martes, 7 de abril de 2009

ITALIA: mi solidaridad ante el desastre



Devastador terremoto / Más de 100.000 personas sin techo
Italia, teñida de muerte y desolación por un sismo
El epicentro estuvo a 100 kilómetros de Roma; murieron más de 150 personas y hay 1500 heridos; varios pueblos fueron arrasados
Martes 7 de abril de 2009 |

Publicado en edición impresa LA NACIÓN (Argentina)

Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia


L´AQUILA. El ulular de las sirenas es incesante. Abriéndose paso entre los escombros, las ambulancias vienen y van con los heridos. Cuadrillas de rescate excavan con pico, pala, grúas y topadoras. Entre el apuro y la desesperación, buscan sobrevivientes.

El escenario es apocalíptico. El peor terremoto en 30 años en Italia ha destruido el centro histórico de la ciudad, por el que pululan militares y agentes de la Cruz Roja. Hasta anoche había más de 150 muertos, muchos de ellos, niños, 250 desaparecidos, 1500 heridos y 100.000 evacuados. Todo es tan sombrío que a lo que ha pasado lo llaman aquí "el fin del mundo".

En la céntrica Plaza del Duomo, la cúpula de la Iglesia de Santa María del Sufragio es un cúmulo de escombros. La campana de la antigua catedral de los Santos Máximo y Jorge, del siglo XIV, ha sido arrancada de cuajo. Las agujas del viejo reloj están detenidas a las cuatro menos veinte.

Pero el sismo "maledetto" (maldito), que no sólo destruyó esta ciudad, capital de la región de los Abruzos, sino que dejó en ruinas a 26 pueblos cercanos, fue varios minutos antes. Exactamente a las 3.32 de la madrugada (22.32 en Buenos Aires), un terremoto de una magnitud de 6,3 grados en la escala de Richter sacudió durante unos 30 larguísimos segundos y con una brutalidad inaudita esta parte de Italia, ahora en shock.

La violencia del temblor fue tal que pudo sentirse perfectamente en ciudades como Roma (a unos 100 kilómetros de aquí), tal como advirtió esta cronista, y en Nápoles.

El finimondo o la "maldición", como le dicen aquí, estaba escondida a 8,8 kilómetros de profundidad y a pocos kilómetros del centro de L´Aquila, que ayer parecía una ciudad fantasma. Todos los habitantes habían sido evacuados, los negocios estaban cerrados, no había electricidad y el 50% de los edificios estaban destruidos.

"Es una situación dramática, es la peor tragedia desde el inicio del milenio", definió sin medias tintas el jefe de Defensa Civil, Guido Bertolaso, que desde las primeras horas del día se puso al frente de las tareas de rescate de las más de 100.000 personas afectadas.

En medio del horror, se sumó la conmoción que provocó la noticia de que Giampaolo Giuliani, un científico que puso a punto un sistema para prevenir sismos, había advertido que algo iba a suceder, pero fue descalificado por "alarmista" (ver Pág. 3).

"No dejaremos a nadie solo", afirmó ayer el primer ministro Silvio Berlusconi, que de inmediato declaró el estado de emergencia y suspendió una visita a Moscú para dirigirse a la zona afectada.

Mientras Benedicto XVI expresaba su conmoción por la tragedia, mensajes de solidaridad llegaban desde todo el mundo, sacudido por la noticia. Por la noche, en medio de un clima de gran conmoción en todo el país, el consejo de ministros aprobó un paquete de 30 millones de euros para paliar la catástrofe.

El temblor golpeó sin piedad no sólo a esta ciudad de 70.000 habitantes ?en la que era difícil ver un edificio sin rajaduras, sino también Santo Stefano di Sessanio, Castelvecchio Calvisio, San Pio, Villa Sant-Angelo, Fossa, Ocre, San Demetrio y los centros del Altiplano de las Rocas.

Las situaciones más dramáticas, sin embargo, se vivieron en el centro histórico de esta capital y en varios pueblos cercanos, como Onna y Paganica, epicentro del terremoto. Allí, en calles llenas de cascotes, escombros, autos destruidos y ruinas, se veían decenas de edificios arrasados, techos desplomados, construcciones antiguas de enorme valor artístico dañadas y viviendas tragadas por la tierra.

