Recibí este informe de la Senadora María Eugenia Estenssoro:
El desafío de la integraciónCensura sutil: nuevas formas de control de la prensa
Por Maria Eugenia Estenssoro / 19 de Agosto de 2008
Mientras el gobierno demora ¿o suspende? el envío de una nueva ley de radiodifusión al Congreso, la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) presentó un excelente informe sobre las múltiples formas de control o “censura” a los medios de comunicación que se han adoptado en Argentina y en otros países de Latinoamérica. Estuvieron presentes diputados de diversos países de la región que contaron sus experiencias.
El debate democrático por una Ley de Radiodifusión capaz de reemplazar la de la dictadura sigue abierto. Preocupa la perspectiva de que quede vacante la sanción de una nueva norma. Este año estamos frente a la posibilidad de democratizar y transparentar los medios de comunicación en Argentina. No la desaprovechemos.
Más allá de las intenciones verdaderas de Néstor y Cristina Kichner en su propuesta de elaborar una nueva ley de radiodifusión, nuestro país se debe una discusión sobre un nuevo marco legal que regule a los medios de comunicación tanto privados como públicos.
La agenda sobre regulación de los medios debe incluir una moderna ley de acceso a la información; una ley de medios públicos que asegure su independencia de los gobiernos de turno; una norma que regule la pauta publicitaria oficial; la reforma del Código Penal para modificar las figuras de calumnias e injurias; la definición de la norma para la TV digital y la regulación de las radios comunitarias.
Es imprescindible que se normalice, por ley, el Comfer, intervenido desde 1983. Siguiendo otros modelos del mundo, presenté un proyecto de ley estableciendo que esta autoridad de aplicación se constituya como un órgano colegiado elegido tanto por el Poder Ejecutivo Nacional como por el Poder Legislativo. Propongo que la ciudadanía intervenga en este proceso por medio de audiencias públicas donde se pueda opinar sobre la idoneidad de los candidatos a nombrar. Los gobiernos no pueden seguir otorgando o denegando licencias discrecionalmente, en una política antojadiza de premios y castigos. Según Diario sobre Diarios, en Brasil -en la ciudad de Belo Horizonte- el proceso de renovación de la concesión de la Red O Globo fue suspendido por la comisión responsable de la Cámara de Diputados, dado que después de una gran presión por parte de la sociedad civil, se acordó debatir sobre esta renovación por medio de una audiencia pública.
Tanto el estudio de los casos y las legislaciones de otros países de la región como el aporte fundamental de las organizaciones de la sociedad civil constituyen herramientas imprescindibles con las cuales los representantes podemos trabajar para elaborar legislaciones sólidas y a largo plazo. También las sentencias de la Corte Suprema de la Nación, de las Cortes Provinciales y del sistema interamericano pueden servir como ejes de apoyo para esta discusión. Durante 2007, por ejemplo, la Corte Suprema dictó un fallo en la causa del Diario Río Negro contra el gobierno de la provincia de Neuquén condenando al Estado provincial por la suspensión de la pauta oficial de manera arbitraria.
Existe una relación delicada entre la distribución de la pauta oficial y su uso para acallar medios de comunicación, o para que estos hablen favorablemente de un gobierno. Esta relación es especialmente sensible en las provincias, donde los medios de comunicación dependen más de la pauta oficial. Por esto se debe regular la forma en que se distribuye el presupuesto nacional en publicidad oficial y descentralizar la decisión de esa distribución en distintos órganos de aplicación. Además, debe realizarse una política de subsidios a los medios de comunicación en un marco regulado con el fin de evitar la confusión entre el otorgamiento de subsidios y el de la pauta oficial. El decreto 183/08 de Tierra del Fuego es un antecedente interesante con el cual experimentar. Debido a que también es imprescindible una ley nacional, desde la Coalición Cívica, con otros bloques de la oposición, presentamos un proyecto de ley que impulsa regular la distribución de publicidad oficial.
