Tráfico de carne humana hacia Estados Unidos
Las autoridades del sur de México descubren a 513 migrantes ocultos en dos tráilers procedentes de Guatemala
PABLO ORDAZ | México 18/05/2011
No hay negocio más rentable que el de la carne humana desesperada. La policía del Estado de Chiapas, en la frontera sur de México, lo pudo comprobar de nuevo el martes, al darle el alto a dos tráilers que procedían de Guatemala. Mediante un sistema de rayos X, los agentes descubrieron que en el interior de uno de ellos viajaban 273 migrantes indocumentados, todos hombres, y en el otro, 240, entre los que se encontraban 32 mujeres y cuatro niños. Según declararon los migrantes, en su gran mayoría guatemaltecos, tan inseguro pasaje hacia Estados Unidos -más de 1.700 kilómetros a través de México- les había costado a cada uno 7.000 dólares, alrededor de 5.000 euros, que tuvieron que pagar por adelantado a una organización de polleros.
La radiografía es terrible. Hombres empaquetados, a una media de seis por metro cuadrado, unos de pie, otros sentados, también mujeres y niños, a 40 grados de temperatura, con más de 20 horas de camino por delante -lo que se tarda sin detenerse de Tapachula a Reinosa-, sin más garantías que la improbable buena voluntad de los traficantes. De los 273 migrantes que viajaban en uno de los camiones, 199 son guatemaltecos, 28 salvadoreños, 26 ecuatorianos, 12 indios, seis nepalíes, un hondureño y un dominicano. En el otro tráiler se ocultaban 240 personas: 211 guatemaltecos, 19 salvadoreños, seis ecuatorianos, tres chinos y una japonesa. ¿Estamos hablando de 513 locos, protagonistas sorprendentes de un caso aislado? Nada más lejos de la realidad.
Según datos oficiales, unos 300.000 migrantes intentan cada año la difícil aventura de cruzar desde Guatemala o Belice hacia México (unos mil kilómetros de frontera), atravesar luego el muy peligroso territorio mexicano (más de 11.000 migrantes fueron secuestrados de abril a septiembre de 2010) para, finalmente, tratar de brincar hacia Estados Unidos por alguno de los 3.000 kilómetros de frontera, exponiéndose a la codicia de los coyotes, el sol del desierto, las mordeduras de las serpientes o los agentes de la patrulla fronteriza...
Por si fuera poco, y según lleva denunciando desde hace años el sacerdote mexicano Alejandro Solalinde, responsable de uno de los 54 albergues que tratan de ayudar a los migrantes en su ruta hacia Estados Unidos, las autoridades de México no hacen sino aumentar su sufrimiento. "Las instituciones migratorias", asegura, "están totalmente infiltradas por el narcotráfico. Hay agentes que trabajan para el Instituto Nacional de Migración (INM) y al mismo tiempo para el cartel de Los Zetas, que se dedica a secuestrar, violar y matar a los migrantes. Yo he dado sus nombres a la actual responsable del INM en Chiapas, Mercedes Gómez Mont, que es hermana del anterior secretario federal de Gobernación, pero aún no ha hecho nada".
El padre Solalinde no está solo en su denuncia. Otras organizaciones como Amnistía Internacional también dibujan al Instituto Nacional de Migración como un departamento "infiltrado por el crimen organizado, opaco y burocrático, que favorece la ilegalidad y la corrupción y tolera los abusos cometidos por servidores públicos y delincuentes". De hecho, más de 200 agentes migratorios han sido despedidos ya por corrupción y otros 350 están siendo investigados.
Hay otro dato que llama mucho la atención del padre Solalinde. En lo que va de mayo, ya han sido detenidos 795 migrantes sin documentación en los estados sureños de México. Esta cifra, el doble o incluso el triple de la habitual, responde, según el luchador por los derechos de los migrantes, "a la presión de los Estados Unidos para que México cree una especie de policía fronteriza en los estados fronterizos con Guatemala".
