jueves, 7 de agosto de 2008

RAZA HUMANA versus IMPERIO

Estimada Señora Senadora María Eugenia Estenssoro: la historia de la humanidad nos enseña hitos. Existen culturas que son por su propia naturaleza, de características “imperiales” y llevan en sus genes la intencionalidad de dominar, de someter. Durante el Siglo XX hemos asistido muchos de nosotros a distintos mecanismos de poder implantados en dicha dirección, comprados por los gobernantes de turno, muchas veces sometiéndose ellos mismos a cambio de prevendas, mejores pasares, etc.
Las dos guerras mundiales, sumadas a todos los conflictos ejecutados durante la centuria del 1900 (España, Corea, Vietman, Irak, Afganistán, etc.), más la imposición de la tecnología nuclear como método de intimidación, más el desarrollo de armamento cada vez más letal, la incorporación de la guerra biológica como medio más sofisticado de exterminio, nos muestran a una raza humana sumergida en la locura, mezclando mesianismo con mezquindades, miserias con demencias, oportunismo con atropellos…
En un momento el enemigo era el comunismo. En otro la guerrilla y los movimientos insurgentes.
Más allá de las razones de los unos y los otros, el siglo XX nos ha enseñado cuán fuera de los cabales se encuentra la sociedad humana, capaz de atentar contra sí misma, capaz de dañar su propio vehículo contenedor (el planeta TIERRA que es además el único en el que las condiciones son propicias para el sostenimiento de la vida humana, tal la conocemos).
Las razones que motivan las agresiones siempre se ven veladas por explicaciones que no resisten ningún análisis, representando excusas que favorecen la difusión según la ocasión. No lo fueron nunca a lo largo del siglo pasado, como tampoco lo son ahora. Nada justifica el terrorismo de los estados en contra de sus propias bases sociales, pero curiosamente dicho terrorismo se ejerce de diversas formas:
1. Propociando circunstancias económicas que favorecen la exclusión, la probreza y el marginamiento.
2. Organizando atentados de consecuencias temibles, en especial para aquellos que sobreviven a una experiencia traumática, límite, bloqueante, de la que jamás se regresa con la mente intacta, a lo que debe agregarse un problema nada menor: las eventuales incapacidades.
3. Promoviendo atentados que utilizan a la vida humana como medio.
Todas ellas enseñan tendencias expansivas.
No respeta a ninguna persona en su condición de tal ya que las estrategias militares y de inteligencia de los estados dominantes, reconoce estos ejercicios como “daños colaterales”, lo cual debe traducirse que no son de importancia ya que el fin justifica los medios.
Durante el siglo XX se fueron muchas vidas ilustres bajo dichas pautas o preceptos (Lady D, Gandhi, pero los nombres son tantos que hasta quizás Juan Pablo I podría quedar en dicha lista, me animaría a colocar hasta su propio padre y discúlpeme Usted por semejante aseveración pero con la edad uno va aprendiendo a mirar debajo del agua y a intuir dentrás de las declaraciones “oficiales”).
Sin embargo, detrás de los ilustres se fueron millones, cientos de millones de almas que no tuvieron la consideración general porque siempre nos vemos atropellados por las urgencias que fabrican nuestras propias incapacidades humanas.
El dolor se implanta en los cercanos pero se diluye en el desconocimiento del “otro”, la “lejanía”, o bien en la imposibilidad de asumir sentimientos ajenos. Pero el dolor asociado existe como entidad que une a los espíritus comunes. No es bueno para nadie ver como se extingue la vida de otro por un simple antojo, por un capricho que intenta imponer ideas.
En estos tiempos las sociedades ya no disponen de prioridades organizadas desde los Estados Políticos que las contienen, por el contrario están sometidas por las urgencias que imponen las rutinas.
El fenómeno es terrestre. Cunde por el mundo.
La proporción de pobres, marginados, excluidos, es cada vez mayor. A cambio de ello, los que aún permanecen dentro del sistema viven sometidos a sus propias “locuras” y sumergidos en la inconsciencia de no saber cuáles son límites, sin asumir que más tarde o más temprano cada uno de ellos formarán parte del listado de las víctimas.
Por estas horas el mundo ignora (hace que…) que China es uno de los regímenes que más pobreza ha generado en su propia sociedad, llevando a la muerte a millones de personas despreciadas hasta el hartazgo en nombre de una finalidad que sólo sirve a los fines del criterio imperial: pocos muy bien a cambio de muchos muy mal. Pero la China que vemos Usted y yo se consumirá en sus propios desperdicios porque la civilización no se representa por edificios monumentales, trenes magnéticos, industrias que contratan a una mano de obra calificada por centavos (casi por la comida)… donde la cultura no es el eje de construcción social, lo que sigue será un manifiesto, una expresión sofisticada de la barbarie.