"Tengan cuidado, no caminen al lado de los edificios; todavía hay temblores", advertían uniformados con barbijos, palas y perros, que seguían buscando sobrevivientes. Mientras tanto, por lo menos 200 réplicas volvieron a provocar pánico, una de ellas esta madrugada, de una magnitud de 4,8 grados.

En la Plaza del Duomo, donde hay una explanada que durante la madrugada sirvió de enorme dormitorio para centenares de vecinos, todos contaban la misma historia. Si bien los sorprendió en medio de la noche la fuerza asesina del terremoto, todos estaban de algún modo en alerta: en las últimas semanas la zona había sufrido muchísimos temblores leves.

"Desde enero sentimos temblores. Anoche primero hubo un temblor a las 11.05, después otro a las 12.44, y de todas formas me volví a dormir. Pero el fin del mundo llegó a las 3.32. Mi cama saltaba, el ropero se abrió, los vidrios estallaron. Logré salir porque mi hijo me sacó con una escalera. Mi casa quedó partida al medio", contaba a La Nacion Luigia Stringin. "Perdí todo, ya no tengo nada, me quedó sólo el perro", agregaba, llorando, además, la muerte de su cuñada de 72 de años en la tragedia. "Se le cayó encima el techo", sollozaba en medio del polvo.

En la Via XX Settembre, una de las más castigadas, frente a un edificio de cinco pisos que se desplomó como si fuera de papel, también se palpaba el drama. "¿Puedo ir a ayudar?", preguntaba un joven que se había puesto un pañuelo de barbijo. Gritaba que tenía parientes debajo de una espantosa montaña de tierra, hierros retorcidos, muebles, colchones y ropa hecha pedazos.

Pasadas las tres de la tarde, bajo un sol que picaba fuerte, un aplauso liberador celebró el rescate de una joven. Lo mismo había pasado poco antes, cuando se supo que Guido Mariani, otro joven, logró sobrevivir gracias a unas vigas que impidieron que se le cayera un edificio encima.


Pero muchas otras noticias, como la del hallazgo de una madre muerta abrazada a sus dos chiquitos, o de un padre que seguía llamando al celular de su hijo en vano, volvían a hundir a los voluntarios en la impotencia más absoluta. En San Gregorio, otro pueblo cercano, una beba de dos años logró salvarse gracias a que su madre, que murió, le hizo de escudo con sus brazos.

También se vivieron horas dramáticas delante del Hotel Duca D´Abruzzo, un edificio que directamente desapareció de la geografía de la ciudad, y frente a una residencia de estudiantes que se derrumbó totalmente, con unos 100 jóvenes adentro. De allí fueron rescatados seis estudiantes con vida. La universidad de la ciudad, en la que estudian unos 27.000 alumnos, también quedó totalmente devastada.

Y para sumar más controversia en medio de la tragedia, el hospital de la ciudad, un moderno edificio con 350 pacientes, debió ser evacuado, ya que la estructura, que debía haber sido antisísmica, sufrió severos daños.

Por la noche, las réplicas, la lluvia y el frío complicaban las tareas de rescate y la situación de los miles de evacuados obligados a pasar la noche a la intemperie (ver Pág. 3). En los cinco inmensos campamentos levantados en campos de atletismo, donde pasaron su primera noche fuera de sus casas los refugiados, el pánico era el denominador común.


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Devastador terremoto / Más de 100.000 personas sin techoItalia, teñida de muerte y desolación por un sismo

El epicentro estuvo a 100 kilómetros de Roma; murieron más de 150 personas y hay 1500 heridos; varios pueblos fueron arrasados

lanacion.com | Exterior | Martes 7 de abril de 2009


EL DISPRECIAU dice: no existe una palabra que pueda describir el dolor y el golpe a los sentimientos, sólo cabe el silencio y la reflexión. Por ello ante lo espantoso de las imágenes (cualquiera sea) me he tomado el atrevimiento de seleccionar estas tres fotos que trasmiten lo terrible del siniestro sísmico y su impacto en la vida de las personas, que allá como aquí, están fuera de la consideración de la clase política, soberbia, mentirosa y engreída. Haber descalificado a un científico tiene sus privilegios, éste es uno de ellos... Un abrazo a todos los italianos y en especial a los familiares de las víctimas y damnificados por el terremoto. Abril 07, 2009.-

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