llegar a Yemen, al parecer fruto de la tensión de ese grupo con la que fuera su rama local. “Si se confirma, esta tendencia podría llevar a la emergencia de nuevos núcleos de extremismo en la región”, alerta el investigador.
De momento, algunos gobiernos europeos han intentado evitar el regreso de sus nacionales por temor a que organicen atentados. The Wall Street Journal revelóel pasado mayo que las fuerzas especiales de París habían facilitado a las tropas iraquíes coordenadas de franceses integrados en el ISIS. El secretario de Defensa británico también se ha mostrado partidario de “eliminar” sobre el terreno a los militantes de su país.
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