sábado, 21 de mayo de 2011

TODO LO QUE SEMBRAMOS 2 - El gigante hidráulico hace agua · ELPAÍS.com

El gigante hidráulico hace agua
China reconoce por primera vez que la presa de las Tres Gargantas, la mayor del mundo, se enfrenta a graves problemas de contaminación y a riesgos geológicos
ZIGOR ALDAMA - Shanghái - 21/05/2011


La joya de la corona china reluce menos. El mayor proyecto hidrológico del mundo, la presa de las Tres Gargantas, hace agua. Y no por las grietas que se abrieron con el terremoto de Sichuan en 2008, sino por una larga lista de razones que, ayer por primera vez, reconoció el Gobierno de Pekín. En un doloroso acto de contrición, el Ejecutivo, a través de un comunicado del Consejo de Estado, reconoció que "existen problemas urgentes que deben ser resueltos, como mejorar las condiciones de los desplazados", casi 1,4 millones de personas a las que se les prometió igualar su calidad de vida con la de los no reubicados, "proteger el medio ambiente, y evitar catástrofes geológicas".

El Gobierno admite así por primera vez circunstancias tan graves como la contaminación del agua o los temidos corrimientos de tierra en el entorno de la presa, que hasta ahora venía minimizando.

Pekín se ha resistido a reconocer que el proyecto en sí es una grave amenaza para el medio ambiente y para quienes lo habitan. Hasta ayer, la presa de las Tres Gargantas era de color rosa. Pero, finalmente, los dirigentes chinos han tenido que admitir que el dique, que ha contado con 27.000 millones de euros de presupuesto -oficialmente-, es un gran quebradero de cabeza.

No en vano, han pasado ya 16 años desde que unos 35.000 trabajadores comenzaron a construir este faraónico proyecto, y no ha dado todavía los resultados esperados. Al contrario. Además de los daños que causó en su estructura el terremoto de hace tres años, las inundaciones de 2010 dejaron en evidencia la escasa capacidad de la infraestructura para controlar el caudal del río. De hecho, el país estuvo varios días en vilo ante la posibilidad de que reventara el dique. Ahora, la sequía ha provocado el efecto contrario, y casi 400.000 personas se han quedado sin agua potable, mientras que los barcos más grandes no pueden recalar río abajo.

Por si fuera poco, el embalse dista mucho de ser el santuario de agua cristalina que prometieron los dirigentes chinos. La basura flota a sus anchas y las plagas de algas son habituales. El Gobierno reconoció en su comunicado que urge reducir la contaminación del agua en los cauces medio y alto del río Yangtsé, lo cual afecta a ocho provincias que ocupan un área de 633.000 kilómetros cuadrados, precisamente la zona más densamente poblada del país, lo cual para el Ejecutivo significa una "considerable presión ambiental".

Además, algunos científicos críticos con la presa apuntan la posibilidad de que aumente el peligro de terremotos y corrimientos de tierra por su culpa. Dai Qing, un ecologista que combatió el proyecto citado por Reuters, dijo que "la peor de las amenazas es el desastre geológico". "Ahora que la presa está terminada, no hay dinero en el mundo que pueda resolver el problema", añade.

Pekín promete recuperar el ecosistema que existía antes de la construcción de la presa y mejorar los sistemas de irrigación, que son vitales para la supervivencia de los agricultores de la zona, a los que también les afectan sobremanera los caprichosos cambios en el caudal del Yangtsé que se pueden provocar con solo apretar un botón.

Quien lo haga pone en marcha un auténtico monstruo de la ingeniería. Un dique de 2.335 metros de largo, 185 de alto y 110 de grosor en la base es la pieza clave de esta Gran Muralla erigida como símbolo del poder chino del siglo XXI en medio del río Yangtsé, y sirve de barrera para un embalse de 1.045 kilómetros cuadrados con capacidad para 39,3 kilómetros cúbicos de agua que han sumergido más de 300 pueblos.

Por sus cinco esclusas pueden navegar hasta ocho buques de un máximo de 4.000 toneladas. Y la infraestructura tiene capacidad para desembalsar hasta 100.000 metros cúbicos por segundo, una marca que casi alcanzó durante las inundaciones del año pasado, y controlar así el flujo del río más caudaloso del país. Mientras tanto, 32 turbinas de 700 toneladas de peso pueden llegar a generar hasta 22.500 gigavatios de potencia, en torno al 9% de la necesidad energética total de China y una cantidad similar a la de 25 reactores nucleares como los de la central de Fukushima. Así, se trata de la principal fuente de energía renovable del país.