Todo esto se discutió el día jueves pasado en un Seminario (1) organizado por la ADC que presentó el informe “El Precio del Silencio” el cual detalla los obstáculos a la libertad de prensa que pueden existir cuando no hay una legislación que regule la distribución de la pauta oficial.
(1) Participaron como panelistas Marco Antonio Enríquez-Ominami Gumucio, diputado del Partido Socialista de Chile, presidente de la Comisión Investigadora Especial de Avisaje del Estado de la Cámara de Diputados; Eduardo Brenta, diputado nacional del Frente Amplio del Parlamento Nacional de Uruguay, y Carlos Cortés Castillo, director ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa de Colombia (FLIP) quienes compartieron las experiencias en la región. También participaron los periodistas María O´Donnell, autora del libro Propaganda K; Ernesto Tenembaun, periodista de TN y de Radio Mitre y columnista de Página 12; Claudio Jacquelin, secretario de redacción del diario La Nación; Daniel Fernández Canedo, secretario de redacción del diario Clarín, y Alicia Miller, prosecretaria de redacción del Diario Río Negro.
Esto motivó compartir con ella la siguiente reflexión:
Estimada Señora Senadora María Eugenia Estenssoro: entre las tantas cosas que los argentinos nos debemos a nosotros mismos, seguramente se ubica la tan mentada LEY de RADIODIFUSIÓN a lo que agregaría de mi peculio: Y CONTENIDOS. Desde luego nuestros sucesivos gobernantes desde el advenimiento de la DEMOCRACIA omitieron, como es costumbre en nuestra clase política, prestar debida atención a un tema medular para la sociedad (no sólo para los medios, cualquiera sea su índole).
Entiendo también que éste no es el momento para abordar este tema ya que el mismo no parece prioritario, vistas que el país está encaminado hacia una “suerte” de disolución. No obstante ello, creo que es necesario estructurar una LEY CIERTA donde el menor problemas es el qué y el cómo se distribuye la publicidad oficial sino aquello que ella contiene.
Entiendo que el PODER EJECUTIVO debe tener otras prioridades dadas sus incapacidades manifiestas para administrar (no hablemos de gestión), ya que nuestro país se está saturando vertiginosamente de otros problemas de mayor envergadura: 1. Inseguridad, 2. Narcotráfico Productivo, 3. Corrupción, 4. Desmantelamiento del sistema de Salud Pública, 5. Desmantelamiento de la Educación Pública, 6. Desestructuración de los Polos Productivos, y quizás agregaría algunas otras prioridades que hacen a la vida de las gentes, Usted y yo.
ARGENTINA, quizás Usted lo vea desde otro ángulo, se encuentra “enrarecida” pero a nadie escapa en el mundo entero (círculos diplomáticos del primer mundo) que se encuentra en caída libre hacia un abismo sin fondo tangible.
Dado que la camino día a día, veo cómo se ha deteriorado en estos últimos ocho meses y mi sensación es que estamos igual o peor que en febrero de 1976. No soy agorero, tampoco futurista. Soy un hombre dedicado a las ciencias de la salud que suelo leer entrelíneas los mensajes de los mecanismos sociales, no sólo aquí sino en el mundo entero.
La LEY DE RADIODIFUSIÓN (e insisto) Y CONTENIDOS no puede pasar por alto que los contenidos de nuestra TV son despreciables y están dirigidos a “idiotizar” a nuestos conciudadanos que han tenido menos posibilidades formadoras que Usted y que yo. Tampoco puede pasar por alto que los excesos verbales en todos los ámbitos no son necesarios ni apropiados para expresar una idea, un pensamiento ya que ello demuestra cuán grandes son nuestras carencias.
Sin ser purista, ni puritano, mucho menos victoriano (a pesar de mi nombre) creo que manifestar sexo explícito a cualquier hora demuestra el nivel de ideas que pasa por las cabezas de los autores de los guiones. Todos sabemos lo que el sexo representa y cada uno tiene su propia apreciación pero habilitar a las futuras generaciones a asumir que sexo es o puede representar un acto de sometimiento no es para nada bueno.
LLenar minutos en el aire con bajezas y bochornos no hace otra cosa que llenar el morbo colectivo y alentarlo.
Así estamos.
Nuestras gentes están acostumbradas a la barbarie.
Los contenidos de muchas de las notas que salen en los diarios, revistas, panfletos, etc. deberían ser cuidadosamente revisadas no sólo por la cantidad de errores ortográficos que contienen (y deforman el criterio gramatical de quien las lee) sino por lo que denomino “falsos contenidos” que expresan pensamientos vacíos que en realidad están destinados a “no decir nada” y llenar páginas.
Esto no pretende coartar ni limitar la libertad de expresión individual sino adecuarla, formarla, enseñar al soberano a ordenar los pensamientos y a dar fundamento a sus palabras.
No pretendo que ARGENTINA sea una versión replicada de LA NACIÓN (entendiendo por ello un modelo, discutible o no pero modelo al fin)… pero seguramente Usted convendrá conmigo que es necesario establecer pautas de contenidos.
Dichas pautas pondrían límites a muchos ejercicios y expresiones publicitarias que no se condicen con fundamento social, educativo, o verdadero alguno. Esto no contribuye a formar sino a deformar.
Curiosamente en dicha categoría caen muchos mensajes oficiales…
Su propuesta de conducir la GESTIÓN de una LEY DE RADIODIFUSIÓN y CONTENIDOS por un CUERPO COLEGIADO me parece meritoria de su parte ya que de la misma forma, entiendo, debería ser conducida la ECONOMÍA, la EDUCACIÓN, la SALUD, y cualquier cosa que afecte a la sociedad como conjunto. Los personalismos NUNCA fueron buenos y hoy lo son mucho menos. Alcanza con abrir la ventana, ¿no es cierto?. No es que pretenda que todo sea discutido todo el tiempo, pero es necesario imprescindible compartir opiniones y saberes ya que se trata de entidades que al no ser colegiadas habilitan a “antojos” y “caprichos” de los funcionarios de turno, incluso apoya la expansión de las quintas de poder donde los obsecuentes pasan por arriba a los técnicos, destruyéndolos y destruyéndonos. El INDEC es apenas la punta del iceberg.
Mientras lo expresado no sea conducido hacia una ejecución genuina, ARGENTINA, la suya y la mía permanecerá en este estado de licuación en el cual nos encontramos. El ESTADO ha aprendido la estrategia de apabullar las mentes con mensajes que agobian y saturan y cada vez que se les escapa su incapacidad para resolver alguna cosa, envían a los medios toneladas de problemas convertidos en historias de dudosa etiología en la que ellos mismos podrían estar involucrados… Así nos llenamos de Cromagnón, Grassi, Narcos, etc. mientras no hay gas-oil, tampoco naftas, todo aumenta prolija y metódicamente un 10, 20, 30% y agréguele todos los etcéteras que Usted desee. No le resto importancia a los ejemplos precitados, de manera alguna, pero como argentino viejo, canoso, arrugado, sé que esto tampoco se resolverá como no se ha resuelto nada en nuestro país desde que tengo uso de razón:
.No tenemos derechos ciudadanos
.No tenemos garantías ciudadanas
.No tenemos garantías constitucionales
.No tenemos derechos humanos ciertos
y de la misma forma, nos invaden (o pretenden hacerlo) con mensajes carentes de contenido alguno.
Si los argentinos nos alimentáramos con las palabras que emanan del poder político estaríamos excedidos de peso, obesos, rebotantes.
Por ello, para concluir, una LEY DE RADIODIFUSIÓN Y CONTENIDOS debe ser ejecutable en un contexto de país, social, cierto, genuino… por ahora, y hasta tanto no se produzca el quiebre que habilite a un futuro tangible, esta LEY pasará a ser como todo el resto de las cosas que nos rodean, “espíritu de letra muerta”.
Un cordial saludo y le pido disculpas por mi vehemencia.
CERASALE, Víctor Norberto
miércoles, 20 de agosto de 2008
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