domingo, 26 de abril de 2009

cambiar el rumbo antes de los arrecifes...

Se requiere un cambio de modelo
Miguel Angel y
Andrea Broda
LA NACION
Noticias de Economía: Domingo 26 de abril de 2009 | Publicado en edición impresa


Después de 77 meses consecutivos de expansión, el nivel de actividad sufrió un "porrazo" en los últimos seis meses: de hecho, el PBI cayó un 3,6% en el cuarto trimestre de 2008, respecto del trimestre previo, y un 2,9% en el primero de 2009. Se desplomó la inversión, se derrumbaron tanto las exportaciones como las importaciones, y el consumo se resintió (aunque mostró cierta resistencia a la baja). De este modo, al cierre del primer trimestre de este año, el PBI se ubica 6,4 puntos porcentuales por debajo del nivel promedio del tercer trimestre del 2008; la inversión bruta interna es un 16,5% inferior a la de entonces; los volúmenes exportados resultan casi un 20% inferiores y las importaciones un 29% menores; en tanto que el nivel de consumo es un 3,5% más bajo que el de hace seis meses. En perspectiva, el nivel del PBI del primer trimestre de 2009 resulta similar al del tercer trimestre de 2007 (pero es un 54% superior al del año 2002).

El objetivo de este artículo es intentar echar alguna luz acerca de tres interrogantes clave: cuánto durará la recesión, qué amplitud tendrá la caída entre el pico y el valle, y cuán intensa será la fase contractiva.

1) Duración: si bien es cierto que la economía se contrajo fuertemente entre septiembre de 2008 y marzo de 2009, creemos que hay chances de que esta recesión sea corta (dure 1 o 2 trimestres más para totalizar 3 o 4 trimestres de contracción), si no se producen sorpresas en el plano político-electoral y el "graN maKro" no comete serios errores de política económica. De hecho, la actividad económica viene disminuyendo su ritmo de caída en los últimos meses: en efecto, el estimador mensual de actividad económica (EMAE), variable cercana del PBI, habría caído un 2,9% en noviembre respecto al mes anterior (desestacionalizado) y el 2% en diciembre, en tanto mostraría una caída más moderada en enero (0,9%) y febrero para luego repuntar en marzo. ¿Por qué podría ser corta esta recesión? Porque no están presentes los factores económicos que en otras ocasiones dieron lugar a una profundización de la caída del nivel de actividad: no hay un desequilibrio de magnitud en el tipo de cambio real; tampoco se gestó ninguna burbuja de activos; además, hay estabilidad en el sistema bancario y financiero y, aunque en franco deterioro, la Argentina mantiene todavía sus superávits fiscal y de cuenta corriente. En comparación con otros períodos de contracción del PBI, se trataría entonces de una recesión corta como la de la crisis del tequila en 1995 (que duró tres trimestres) y la crisis de 1985, previa a la puesta en marcha del Plan Austral (de tres trimestres).

2) Amplitud (caída acumulada del PBI): si la economía siguiera desacelerando su ritmo de contracción y tocara fondo en el segundo o tercer trimestre de 2009 (como proyectamos), la caída acumulada del PBI entre el pico (III trimestre de 2008) y el valle en esta recesión sería del orden del 7%, apenas algo mayor a la caída del PBI observada en las recesiones light de 1995 y 1998 (cuando el PBI acumuló una baja del 5,6% y 5,4%, respectivamente), y desde ya muy lejos del desplome registrado en la crisis de la convertibilidad (de -15,2%) y en la crisis de la híper de 1989/90 (de -16,1%).

3) Velocidad de la caída: aunque la recesión puede ser corta y la caída acumulada menor que en otras recesiones más severas, en esta oportunidad la velocidad de caída ha sido elevada en el tramo inicial del período recesivo. En el último semestre, la economía se contrajo a un ritmo promedio por trimestre del 3,3% (o sea, al 12,4% anualizado, casi duplicando la velocidad de caída de la economía mundial del 6,4% en el mismo período). Se trata de una velocidad de caída similar a la registrada en los primeros dos trimestres de la crisis de 1989/90 (3,3%), muy superior a la observada al inicio de la recesión de 1998 (1,4%), pero muy lejos del ritmo de caída trimestral promedio evidenciado al principio de la crisis de la convertibilidad (5,2%).

En suma, la contracción ha sido pronunciada y nuestra percepción es que la recuperación será muy "amarreta". Ocurre que las causas de una recesión no sólo condicionan su duración y amplitud, sino también la velocidad de la recuperación (tal como se demuestra empíricamente en el último trabajo del FMI). En el caso argentino, hay dos causas principales que explican la recesión: el "factor K" (que aumenta la incertidumbre y el riesgo de los proyectos de inversión) y la crisis mundial (que gatilló un derrumbe exportador y alimentó expectativas negativas). El creciente intervencionismo, la confrontación gratuita con el campo y la decisión de estatizar a las AFJP son claros ejemplos de cómo el "factor K" les impuso un alto costo a los proyectos de inversión en la Argentina, pues se paralizó la inversión desde el segundo trimestre (incluso antes de que recrudeciera la crisis externa). El problema es que, aun cuando el mundo comience a recuperarse en algún momento del segundo semestre de 2009, el "riesgo K" condicionará la salida de la recesión. Hoy, lo más probable es que la economía muestre una muy débil recuperación después de alcanzar un piso en el segundo o tercer trimestre de este año (claro está que este pronóstico está condicionado a que no haya un ruido político que arrastre a la economía).

El "riesgo K"
Pero además del "riesgo K", hay otro factor que condicionará la recuperación: el Gobierno se ha quedado sin instrumentos de política para apuntalar la demanda agregada y el nivel de actividad.

Si intentara ir por una suba del gasto público en el actual contexto de estrechez fiscal, corre el riesgo de no lograr el efecto buscado, ya que podría aumentar más la ya elevada desconfianza en la política K y la incertidumbre acerca del pago de la deuda pública en el futuro. Si expandiera la oferta monetaria en el contexto actual de gran debilidad de la demanda de dinero, corre el riesgo de retroalimentar la ya elevada dolarización de portafolios. Si apuntara a inducir una baja en la tasa de interés activa con amenazas a lo Moreno, el peligro es que eso no se traduzca en una suba de la demanda de crédito si es que los agentes sienten que tendrán dificultades para repagar las cuotas.

En síntesis, siempre condicionado a que no haya nuevos y groseros errores en el manejo de la economía ni sorpresas político-electorales, el escenario más probable para el segundo semestre de 2009 y 2010 es de "anemia". Por más que el mundo comience a recuperarse, no están dadas las condiciones para que la Argentina repita el boom de crecimiento del período 2003-2007, por ejemplo, a través de un shock devaluatorio. Ni tampoco alcanza con un service al modelo. La Argentina necesita un cambio de programa económico para salir de la anemia que el kirchnerismo no parece ser capaz de liderar.


abrir aquí:
Columnista invitadoSe requiere un cambio de modelo

Miguel Angel y

lanacion.com | Economía | Domingo 26 de abril de 2009


el dispreciau dice: históricamente la necedad y la mediocridad imperan en la sociedad argentina como conductas generalizadas, desde el "qué me importa" hasta el "mañana lo acomodará otro"... la clase política está sumergida en la peor de las necedades y en la peor de las mediocridades, sin excepción de partidos ni de personas... cuando la usura lidera un modelo de gestión la única consecuencia esperable es el desastre, mal que nos pese. Abril 26, 2009.-

No hay comentarios: