Los ministros ultras se preparan para salir del Gobierno austriaco
La oposición reclama al canciller Kurz que sustituya a los miembros de su exsocio de coalición
El nuevo jefe de la ultraderecha austriaca, Norbert Hofer, y el ministro del Interior, Herbert Kickl, este lunes en Viena. LISI NIESNER REUTERS
Los ministros de extrema derecha de Austria se preparan para abandonar sus cargos tras el escándalo de corrupción que ha acabado con la coalición de Gobierno con los conservadores de Sebastian Kurz. El canciller rompió la colaboración el sábado horas después de que el líder ultra y ex vicecanciller, Heinz-Christian Strache, se viera forzado a dimitir por la publicación de un vídeo de julio de 2017 en el que ofrece posibles contratos públicos a una supuesta magnate rusa y habla de vías de financiación ilegal del partido (FPÖ).
El canciller, que el domingo anunció elecciones anticipadas, que se celebrarán previsiblemente a principios de septiembre, aún no ha hecho público qué piensa hacer con los ministros ultras hasta los comicios, pero tanto fuentes de la extrema derecha como de los conservadores (ÖVP) apuntan a que es inviable que permanezca en el Gobierno el responsable de la cartera de Interior, Herbert Kickl, la cara de la línea más dura de los ultras. Señalado por numerosas polémicas y también por un registro de los servicios de inteligencia interior austriacos que investiga el Parlamento, Kickl sería uno de los responsables de investigar el origen y las sospechas de corrupción que contiene el vídeo grabado con cámara oculta a Strache.
Además, el propio Kickl, que este lunes ha acusado a los democristianos del ÖVP de estar "ebrios de poder", puede ser objeto de la investigación, ya que era secretario general del partido cuando se produjo el encuentro grabado en una casa de Ibiza. Destacado miembro del FPÖ y uno de los colaboradores más estrechos de Strache, el partido rechaza su salida. "Dejaremos nuestros puestos si el ministro del Interior, Herbert Kickl, es forzado a marcharse", ha afirmado Norbert Hofer, ministro de infraestructuras y recién designado líder del partido tras la caída de Strache.
La oposición reclama a Kurz, que decidió el regreso de la ultraderecha al Gobierno como socio menor tras las elecciones legislativas de octubre de 2017, que saque ya del Ejecutivo a todos los ministros ultras, que también ocupan otras carteras clave, como Defensa y Exteriores.
El responsable de los asuntos europeos dentro del Ejecutivo, Gernot Bluemel, cercano a Kurz, ha puesto públicamente en el punto de mira al ministro de Interior. "Espero que el canciller proponga al presidente [el progresista Alexander Van der Bellen] que el ministro del Interior sea cesado", ha dicho Bluemel.
El escándalo ha causado un terremoto en Austria y varias réplicas. Los socialdemócratas han finiquitado la colaboración con la extrema derecha en el Estado federado de Burgenland, que también celebrará elecciones anticipadas, y en la ciudad de Linz. Además, los medios que destaparon el caso Ibiza, los alemanes Der Spiegel y Süddeutsche Zeitung, desvelaron este domingo que Johann Gudenus, el colaborador del líder ultra al que se acercó en primer lugar la supuesta oligarca rusa y que también aparece en el vídeo, volvió a tener contacto con la mujer tras la reunión de Ibiza.
Tanto Strache como Gudenus afirmaron el sábado, cuando dimitieron, que no hubo más contactos después de Ibiza, donde el dirigente ultra le prometió contratos, expuso la forma de hacer donaciones ilegales al partido y la animó a hacerse con el control del influyente Kronen Zeitung para impulsar su candidatura y echar a periodistas no afines.
Mientras, sigue sin estar claro quién o quiénes están detrás del vídeo que ha hecho caer a Strache. La mujer rusa se identificó como Alyona Makarov, pero el magnate del gas ruso Igor Makarov ha declarado que es hijo único y, por tanto, no tiene ninguna sobrina.
El Kremlin, por su parte, ha negado este lunes que las autoridades rusas estén implicadas de alguna forma en el escándalo. "No podemos valorar de ninguna manera la aparición de ese vídeo, porque no tiene que ver nada con Rusia, ni con el presidente, ni con el Gobierno", ha afirmado el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. Moscú también se ha desmarcado de la mujer que aparece en el vídeo como supuesto contacto, alegando que no se sabe "quién es" o su nacionalidad, según la agencia de noticias Sputnik.
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