domingo, 18 de junio de 2017

La historia de la semana: La ley del silencio / En el abortorio Dator no sólo mueren bebés

Actuall - actuall.com
Los desfiles de féretros pueden hacer tambalearse a un Gobierno o, al menos, hacerle bajar enteros en el índice de popularidad. Pasó con Nixon, cuando la Guerra de Vietnam y llegaban ataúdes de soldaditos desde Saigón, más los papeles del Pentágono y luego el escándalo Watergate.
Pero no hace falta retroceder a los Estados Unidos de principios de los años 70. Ahora mismo, en 2017, y sin salir de Madrid hay un reguero de muertos que ni siquiera salen en ataúdes, sino troceados en el cubo de los desperdicios. Son los fetos masacrados de la clínica Dator de Madrid, el mayor abortorio de España.
Desgraciadamente estamos acostumbrados a esa atrocidad silenciosa y silenciada, con la connivencia de Gobierno, parlamento y  jueces; esa injusticia que ni siquiera es noticia para los grandes medios de comunicación.
Cuando se despenalizó la ley del aborto en 1985, se aducían dos cosas: que había que acabar con los abortos clandestinos gravemente peligrosos para la salud de la madre; y que el objetivo era que la mujer que aborta no fuera a la cárcel. Derechos de los mujer todos; derechos del niño, cero.
Pero hete aquí que aquella ley de los tres supuestos -impulsada por el socialista Felipe González-, y después la reforma que convertía al aborto en un derecho de facto -impulsada por otro socialista Zapatero ¿será casualidad?- no han evitado la muerte de madres. De hecho, en los abortorios nacidos a la luz de tan chapuceras e injustas legislaciones han proliferado el negocio sucio, las corruptelas y la muerte, como pasó con el doctor Morín, condenado a 18 meses de cárcel por practicar abortos ilegales.
Según publicamos en Actuall, en la madrileña clínica Dator, el mayor abortorio de España, no sólo mueren bebés. El grupo Rescatadores Juan Pablo II, dedicado a informar y prestar ayuda a las madres que se acercan a los abortorios, cuenta que al establecimiento acude, de tanto en tanto, la funeraria Parcesa para retirar el cadáver de alguna madre que estaba abortando.
Han publicado en su blog fotos de trabajadores de la funeraria sacando cajas  de grandes dimensiones de la Dator e introduciéndolas en una furgoneta. Han consignado, al menos, cinco casos en los últimos dos años. Y vecinos del abortorio se hacen eco, desde hace tiempo, del trasiego de cajas…
Nicolás de Cárdenas, redactor jefe de Actuall, ha hablado con los rescatadores, con médicos, juristas y testigos y ha elaborado un reportaje sobre estos hechos, que desmienten el mito del aborto seguro. Te lo adelanto como suscriptor de Actuall
 Aborto seguro, contradicción in terminis, porque lo único seguro en el aborto es que el niño perece de forma cruel y que la mujer no se libra de correr riesgos, e incluso de perder la vida.
¿Qué hacer ante esta arbitrariedad, la mayor que quepa imaginar en un Estado de derecho? Hay varias opciones. Una es no depositar la confianza en los partidos abortistas. ¡Pero es que lo son todos los que juegan en la liga electoral ! -puede decir alguien-. En efecto, y para esos casos recuerdo que la abstención es tan legítima como el voto.
Otra es formar un nuevo partido político o una plataforma o una agrupación de electores.
Otra es invocar la libertad de expresión (antes de que llegue un Gobierno y la retire del artículo 20 de la Constitución… y quizá ese día no esté lejos) y protestar, agitar redes sociales, colaborar en medios, escribir, hablar...
Otra es remangarse y meterse en faena evitando abortos -al ofrecer información a las madres- y ofreciendo salidas a las mujeres abocadas a esa terrible opción.
Otra, en fin, es manifestarse en la calle, proponiendo alternativas, más allá de la mera queja (por justificada que esté). Es lo que vamos hacer en Madrid y una veintena larga de ciudades de toda España el domingo 18 de junio en la VII Marcha por la Vida, convocada por Derecho a Vivir.
Y lo vamos hacer proponiéndole al Gobierno que incluya en el protocolo de las mujeres que se plantean el aborto la realización de una ecografía. Ocultarles esa información  supone engañarlas y no respetar su libertad, al no darles la opción de elegir.
Una propuesta transversal, apartidista, constructiva, fácil de implementar y sobre todo justa. Porque ese latido del feto puede salvar muchas vidas, puede conseguir que baje  la cifra anual de abortos en España: 100.000
Se cuenta que Lenin, melómano confeso, estaba tan subyugado por la sonata número 23 de Beethoven (la Appassionata), que decidió dejar de escucharla… porque entonces no sería capaz de hacer la Revolución.
Si la sonata de Beethoven estuvo a punto de evitar aquella carnicería, imagínate lo que puede lograr la sonata de la vida, el latido del ser humano más diminuto e indefenso.
Muchas gracias por seguirnos.  Sigue nuestras actualizaciones a lo largo del día en Twitter. Hazte fan de Actuall en Facebook.

No hay comentarios: