jueves, 7 de mayo de 2009
el peor virus del hombre es...
Pakistán versus Talibán y después?...
MIKEL AYESTARAN
Actualizado Jueves, 07-05-09 a las 22:05pm (hora de Londres)
Tropas y más tropas abandonan sus cuarteles en dirección noroeste. En el camino se cruzan con los miles de civiles que huyen de los combates que por cuarto día enfrentan al Ejército con los talibanes en la división de Malakand de la provincia paquistaní de la Frontera del Noroeste (NWFP, por sus siglas en inglés).
La ciudad de Mingora, capital del distrito de Swat, es la auténtica línea del frente en la que Infantería, con cobertura aérea de aviones y helicópteros, trata de acabar con la resistencia de unos militantes que ayer mataron a diez soldados e hirieron a otros nueve, según los datos del ministerio de Defensa. Junto a Swat, el distrito de Búner, situado a cien kilómetros de Islamabad y cuya toma por parte de los talibanes supuso un verdadero punto de inflexión, también registró violentos enfrentamientos una jornada más.
Los civiles no tienen más remedio que desafiar el toque de queda impuesto por las autoridades y salen de sus casas en dirección a los campos de refugiados que se están habilitando en los alrededores de Peshawar, ciudad más importante de la provincia. El Comité Internacional de la Cruz Roja, que ya no tiene acceso a la zona en conflicto, alertó del riesgo de “crisis humanitaria” y cifró en “más de medio millón” el número de desplazados por los combates.
Los testimonios de los supervivientes a los medios locales hablan de una ciudad de Mingora “en manos de los talibanes, que cavan trincheras y minan las carreteras”, “sin agua, ni luz” y de la que “cuarenta mil personas han huido en las últimas horas”, según los responsables municipales que siguen los acontecimientos atrincherados en sus oficinas. La primera gran ofensiva se centró en la toma de las minas de esmeraldas de Shahdara y, según fuentes de Defensa, las fuerzas de Islamabad lograron hacerse con el control de esta posición estratégica.
La clave, el Ejército
La tregua entre Islamabad y los talibanes en el valle de Swat ha durado tres meses y su ruptura coincidió con la cumbre de Washington entre Barack Obama, Asif Zardari y Hamid Karzai. Esta operación ejemplifica el compromiso de las autoridades de Islamabad en su lucha contra el terror, la principal exigencia formulada por Obama desde que tomara posesión de su cargo. “El Ejército tiene en sus manos la posibilidad de demostrar al mundo nuestra lucha sincera frente al terrorismo”, declaró a Al Jazeera el director del Centro para la Investigación de Estudios sobre Seguridad, Imtiaz Gul. En un país que, como han demostrado sus 62 años de historia, son realmente los militares quienes tienen la capacidad de tomar decisiones, todas las miradas estuvieron puestas en el mensaje a la nación del General Ashfaq Parvez Kayani, sucesor en el cargo de Pervez Musharraf , quien pidió “harmonía y unidad” para derrotar al extremismo.
El final definitivo del alto el fuego también quedó plasmado sobre el terreno con la muerte en uno de los bombardeos de Kifyatullah, hijo de Sufi Mohamed, influyente líder local que se había encargado de la mediación en las conversaciones entre fundamentalistas e Islamabad.
Arsenal nuclear seguro
Hoy es Swat, pero hace pocas semanas fue Bajaur y antes Waziristán. Todo el cinturón pastún que une Afganistán y Pakistán es escenario de operaciones militares a un lado y otro de la frontera. La capacidad de respuesta de la insurgencia preocupa a una comunidad internacional que teme que los militantes puedan acceder al arsenal nuclear paquistaní. El Secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, de visita a la vecina Kabul, se mostró “animado” por la operación militar en Swat y aseguró que los talibanes tienen “una muy pequeña oportunidad” de hacerse con armamento atómico.
el dispreciau dice: las conductas humanas que expresan el desprecio hacia el otro son una constante que parece imposible de ser modificada. Todo se respalda en una cuestión política y asegura que otro desastre semejante a la Franja de Gaza es, cada día que pasa, más y más posible, aventado por intereses nunca demasiado claros y mezquindades nunca demasiado ventiladas. Los campos de refugiados se llenan mientras la clase política de un lado y la clase militar del otro tejen sus redes que atraparán destinos y licuarán vidas de inocentes, las que jamás se recuperarán y formarán parte de un nuevo atropello a la condición humana que, como siempre, permanecerá sin resolver. ¿Para qué tanta barbarie?... ¿por qué lo que de un lado es barbarie del otro es justificable con argumentos falaces?... ¿por qué tanto atropello?... ¿por qué se cambian los escenarios pero los que pagan el pato son siempre los pobres y marginados que apenas si llevan sus propias vidas consigo?... nuevamente nos dirigimos a un nuevo genocidio que aunque parezca lejos, tiene suficiente capacidad de daño como llegar hasta el punto más distante donde haya un ser humano. Hace apenas escasos meses hemos transitado un genocidio imperdonable que ha sido tapado por circunstancias mediáticas (palestinos)... y ahora se acerca uno renovado... pregunto, en nombre de qué Dios se justifica?... no parece haber ninguno, en ningún documento sagrado que habilite a tanta vergüenza irresuelta. El peor virus de la humanidad sigue siendo el propio hombre... cuya soberbia no amaina... Mayo 07, 2009.-
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