Multitudinaria protesta en Argentina contra el Gobierno de Cristina Fernández
La oposición se une para denunciar el proyecto de reforma judicial, entre otras reclamaciones
Alejandro Rebossio Buenos Aires 19 ABR 2013 - 06:44 CET1029
La oposición a la peronista Cristina Fernández de Kirchner protagonizó este jueves por la noche masivas manifestaciones en Buenos Aires y en otras ciudades argentinas en contra de la reforma judicial anunciada por el Gobierno de este país, entre otras reclamaciones. Desde al año pasado ciudadanos desconocidos, algunos identificados con partidos políticos de derecha, vienen organizando por las redes sociales protestas nocturnas contra el Ejecutivo pero la de esta noche fue la primera en la que participaron todos los líderes de los principales partidos de la fragmentada oposición, desde la Unión Cívica Radical (UCR) hasta el peronismo antikirchnerista, de la conservadora Propuesta Republicana (PRO) al Frente Amplio Progresista (FAP). Eso sí, los políticos iban mezclados entre la gente, sin sobresalir.
Una larga columna de manifestantes se extendía como un río caudaloso por kilómetros en Buenos Aires, desde la esquina de las avenidas Santa Fe y Callao, en el aristocrático barrio de Recoleta, hasta el Congreso de la Nación, pasando por el Obelisco y la Plaza de Mayo. La protesta iba a llegar solo hasta esta última plaza, donde está la Casa Rosada (sede presidencial de Argentina), pero los manifestantes decidieron continuar hasta el Congreso donde se estaba debatiendo la reforma con la que Fernández quiere “democratizar” la justicia. “¡Ladrones, ladrones!”, iban gritando los manifestantes.
En los últimos años la sociedad argentina se ha polarizado entre kirchneristas y antikircheneristas, hasta el punto de que esta división ha ocasionado discusiones entre amigos y familiares. Sin embargo, una reciente encuesta publicada por el periódico La Nación indica que el 45% de los argentinos no se define ni a favor ni en contra del Gobierno. Son los votantes que le propinaron una derrota al kirchnerismo en las elecciones legislativas de 2009, los que dieron la aplastante reelección a Fernández en 2011 y los que decidirán los comicios legislativos de agosto y octubre próximos.
Minutos antes de que llegaran los manifestantes al Parlamento, el Senado aprobó uno de los seis proyectos de la reforma judicial, aquel que busca limitar las medidas judiciales cautelares contra decisiones del Estado. El miércoles, la cámara alta también había votado dos iniciativas más, una de ellas a favor de la elección democrática de los integrantes del Consejo de la Magistratura, órgano que selecciona y destituye a los jueces. Hasta ahora los integrantes de ese cuerpo son elegidos por el Congreso, el Ejecutivo, asociaciones de magistrados y abogados y los rectores de universidades públicas. La Cámara de Diputados, mientras tanto, había aprobado los otros tres proyectos que completan la reforma judicial.
La manifestación había sido convocada a las ocho de la noche en toda Argentina. Uno de los puntos de encuentro en Buenos Aires era la esquina de Santa Fe y Callao, donde a esa hora solo se escuchaba el cacerolazo, mientras una señora elegante llevaba un cartel casero que pedía “Oposición unida” y un joven con boina, típica del campo argentino, apresuraba el paso. Unas mujeres llevaban la foto de una víctima de la inseguridad, otra portaba uno de los tantos carteles que decían “2015 sin Cristina”. Ese año se celebrarán elecciones presidenciales y los manifestantes procuraban mostrar este jueves que no estaban a favor de un golpe de Estado, como sugerían algunos kirchneristas, sino por un recambio democrático.
“¡Argentina, Argentina!”, gritaban los manifestantes en Santa Fe con Montevideo, mientras dos adolescentes pobres cumplían allí su tarea de todas las noches: revolver la basura para buscar cartones y papeles y venderlos después a intermediarios que los colocan en fábricas para su reciclado. “Está bien que protesten”, dijo Nahuel, de 16 años, que de día sigue yendo a la escuela secundaria en Lomas de Zamora, un municipio de la periferia sur de Buenos Aires. “Se tiene que terminar con la injusticia”, se quejó Nahuel, que dice que este año podrá votar por primera vez y lo hará por el PRO de Mauricio Macri, el alcalde porteño que provee a los cartoneros como este adolescente de autobuses para ir y venir a la capital a hacer su trabajo. No había pobres como Nahuel en la manifestación. Más bien había clases altas y medias, como la mujer rubia que pasó al lado con un cartel que decía “Trabajo digno”, lo que ni Fernández ni Macri le han dado a este joven bonaerense.
