Siguiendo con el tema de la LEY DE RADIODIFUSIÓN Y CONTENIDOS el Ingeniero Cingolani le expresó lo que sigue a la Senadora María Eugenia Estenssoro:
Horacio Aldo Cingolani dijo:
-Senadora: Debo confesarle de que no tengo idea de cómo llegar a los legisladores porque eso de enviarles mails para intervenir en debates escritos no me da ningún resultado. Tampoco tengo idea de si Ud. lee estos comentarios. Por varios motivos pienso que los ciudadanos tenemos que ser escuchados un poco más y para implementarlo se requiere legislación.
-En este caso, mi opinión se aplica bien al tema de las comunicaciones, porque la tecnología que le da sustento está en rápida evolución. Por ese motivo, creo que los legisladores deben asesorarse muy bien con especialistas y filósofos de las comunicaciones antes de redactar un ley. Pasa que con la fibra óptica, Internet e informática es posible cambiar en forma radical la tecnología.
-La misma ya posibilita una comunicación más democrática, con participación de mucha más gente para informar, entretener, enseñar y opinar. Ya es posible que cualquiera pueda producir videos, fotos, gráficos, o palabra escrita o hablada, y que tal información pueda ser inyectada a una red que abarque las radios, la TV, la prensa escrita y posiblemente la cinematografía.
-Lo que ya se hace en Internet puede ser REGULADO, mejorado, filtrado y difundido a todos, si se adoptan tecnologías que requieren de leyes y de la intervención estatal.
-NO DIGO QUE LAS INNOVACIONES PUEDAN HACERSE DE UN DÍA PARA EL OTRO, NI DE QUE LA LEY DEBE CONTEMPLAR POSIBILIDADES DE FUTURO DEMASIADO LEJANO.
-Si digo que deben informarse bien, consultar con expertos nacionales, para que indaguen las tendencias mundiales. Y también digo que deben regular con mucho cuidado para que algunas empresas NO se queden con el mango de la sartén.
-Mi criterio sería el de no apurarse en regular, porque estamos frente a posibilidades muy cambiantes. Si bien soy jubilado en mi profesión (ingeniero electrónico) estoy bastante al tanto de las tendencias tecnológicas modernas, y tengo bastante información de lo que digo. Horacio
Lo cual motivó un intercambio de reflexiones entre nosotros pero en el mismo BLOG:
Estimado Ingeniero Cingolani: discúlpeme Usted pero su visión es muy buena, precisa, contundente. Respecto a los mensajes que podemos enviar a los legisladores es como tirar palabras al viento (para no decir otra barbaridad y tener que censurarme), me consta que nadie lee nada. Seguramente la conducta no es generalizable, pero entre el medio oficialista destruyen todo aquello que no les produzca “caja” lo cual nos enseña cuánta pobreza anida en dichas almas mezquinas y oportunistas.
Gracias por su aporte, lo percibo como imprescindible en una mesa de composición temática referida al punto que nos ocupa.
Cordialmente
CERASALE
Luego, él respondió como sigue:
Horacio Aldo Cingolani dijo:
Victor: Gracias. Por lo menos entre nosotros nos leemos. y en general acordamos, como yo con sus comentarios. Mi preocupación es que estamos encerrados como en una jaula opaca de cristal tal que nuestra voz no pasa, ni podemos gesticular. Pero debe haber algún camino: ¿Cual?
Finalmente, le hice el comentario que sigue a continuación:
Estimado Horacio: creo que la sociedad argentina está atrapada en una cinta de Moebius y ésta a su vez en una entidad de energía negativa que no nos deja salir. Algunos vemos la realidad pero cuando tratamos de anunciar, denunciar, ordenar, reclamar, proponer, gestionar, todos los anticuerpos se fusionan en un notable monstruo que se transforma en una “máquina de impedir”. A esta edad (mía) ya no sé cómo se sale de esto… No tengo la fórmula porque soy esencialmente “naif” y mi pensamiento lógico y adaptado al método científico me impide apreciar las chicanas de la política y mucho menos me identifica con la clase política. Todo esto me espanta pero no veo la forma de jugar en un tablero de Ajedrez donde ellos tienen las blancas y nosotros no tenemos ni una pieza (!?). No obstante ello, creo que esta etapa de la política nacional está llegando a su fin, aunque también entiendo que el final inmediato no será para nada feliz. El PODER POLÍTICO es esencialmente autista, soberbio, necio e incapaz (todos los que no pudieron insertarse en el mundo privado de la producción, se transformaron en nuestros genios de la política, y así estamos).
Por ahora, como “viejos espectadores” no nos queda otra que ver cómo sigue la película. En lo personal creo que vamos asistir a un final impensado pero mucho menos deseado. Un abrazo. Víctor
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jueves, 21 de agosto de 2008
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