lunes, 6 de abril de 2009
Enseñanzas de un mosquito, valiosas por cierto
Desde hace algunos años (2003) se comenzó a hacer evidente que el perfil infectológico del planeta que habitamos (único, por otra parte) se estaba modificando progresiva pero dramáticamente.
La aparición de la gripe aviaria (SARS) entre otras novedades puso en alerta al sistema sanitario a través de denuncias emanadas desde distintos centros científicos y académicos, incluyendo en ellos a la Organización Mundial de la Salud.
La movilización fue significativa y bien puede ser calificada como “responsable” ya que atinó a informar en primera instancia y formar a medida que avanzaba el conocimiento de las alteraciones detectadas y las que iban surgiendo.
Como consecuencia de la movilización científica algunos de estos problemas comenzaron a circunscribirse sin poder definirse ninguna de las situaciones como “efectivamente controladas” pero sí bajo un criterio de seguimiento que una vez más podría tenerse como “responsable”.
Los motivos de la aparición de nuevas, extrañas y virulentas cepas no son del todo conocidos en especial en lo que respecta a sus fuentes, pero aún cuando sea un secreto a voces no escapa a los medios científicos que algo tiene que ver el cambio climático (quizás mucho) y un poco (quizás mucho) la manipulación genética de virus y bacterias en pos del demencialismo de la guerra bacteriológica, de hecho impracticable si queda un dejo de sentido común a los que se dicen responsables… tengan el color de bandera que sea.
En nuestro país (Argentina) así como otros de América Latina la cuestión no ha sido diferente. Han aparecido algunos virus mutados que lentamente se han ido diseminando apropiándose de distintas regiones. Algunos permaneciendo y otros apareciendo de manera errática.
No obstante ello, esta instancia ha coincidido con el desmadre político de algunos países donde las políticas sanitario – asistenciales usualmente tenidas en un segundo plano pasaron a ser desplazadas al último de ellos (de los planos), es decir: a hoy carecen de trascendencia alguna ya que no forman parte de las políticas públicas aún cuando desde los estamentos políticos se afanen en decir lo contrario.
Alcanza con ingresar a un hospital público para darse cuenta cuánta consideración política reciben… todo es una vergüenza pública.
Bajo esa misma óptica y como no podría ser de otra manera, se han manipulado indicadores de gestión a efectos de obtener resultados prefabricados en la conciencia que nadie se daría cuenta. Por el contrario, la burda evidencia es de tal magnitud que todos asumimos rápidamente que ninguno de los valores estadísticos respondían a lógica alguna, ni matemática como tampoco social. Consecuencia: cuando se acostumbra a mentir, llega un momento en que no se acuerda a quién dijo qué cosa, como consecuencia de lo cual la dinámica lo induce a la confusión de tener que agrandar la mentira de modo de evitar un bochorno que más tarde o más temprano quedará manifiesto.
Concomitante con lo expuesto (conducta que se revela en Argentina desde hace mucho… anterior al 2003) sucedió que un mosquito que usualmente vivía en los montes y las selvas comenzó a quedarse sin casa, esto es que dado que algunos (políticos y sus socios empresarios de la oportunidad) les convenía el desmonte indiscriminado para plantar soja, convirtieron a pulmones naturales en zonas que rápidamente se encaminarán hacia la desertización (aún cuando los genios de siempre lo nieguen)…
De esta forma el mosquito, al verse sin hogar, buscó nuevos horizontes topándose con miles de humanos dejados de la mano de Dios, pero bien denigrados en su condición humana por la clase política, que los priva de los servicios elementales prometiéndoles cosas que jamás se cumplirán, a nuestro mejor estilo.
Estos mosquitos, nunca habían visto tanta gente junta así es que allí se quedaron, sin antes dejar de llamar a otros congéneres para organizar una invasión que podría definirse como multidireccional, esto es ha superado los cuatro mil metros de altura del lado de la Cordillera de los Andes desparramándose en las llanuras y prometiendo avanzar protegidos por el calor, las lluvias y las sequías…
Mientras el mosquito organizaba sus huestes y los exploradores picaban a cientos de miles de bolivianos (entre otros)… las autoridades políticas de la argentina discurseaban al modelo de Malvinas, que dicha epidemia nunca llegaría a nuestras tierras gracias a las barreras invisibles que nos protegen del narcotráfico (seguramente las mismas).
Dado que el narcotráfico se ha instalado en la argentina y se encuentra a sus anchas, aún cuando los políticos digan que no es cierto… los mosquitos apelando al mismo modelo de gestión hicieron lo propio y tomaron la Argentina habitada a su antojo, al tiempo que los Gobernadores y sus ministros obsecuentes negaban que hubiese mosquito alguno… y que de hallar alguno alcanzaba con aplaudirlo.
Conclusión: así como el INDEC, la SALUD PÚBLICA, la EDUCACIÓN PÚBLICA, las garantías ciudadanas y constitucionales, la seguridad, etc. son una gran MENTIRA POLÍTICA orquestada desde todos los sectores, unos por responsabilidad y omisión directas, y otros por silencios y disimulos indirectos, el mosquito se ha adueñado de nuestras vidas prometiéndonos males mayores.
Se ha escuchado decir en algunos pasillos de la “rosada” un chascarrillo que reza: “dejá que el mosquito avance, así losh tenemosh entretenidosh en otrash coshash”… lamentable.
Lo que ha ocurrido y ocurre en el Chaco es de una vergüenza atroz, no distinta al resto de las provincias argentinas (afectadas o no). Fumigar ahora como lo están diciendo (hacer es otra cosa) no cambiará el paisaje porque el mosquito tiene ya la capacidad de mutar la cepa y adaptarla a su conveniencia… ¿qué veremos entonces de cara al futuro?, bien, una nueva raza de mosquitos mucho mejor adaptados, los que favorecidos por fosforados sin acción real pueden utilizar los venenos para mejorar su especie y sobrepasar a los repelentes.
Mientras tanto, los Gobernadores y sus obsecuentes seguirán justificando lo injustificable, y mintiendo a discreción ya que todavía les quedan algunos años para seguir depredando y humillando al pueblo argentino.
El dispreciau: aplaudiendo mosquitos. Abril 06, 2009.-
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