En Santa Fe y Uruguay, a pocos metros de la iglesia de San Nicolás de Bari, la misma que fue incendiada por los peronistas en su enfrentamiento contra los católicos antiperonistas en 1955, había cinco monjas, una en silla de ruedas, con sus cacerolas. Su antiguo arzobispo porteño, Jorge Bergoglio, el ahora papa Francisco, había mantenido una mala relación con los Kirchner.
“Cristina Kirchner tirana”, “Basta de korruptos” y “Justicia independiente” decían unos carteles. “No a la re-reelección”, se refería otro a una eventual reforma constitucional para que se permita que Fernández se vuelva a postular en 2015. La jefa de Estado ha descartado cambios de la Carta Magna, pero algunos de sus seguidores los piden.
Varios manifestantes llevaban impresos carteles con el lema de la marcha “Basta #18A”, por la fecha elegida. En el Obelisco, Esther, jubilada de 74 años de Belgrano, un barrio porteño de clase media alta, explicaba a qué le decía basta: “A este gobierno, que se termine cuando corresponda. A la corrupción, a la impunidad, a los que están matando (por la inseguridad). No queremos una dictadura sino democracia con división de los tres poderes. Nadie quiere ser Cuba o Venezuela”. Más de un kirchnerista ha descalificado estas manifestaciones opositoras porque dice que son de una clase acomodada que protesta porque los controles de capitales le impidió desde 2011 seguir comprando dólares para ahorrarlos (los argentinos llevan décadas acumulando en esa moneda) y porque está en contra de la asignación por hijo para trabajadores en paro o en la informalidad. “No me dejan comprar dólares cuando ellos se los roban”, se quejó Esther. “No me parece bien la asignación por hijo, hay que darles trabajo y que no vivan de ayudas sociales”, añadió la jubilada.
Cuando se le comentó que a la inmensa mayoría de los beneficiarios de esas subvenciones no les alcanza con ese dinero y también trabaja, Esther viró su posición: “No estoy en contra de la asignación sino del populismo”.
“Salario familiar para todos”, decía el cartel que había impreso Andrea Díaz, empleada bancaria de 40 años, madre soltera de un niño de diez y vecina de Chacarita, un barrio de clase media. Andrea estaba apostada en la puerta del Congreso. Era la primera vez que iba a una manifestación opositora y lo hizo porque desde hace seis años ya no cobra la asignación por hijo y ha empezado a pagar el impuesto a la renta. Andrea dice que no es que gane más sino que las asignaciones y los impuestos no se han ajustado por la elevada inflación que comenzó en 2007. “Pido lo que pide la CGT (Confederación General del Trabajo)”, planteó Andrea, poco antes de que cientos de jóvenes rompieran el cerco del Palacio del Congreso y se apostaran en sus escalinatas.
El que estaba entusiasmado con la rebeldía de aquellos manifestantes, que casi se enfrentan con la Policía, era el diputado socialista Roy Cortina, del FAP. Cortina decía que entre 200.000 y 300.000 argentinos se habían manifestado en todo el país, incluidas las ciudades de La Plata (donde se sumó el enfado por las inundaciones que dejaron más de 50 muertos hace pocas semanas), Córdoba, Rosario, Mendoza, Mar del Plata, Santa Fe, Tucumán y Salta. “Hay una agenda pendiente y los actos de corrupción fueron la gota que derramó el vaso”, decía Cortina. “Acá hay clase media, media baja, cansada de la inflación y la inseguridad”, justificaba el diputado su presencia en una manifestación que ha dejado de ser propiedad del PRO y otros grupos de derecha, como las primeras de 2012. Lo que no acepta Cortina es la reclamación de que toda la oposición se una: “No me voy a juntar con Macri sino con los que tengan un sentido progresista”.
A su lado estaba Mario Cafiero, dirigente del izquierdista Proyecto Sur: “Vine porque hay que acompañar a los ciudadanos en demanda de democracia, justicia independiente, el no a la impunidad. Es cierto que el PRO quiso apropiarse de estas marchas, pero lo exceden totalmente. Esto no es antipopular y si lo fuera, con tanta gente hay, tendríamos un problema”. Cafiero opinó que la imposibilidad de comprar dólares para ahorro “es un problema del Gobierno, que había dejado fugar antes millones”, y defendió la asignación por hijo, pero abogó por que se pase “del asistencialismo a la cultura del trabajo”.
el dispreciau dice: ARGENTINA es un país confundido, tal vez un país confuso, pero su sociedad otrora destacada y distinguida, está sumida en un anacronismo sin fin, retrogradando fiero... motivos sobran... hete aquí algunos de ellos:
1. la clase política sigue sin aprender la lección que indica que "los ejemplos descienden... y cuando eso no sucede, la sociedad se transforma en víctima de sus propias miserias, miserias que impulsan y sostienen el sobrevivir"...
2. el periodismo sigue sin comprender que no es ni juez ni fiscal de nadie, por ende no puede endilgarse poderes que no le competen, sin embargo insiste en su error y fabrica víctimas por doquier, a troche y moche, cuyas dignidades nunca jamás serán reparadas...
3. las corporaciones empresarias continúan actuando exactamente igual que cuando transcurría el comienzo del siglo XX... todos son esclavos... y lo único que importa es el fin (vender y ocupar espacios de poder) al precio que sea... (sucede en todo el mundo, no sólo aquí)...
4. los funcionarios (políticos o técnicos) del estado nacional son, en esencia, una temible máquina de impedir... y dado que no asumen dicho rol, insisten en transformar la vida del argentino medio en una carrera con obstáculos crecientes (a mayor distancia, mayor cansancio, mayor envergadura en el obstáculo) que impiden pensar, hacer, realizar, ejecutar, accionar... léase, los funcionarios han nacido para exterminar la vida de los ciudadanos comunes, también al precio que sea...
5. desde hace muchos años la sociedad argentina está partida (fragmentada) en muchos pedazos... los que hacen (pocos) y por los que no hacen pero reclaman (muchos)... la clase política persigue a los primeros y usa y se abusa de los segundos...
6. una porción importante de argentinos con voto pero sin voz, luchan por sostenerse en medio de un mar que se los traga un día, para escupirlos al día siguiente... en dicha lucha sacrifican sus voluntades y sus esfuerzos, sometiéndose a un estado ausente que no atiende a nadie, no escucha, no ve, pero habla y habla sin parar... alzando su voz para que ninguna otra se escuche o siquiera suene... penoso
7. ARGENTINA, parece ser propiedad de la clase política de turno, incluyendo en ella a la desatinada oposición, autoerigida como mesías (conjunto) sin cruces, ya que son incapaces de portar cruz alguna, antes bien sí de colocarlas en las espaldas de inocentes que se cruzan ante sus intereses y sus conveniencias... algo semejante a un cinismo disfrazado de perversidad extrema, o tal vez de una soberbia implacable disfrazada de vanidad... como sea una conducta esencialmente estúpida...
8. el ninguneo se ha vuelto insoportable... pero la clase política en su conjunto (oficialismo y oposición) al no contar con capacidad de lectura de la realidad, actúa siempre en contrario a los intereses de la sociedad, a la que insulta sin piedad en la creencia de que por el hecho de ser "mesias" están a salvo de sus respectivas cruces...
9. el empecinamiento político por la inmortalidad en el poder, es significativamente desesperante... al no haber renovación se cometen los mismos errores desde que la Primera Junta de Gobierno, allá por 1810, se sacó de encima a Manuel Belgrano, y mandó a asesinar a Mariano Moreno... léase, nada se resuelve y los inmortales, usualmente inmorales, terminan muriendo igual que cualquier ciudadano en su condición de anónimo...
10. las estadísticas de la ARGENTINA, están tan mentidas que ya nadie recuerda cuándo fueron verdaderas... a nadie le sirven... pero permite patear todos los problemas hacia un adelante inexistente, inadmisible, inaceptable... sin embargo, funcionarios socios en las perversidades insisten en descalificar a la víctima a los efectos de venderles cruces, agobiándolos más y más... al precio que sea... total, las gentes son números, no más que eso...