Las cifras marean. Incluso el guía oficial que organiza la visita tiene que rebuscar entre los números que llenan esos papeles que el viento trata de arrebatarle. Pero lo cierto es que da igual, porque la vista se pierde en la bruma y no hay forma de alcanzar a ver el proyecto en toda su magnitud. Los turistas que se acercan hasta Yichang en cruceros que explotan el atractivo de la megalomanía se quedan fríos. Lo único que pueden contemplar es una gigantesca pared gris, una extraña cárcel para la naturaleza. Y China no permite que se hagan indagaciones independientes, porque el lugar es de máxima seguridad y un atentado allí tendría consecuencias mucho más trágicas que las de una bomba atómica.

A pesar del comunicado de ayer, también reconoce el Ejecutivo que las medidas que se tomen serán solo parches, porque el proyecto no está en entredicho. China se ha impuesto un exigente plan energético con el ambicioso objetivo de reducir su dependencia del carbón, del que obtiene el 70% de sus necesidades, y apuesta sin fisuras por la eólica, la nuclear y la hidrológica.

De hecho, la progresión en esta última resulta espectacular. En 2005, China producía 117 millones de kilovatioshora gracias a sus ríos. El año pasado, con las Tres Gargantas casi a pleno rendimiento, la capacidad fue de casi 190 millones, y el objetivo es que en 2020 alcance los 300 millones. El reto está en lograr el equilibrio entre las necesidades energéticas propias del país cuya economía más crece en el mundo y la capacidad de los recursos naturales.

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el dispreciau dice: ya no es posible ocultar el SOL con las manos... China, aprendiendo las lecciones regaladas por el occidente y sus miserias, fabricó un marketing de mentiras que occidente compró como verdades... pero China oculta a una clase política salvaje y depredadora, despreciativa y falaz, que no escatima esfuerzos para recrearse a sí misma arrasando con las vidas de los pobres, marginados y miserables de su propio pueblo, visualizando el potencial que le ofrece un occidente infedenso a tales bajos instintos. Todo barato, todo mentido, todo consecuencia de esclavos que dejan sus vidas en fábricas que no para nunca, para alimentar las angurrias del poder. Occidente se cae a pedazos. Oriente también se cae a pedazos. El sistema económico mundial está definitivamente quebrado y consumido en sí mismo y ya no ofrece nada a nadie mal que le pese al FMI y a los poderes políticos ausentes del mundo humano. Los movimientos del mundo se justifican en sí mismos... la gente está harta de ser esclavizada... la gente está harta de ser vejada... la gente está harta de las justificaciones insolventes y viciadas de nulidad... la gente está harta de vivir de las migajas de los delincuentes anidados en el poder... la gente está harta de la inseguridad... la gente está harta de las obras públicas que sólo sirven para robar esfuerzos ajenos y que jamás serán servicios para nadie... la gente está harta de pagar impuestos al modo de los diezmos del medioevo ecleciástico, al que ahora se le ha sumado el medioevo pedofílico que se esconde tras los altares para luego ser negado a ultranza, sin vergüenza alguna... la gente está harta de los estados inquisidores... la gente está harta de no poder vivir dignamente... la gente está harta de que le mientan mediante promesas que jamás se cumplirán... la gente está harta de los empresarios devenidos en esclavistas... la gente está harta de estar acorraladas por monedas que no significan nada y que condicionan la vida de los muchos... la gente está harta de los vivos que se hacen socios de los estados ausentes anidando en instituciones para-oficiales que sólo sirven para quitar trabajo a los voluntariosos... la gente está harta de los oportunistas... la gentes está harta de luchar para que su esfuerzo se lo lleve siempre otro... la gente está definitivamente harta del terrorismo de estado disfrazado de partidos políticos corruptos, sin alma, sin espíritu, que miran mediante personalismos a ultranza, con ojos vacíos porque ellos mismos se consideran dioses en el Olimpo, lejos de los mortales, míseros mortales... pero esto no es todo lo que sembramos (sermbraron, para ser exactos). Mayo 21, 2011.-

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