A este respecto, varios documentos del departamento de Estado filtrados por Wikileaks y publicados por este periódico a finales de 2010 ya reflejaban la preocupación de EE UU por la "porosa" frontera entre México y Guatemala, verdadero paraíso para traficantes de armas, droga y hombres. Los cables, redactados a finales de 2009 y sobre el terreno por diplomáticos estadounidenses, llamaban la atención sobre la poca vigilancia que México dedica a su frontera sur: "Solo 125 oficiales de inmigración mexicanos mexicanos controlan las 577 millas (928 kilómetros) de frontera con Guatemala".
Solo un policía cada ocho kilómetros de frontera. Solo 125 agentes para evitar que los traficantes de carne humana sigan fletando ataúdes rodantes hacia Estados Unidos.
Tráfico de carne humana hacia Estados Unidos · ELPAÍS.com
el dispreciau dice: el negocio de la esclavitud crece día a día, amparándose en leyes oscuras, deficientes, en que las fronteras existen cuando convienen a los estados ausentes y dejan de hacerlo cuando los intereses las trascienden... el negocio de la esclavitud adquiere volumen y magnitud a manos de la corrupción, se expande en cantidad pero también se diversifica de manera dramática, sin que ningún organismo internacional haga nada, porque su función no es hacer algo sino simplemente estar para justificar, al igual que el eterno FMI y sus recetas perversas... Las gentes del mundo tierra se desesperan por "zafar" de sus infiernos, y ello es prolijamente aprovechado por algunos mecanismos mucho más perversos que viven protegidos por los estados ausentes. No sólo se produce y trafica estupefacientes, se hace lo propio con medicamentos, con personas libradas a su suerte porque han sido consumidas por la marginación inducida por los estados ausentes que hacen culto a un terrorismo de estado que la in-justicia no reconoce porque forma parte del mismo paisaje. Se trafican niños para prostitución, para ser desguasados sus órganos y vendidos al mejor postor, se hace culto a la pornografía donde la violación satisface a un mundo cada vez más alterado en sus valores y en sus instintos... pero también se secuestran mujeres jóvenes, adolescentes o embarazadas, da igual, todo se compra y se vende, enseñando el lado más oscuro del ser humano, ése mismo donde se terminan las palabras y se apela a argumentos vacíos que justifican hechos inadmisibles... Mientras tanto los estados no ven, no escuchan, no sienten, no admiten reclamos porque ellos mismos son parte del problema ya que nunca han estado ajenos a él, ya que todo produce "caja" política. La esclavitud crece año a año, y así como hace tres siglos se robaban seres humanos de piel negra en África, este negocio hoy es parte de la contribución social que sostiene al narcotráfico y a la trata de personas, conducida por naciones enteras (China y México son dos excelentes ejemplos de la barbarie amparada por los estados) en contra de sus propias poblaciones. Entonces se liberan fronteras y nadie ve nada... alguien factura, otros cobran, las personas se degradan en su condición humana para luego escucharse al mundo político salir a dar discursos sobre derechos humanos y la pseudo importancia de la cuadrutura del círculo. El mundo humano está mal, peor que en el medioevo eclesiástico e inquisidor, exponiendo las mismas bajezas y las mismas estúpidas justificaciones, siempre echándole la culpa al otro para no mirarse al espejo, a sabiendas que la imagen a reflejar no será la propia sino la de un demonio empobrecido y condenado a su propia hoguera. Los seres humanos merecen otra suerte, otra consideración, otro respeto... la estrategia de ocupar y esclavizar, conquistar y depredar, ejercida por mucho más de dos mil años, se ha agotado... y de no ser así, la Tierra será un infierno que consumirá a los mentores de todo este genocidio de conveniencias e intereses donde la persona no vale más que lo que le produce a su propietario, un dueño sin alma, sin espíritu, con ojos pero sin vista, con orejas pero sin sentido de la audición, sin sentimientos, sin nada que indique que allí dentro hay algo que justifique el sentido de la humanidad. El mundo demanda una política conjunta para terminar con este cataclismo inventado por vivos... no hay nada que justifique no hacerlo, mucho más atendiendo que ahora a los enemigos de las conveniencias se los señala con el dedo y se los extermina a discreción, donde sea. Mayo 19, 2011.-
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