11. la burla que desciende desde los funcionarios políticos y técnicos hacia la sociedad argentina, produce vergüenza ajena.. lo cual eleva el nivel del insulto a la inteligencia social, cada vez más harta de tanto "mambo" sin sentido: dólar no, para los amigos sí... precios no, para los amigos sí... impuestos para todos, para los amigos no... etc. para luego rasgarse públicamente de las vestiduras ante escraches que la prudencia indica como innecesarios...
12. ARGENTINA ha estado envuelta en un terrorismo de estado trágico durante los setenta... una conducta que se repitió durante la década infame de los años noventa... una renovada conducta a la que está regresando al comenzar la segunda década del siglo XXI... esto es que el estado se adueña del destino de los argentinos y lo hipoteca a discreción... desde luego, el concierto mundial (desconcertante por cierto) habilita a ciertas licencias... y en un mundo aberrante, lo aberrante del tercer mundo pasa de largo...
13. las gentes inundadas ya no tienen el agua en sus cuellos, por ende rápidamente el estado ausente se desentiende de ellos y los libera a sus suertes... haciendo de las promesas nuevas mentiras y peores frustraciones... en La Plata como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, o en cualquier otro lugar de la Argentina... las cruces son de las víctimas y los falsos mesías siguen apareciendo en sus fotos... país tinelizado mediante...
14. la sociedad argentina (gran parte de ella) le está diciendo al poder político que esto no da para más... pero el poder, tan ocupado como está, no escucha, no ve, no atiende las señales, pero tiene respuesta fácil para todo lo que salvaguarde sus conveniencias e intereses personales... no los del estado argentino, ése que involucra al futuro de los hijos y los nietos que aún no nacen... desde luego, al poder político mesiánico no le importan las señales sociales porque siempre ha partido desde el ángulo del ninguneo... sea oficialista o sea opositor...
15. ningún partido político ni ninguno de sus miembros tienen autoridad moral suficiente para echar culpas a nada ni a nadie, porque las conductas de cada uno o de todos, parte del mismo factor común... negar lo evidente... sin embargo, las brujas se cazan a diestra y siniestra, y las persecusiones no cesan...
16. los reclamos legítimos de las gentes libradas a sus suertes no son atendidos por nadie, salvo que se trate de amigos o socios del poder...
Para no hacerla tan larga: "los ejemplos descienden... y cuando en una sociedad el poder no da ejemplos... la anarquía se apodera de los rincones del poder hasta consumirlo". Traducido: cuando el ser humano en ejercicio del poder, se la cree... no hará nada bueno por sus prójimos... y si no lo hace, estará cavando su propia tumba... una tumba llamada historia... donde todo se vuelve inapelable. ABRIL 19, 2013.-
Una larga columna de manifestantes se extendía como un río caudaloso por kilómetros en Buenos Aires, desde la esquina de las avenidas Santa Fe y Callao, en el aristocrático barrio de Recoleta, hasta el Congreso de la Nación, pasando por el Obelisco y la Plaza de Mayo. La protesta iba a llegar solo hasta esta última plaza, donde está la Casa Rosada (sede presidencial de Argentina), pero los manifestantes decidieron continuar hasta el Congreso donde se estaba debatiendo la reforma con la que Fernández quiere “democratizar” la justicia. “¡Ladrones, ladrones!”, iban gritando los manifestantes.
En los últimos años la sociedad argentina se ha polarizado entre kirchneristas y antikircheneristas, hasta el punto de que esta división ha ocasionado discusiones entre amigos y familiares. Sin embargo, una reciente encuesta publicada por el periódico La Nación indica que el 45% de los argentinos no se define ni a favor ni en contra del Gobierno. Son los votantes que le propinaron una derrota al kirchnerismo en las elecciones legislativas de 2009, los que dieron la aplastante reelección a Fernández en 2011 y los que decidirán los comicios legislativos de agosto y octubre próximos.
Minutos antes de que llegaran los manifestantes al Parlamento, el Senado aprobó uno de los seis proyectos de la reforma judicial, aquel que busca limitar las medidas judiciales cautelares contra decisiones del Estado. El miércoles, la cámara alta también había votado dos iniciativas más, una de ellas a favor de la elección democrática de los integrantes del Consejo de la Magistratura, órgano que selecciona y destituye a los jueces. Hasta ahora los integrantes de ese cuerpo son elegidos por el Congreso, el Ejecutivo, asociaciones de magistrados y abogados y los rectores de universidades públicas. La Cámara de Diputados, mientras tanto, había aprobado los otros tres proyectos que completan la reforma judicial.