No ocurren cosas diferentes por otros lados. Vea como viven las gentes en Afganistán, Pakistán, y en la propia India. Pregúntese qué quedará de Irak e Irán, Líbano y de la sociedad palestina…
Todo evidencia que algo anda muy mal en nuestras mentes porque no atinamos a imponernos un modelo de construcción mediante la PAZ. Hablamos de ella, declamamos, pero estamos cada día más lejos porque la prioridad del modelo imperial alguna vez sustentado en la seda, el té y el caucho, hoy lo está en los hidrocarburos, la tecnología electrónica, el poder nuclear, el aeroespacial, el agua dulce, los alimentos y las tierras que aún permanecen productivas y escasamente contaminadas, incluyendo en ello el monumental negocio de la venta de estupefacientes que facilitan el mantener al hombre sometido a sus propias miserias, así como alguna vez lo fue el alcohol.
Este ejercicio político que se expresa mediante la soberbia y la necedad y se sustenta en la ceguera y sordera no permite ver que las necesidades crecen y se multiplican, se superponen, al tiempo que las demandas contenidas se agigantan al modo de una ola de tsunami. No es de nuestro patrimonio. NO. Se ha diseminado por el orbe y donde hay un ser humano con poder político, éste estará rodeado por un aura de desprecio hacia su prójimo…
Cabe un replanteo serio.
La raza humana está al borde de su propio exterminio.
Ha agotado sus fuentes, aquellas que le proporcionan vida.
Ha diezmado su propio suelo, ese que le sostiene.
África contiene hoy una deuda de la raza humana hacia una sociedad pulverizada hasta un punto que los occidentales desconoce en su gran mayoría.
Asia contiene hoy una deuda de la raza humana hacia sectores sociales sometidos a los antojos de políticos y su partidos, aspectos que son desconocidos en occidente.
América Latina contiene más pobres y marginados que personas incluidas en el sistema productivo que se ha entregado por entero al modelo económico que está llevando al holocausto al mundo (como un todo).
Europa es algo semejante a una licuadora donde recurren los que intentan escaparse de sus temibles realidades (turcos, africanos, miembros de las comunidades de los ex -países del Este, etc.), más los que están allí desde siempre pero se están cayendo del sistema que ya no los puede sostener y entonces los expulsa hacia un vacío con final abierto…
Muchas son las voces que se han levantado contra lo que nos agobia, nos oprime, nos quita dignidad.
Muchas de ellas se han perdido consumidas por la intencionalidad de los poderes.
No obstante ello, el mundo no es el mismo desde 11-S, y mucho menos luego del 11-M… Ya no hay países objetivo, sencillamente porque las fronteras existen únicamente en los mapas y las banderas de las naciones han sido prolijamente reemplazadas por las banderas de los intereses de multinacionales “impersonales” donde, otra vez, el fin justifica los medios.
Los seres humanos nos debemos a nosotros mismos. Si pretendemos permanecer como “cultura” debemos revisar nuestras esencias y promover “fuentes” que alimenten la continuidad de la presencia de la creación como fuente (valga) de la sabiduría del verbo divino que no estamos en capacidad de replicar. De lo contrario, las almas perdidas clamarán por sus espacios, por sus tiempos, por sus destinos incumplidos…
Nuestro país no escapa por estas horas a nada de lo descripto, es más, forma parte del mundo, por ende forma parte del paisaje general donde unos pocos pretenden avasallar a los muchos, quitarles los derechos, restarles futuro, todo en nombre de una mentida democracia que enmascara derechos humanos de unos ignorando los de todos, garantías ciudadanas de unos despreciando las de todos.
NO SIRVE.
Transitamos un ESTADO ficticio, virtual, intangible, carente de alma, por ende ausente de espíritu. Las palabras no guardan sentido (consecuentemente los discursos están vacíos) y las acciones están viciadas de nulidad en su propio origen…
Insisto, la raza humana se debe una revisión profunda antes que sea demasiado tarde.
MANDELA representa a uno de ilustres cuyo mensaje debe interpretarse como una clara advertencia de lo que enfrentaremos si permanecemos en la senda en la que estamos.
Un cordial saludo.
CERASALE, Víctor Norberto

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