De urna en urna y tiro porque me toca. Apenas hemos salido del anterior colegio electoral y ya nos estamos encaminando al siguiente.
Y no se nos puede olvidar que nuestra próxima decisión va a ser de las que tienen una influencia directa en nuestra vida. Porque tenemos que elegir a los que gobernarán nuestras vidas más cercanas.
Fíjate si no en todo lo que pueden afectar a tu vida cotidiana y la mía las Carmenas, las Colau, los Santisteve, los Kichi…
Y más: los Ángeles Garrido (¡horror!) y los Núñez Feijóo y los Joséantonios Monago, que apuñalan a Pablo Casado porque quieren un PP más progre.
O los que se pasean por Europa sin hacer apenas nada eficaz para que en Bélgica deje de haber un impresentable viviendo del cuento.
Desde los ayuntamientos que elegiremos dentro de unas pocas semanas se pueden hacer cosas fundamentales. Por ejemplo, se puede ayudar a terminar con los mataderos de seres humanos, esos lugares a los que los abortistas llaman “clínicas para la interrupción voluntaria del embarazo”.
¿Voluntaria? ¿Qué pasa, le encargan a Michavila una encuesta para que responda el embrión al que quieren ejecutar?
¿Y cómo pueden ayudar los ayuntamientos? Por ejemplo, aprobando ordenanzas que obliguen a trasladar los mataderos de seres humanos a kilómetros del centro de las ciudades,
Por ejemplo, endureciendo las licencias de apertura de esos lugares.
Por ejemplo, protegiendo a los voluntarios provida que ofrecen ayuda en las puertas de los mataderos a las chicas que están pensando en abortar.
Nicolás de Cárdenas me comenta algo de lo que aparecerá en Actuall dentro de un par de días, te lo voy a adelantar porque eres suscriptor de El Brief, el resto tendrá que esperar hasta el lunes.
La cosa va de defender la vida desde la presión ciudadana, la que podemos hacer tú y yo. Verás, 82.000 personas han firmado en Holanda una petición para que se puedan inscribir en el registro los hijos muertos antes de nacer. Y a través de esta ley se ha desatado la polémica que tanto nos interesa a los defensores del derecho a vivir: si se puede registrar a un embrión, proceda de un aborto o no, el embrión deja de ser legalmente un amasijo de células para convertirse en una persona, en un ser humano.
¡Y a los seres humanos no se les puede matar!
Ya ves cómo se puede luchar contra el aborto desde frentes muy diversos. Creo que esta historia te va a interesar tanto como a mi. Aquí tienes el enlace para poder leerla, aunque todavía no se haya publicado.
Dentro de tres domingos votaremos de nuevo. ¡Y podremos combatir con nuestra papeleta cosas tan importantes!
¡Buen fin de semana!
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