La manifestación había sido convocada a las ocho de la noche en toda Argentina. Uno de los puntos de encuentro en Buenos Aires era la esquina de Santa Fe y Callao, donde a esa hora solo se escuchaba el cacerolazo, mientras una señora elegante llevaba un cartel casero que pedía “Oposición unida” y un joven con boina, típica del campo argentino, apresuraba el paso. Unas mujeres llevaban la foto de una víctima de la inseguridad, otra portaba uno de los tantos carteles que decían “2015 sin Cristina”. Ese año se celebrarán elecciones presidenciales y los manifestantes procuraban mostrar este jueves que no estaban a favor de un golpe de Estado, como sugerían algunos kirchneristas, sino por un recambio democrático.
“¡Argentina, Argentina!”, gritaban los manifestantes en Santa Fe con Montevideo, mientras dos adolescentes pobres cumplían allí su tarea de todas las noches: revolver la basura para buscar cartones y papeles y venderlos después a intermediarios que los colocan en fábricas para su reciclado. “Está bien que protesten”, dijo Nahuel, de 16 años, que de día sigue yendo a la escuela secundaria en Lomas de Zamora, un municipio de la periferia sur de Buenos Aires. “Se tiene que terminar con la injusticia”, se quejó Nahuel, que dice que este año podrá votar por primera vez y lo hará por el PRO de Mauricio Macri, el alcalde porteño que provee a los cartoneros como este adolescente de autobuses para ir y venir a la capital a hacer su trabajo. No había pobres como Nahuel en la manifestación. Más bien había clases altas y medias, como la mujer rubia que pasó al lado con un cartel que decía “Trabajo digno”, lo que ni Fernández ni Macri le han dado a este joven bonaerense.
En Santa Fe y Uruguay, a pocos metros de la iglesia de San Nicolás de Bari, la misma que fue incendiada por los peronistas en su enfrentamiento contra los católicos antiperonistas en 1955, había cinco monjas, una en silla de ruedas, con sus cacerolas. Su antiguo arzobispo porteño, Jorge Bergoglio, el ahora papa Francisco, había mantenido una mala relación con los Kirchner.
“Cristina Kirchner tirana”, “Basta de korruptos” y “Justicia independiente” decían unos carteles. “No a la re-reelección”, se refería otro a una eventual reforma constitucional para que se permita que Fernández se vuelva a postular en 2015. La jefa de Estado ha descartado cambios de la Carta Magna, pero algunos de sus seguidores los piden.
Varios manifestantes llevaban impresos carteles con el lema de la marcha “Basta #18A”, por la fecha elegida. En el Obelisco, Esther, jubilada de 74 años de Belgrano, un barrio porteño de clase media alta, explicaba a qué le decía basta: “A este gobierno, que se termine cuando corresponda. A la corrupción, a la impunidad, a los que están matando (por la inseguridad). No queremos una dictadura sino democracia con división de los tres poderes. Nadie quiere ser Cuba o Venezuela”. Más de un kirchnerista ha descalificado estas manifestaciones opositoras porque dice que son de una clase acomodada que protesta porque los controles de capitales le impidió desde 2011 seguir comprando dólares para ahorrarlos (los argentinos llevan décadas acumulando en esa moneda) y porque está en contra de la asignación por hijo para trabajadores en paro o en la informalidad. “No me dejan comprar dólares cuando ellos se los roban”, se quejó Esther. “No me parece bien la asignación por hijo, hay que darles trabajo y que no vivan de ayudas sociales”, añadió la jubilada.
Cuando se le comentó que a la inmensa mayoría de los beneficiarios de esas subvenciones no les alcanza con ese dinero y también trabaja, Esther viró su posición: “No estoy en contra de la asignación sino del populismo”.
“Salario familiar para todos”, decía el cartel que había impreso Andrea Díaz, empleada bancaria de 40 años, madre soltera de un niño de diez y vecina de Chacarita, un barrio de clase media. Andrea estaba apostada en la puerta del Congreso. Era la primera vez que iba a una manifestación opositora y lo hizo porque desde hace seis años ya no cobra la asignación por hijo y ha empezado a pagar el impuesto a la renta. Andrea dice que no es que gane más sino que las asignaciones y los impuestos no se han ajustado por la elevada inflación que comenzó en 2007. “Pido lo que pide la CGT (Confederación General del Trabajo)”, planteó Andrea, poco antes de que cientos de jóvenes rompieran el cerco del Palacio del Congreso y se apostaran en sus escalinatas.
El que estaba entusiasmado con la rebeldía de aquellos manifestantes, que casi se enfrentan con la Policía, era el diputado socialista Roy Cortina, del FAP. Cortina decía que entre 200.000 y 300.000 argentinos se habían manifestado en todo el país, incluidas las ciudades de La Plata (donde se sumó el enfado por las inundaciones que dejaron más de 50 muertos hace pocas semanas), Córdoba, Rosario, Mendoza, Mar del Plata, Santa Fe, Tucumán y Salta. “Hay una agenda pendiente y los actos de corrupción fueron la gota que derramó el vaso”, decía Cortina. “Acá hay clase media, media baja, cansada de la inflación y la inseguridad”, justificaba el diputado su presencia en una manifestación que ha dejado de ser propiedad del PRO y otros grupos de derecha, como las primeras de 2012. Lo que no acepta Cortina es la reclamación de que toda la oposición se una: “No me voy a juntar con Macri sino con los que tengan un sentido progresista”.
A su lado estaba Mario Cafiero, dirigente del izquierdista Proyecto Sur: “Vine porque hay que acompañar a los ciudadanos en demanda de democracia, justicia independiente, el no a la impunidad. Es cierto que el PRO quiso apropiarse de estas marchas, pero lo exceden totalmente. Esto no es antipopular y si lo fuera, con tanta gente hay, tendríamos un problema”. Cafiero opinó que la imposibilidad de comprar dólares para ahorro “es un problema del Gobierno, que había dejado fugar antes millones”, y defendió la asignación por hijo, pero abogó por que se pase “del asistencialismo a la cultura del trabajo”.
el dispreciau dice: ARGENTINA es un país confundido, tal vez un país confuso, pero su sociedad otrora destacada y distinguida, está sumida en un anacronismo sin fin, retrogradando fiero... motivos sobran... hete aquí algunos de ellos:
1. la clase política sigue sin aprender la lección que indica que "los ejemplos descienden... y cuando eso no sucede, la sociedad se transforma en víctima de sus propias miserias, miserias que impulsan y sostienen el sobrevivir"...
2. el periodismo sigue sin comprender que no es ni juez ni fiscal de nadie, por ende no puede endilgarse poderes que no le competen, sin embargo insiste en su error y fabrica víctimas por doquier, a troche y moche, cuyas dignidades nunca jamás serán reparadas...
3. las corporaciones empresarias continúan actuando exactamente igual que cuando transcurría el comienzo del siglo XX... todos son esclavos... y lo único que importa es el fin (vender y ocupar espacios de poder) al precio que sea... (sucede en todo el mundo, no sólo aquí)...
4. los funcionarios (políticos o técnicos) del estado nacional son, en esencia, una temible máquina de impedir... y dado que no asumen dicho rol, insisten en transformar la vida del argentino medio en una carrera con obstáculos crecientes (a mayor distancia, mayor cansancio, mayor envergadura en el obstáculo) que impiden pensar, hacer, realizar, ejecutar, accionar... léase, los funcionarios han nacido para exterminar la vida de los ciudadanos comunes, también al precio que sea...
5. desde hace muchos años la sociedad argentina está partida (fragmentada) en muchos pedazos... los que hacen (pocos) y por los que no hacen pero reclaman (muchos)... la clase política persigue a los primeros y usa y se abusa de los segundos...
6. una porción importante de argentinos con voto pero sin voz, luchan por sostenerse en medio de un mar que se los traga un día, para escupirlos al día siguiente... en dicha lucha sacrifican sus voluntades y sus esfuerzos, sometiéndose a un estado ausente que no atiende a nadie, no escucha, no ve, pero habla y habla sin parar... alzando su voz para que ninguna otra se escuche o siquiera suene... penoso
7. ARGENTINA, parece ser propiedad de la clase política de turno, incluyendo en ella a la desatinada oposición, autoerigida como mesías (conjunto) sin cruces, ya que son incapaces de portar cruz alguna, antes bien sí de colocarlas en las espaldas de inocentes que se cruzan ante sus intereses y sus conveniencias... algo semejante a un cinismo disfrazado de perversidad extrema, o tal vez de una soberbia implacable disfrazada de vanidad... como sea una conducta esencialmente estúpida...
8. el ninguneo se ha vuelto insoportable... pero la clase política en su conjunto (oficialismo y oposición) al no contar con capacidad de lectura de la realidad, actúa siempre en contrario a los intereses de la sociedad, a la que insulta sin piedad en la creencia de que por el hecho de ser "mesias" están a salvo de sus respectivas cruces...
9. el empecinamiento político por la inmortalidad en el poder, es significativamente desesperante... al no haber renovación se cometen los mismos errores desde que la Primera Junta de Gobierno, allá por 1810, se sacó de encima a Manuel Belgrano, y mandó a asesinar a Mariano Moreno... léase, nada se resuelve y los inmortales, usualmente inmorales, terminan muriendo igual que cualquier ciudadano en su condición de anónimo...
10. las estadísticas de la ARGENTINA, están tan mentidas que ya nadie recuerda cuándo fueron verdaderas... a nadie le sirven... pero permite patear todos los problemas hacia un adelante inexistente, inadmisible, inaceptable... sin embargo, funcionarios socios en las perversidades insisten en descalificar a la víctima a los efectos de venderles cruces, agobiándolos más y más... al precio que sea... total, las gentes son números, no más que eso...
11. la burla que desciende desde los funcionarios políticos y técnicos hacia la sociedad argentina, produce vergüenza ajena.. lo cual eleva el nivel del insulto a la inteligencia social, cada vez más harta de tanto "mambo" sin sentido: dólar no, para los amigos sí... precios no, para los amigos sí... impuestos para todos, para los amigos no... etc. para luego rasgarse públicamente de las vestiduras ante escraches que la prudencia indica como innecesarios...
12. ARGENTINA ha estado envuelta en un terrorismo de estado trágico durante los setenta... una conducta que se repitió durante la década infame de los años noventa... una renovada conducta a la que está regresando al comenzar la segunda década del siglo XXI... esto es que el estado se adueña del destino de los argentinos y lo hipoteca a discreción... desde luego, el concierto mundial (desconcertante por cierto) habilita a ciertas licencias... y en un mundo aberrante, lo aberrante del tercer mundo pasa de largo...
13. las gentes inundadas ya no tienen el agua en sus cuellos, por ende rápidamente el estado ausente se desentiende de ellos y los libera a sus suertes... haciendo de las promesas nuevas mentiras y peores frustraciones... en La Plata como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, o en cualquier otro lugar de la Argentina... las cruces son de las víctimas y los falsos mesías siguen apareciendo en sus fotos... país tinelizado mediante...
14. la sociedad argentina (gran parte de ella) le está diciendo al poder político que esto no da para más... pero el poder, tan ocupado como está, no escucha, no ve, no atiende las señales, pero tiene respuesta fácil para todo lo que salvaguarde sus conveniencias e intereses personales... no los del estado argentino, ése que involucra al futuro de los hijos y los nietos que aún no nacen... desde luego, al poder político mesiánico no le importan las señales sociales porque siempre ha partido desde el ángulo del ninguneo... sea oficialista o sea opositor...
15. ningún partido político ni ninguno de sus miembros tienen autoridad moral suficiente para echar culpas a nada ni a nadie, porque las conductas de cada uno o de todos, parte del mismo factor común... negar lo evidente... sin embargo, las brujas se cazan a diestra y siniestra, y las persecusiones no cesan...
16. los reclamos legítimos de las gentes libradas a sus suertes no son atendidos por nadie, salvo que se trate de amigos o socios del poder...
Para no hacerla tan larga: "los ejemplos descienden... y cuando en una sociedad el poder no da ejemplos... la anarquía se apodera de los rincones del poder hasta consumirlo". Traducido: cuando el ser humano en ejercicio del poder, se la cree... no hará nada bueno por sus prójimos... y si no lo hace, estará cavando su propia tumba... una tumba llamada historia... donde todo se vuelve inapelable. ABRIL 19, 2013.-
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