miércoles, 2 de julio de 2008
AHOGADO EN LA TRISTEZA
Señora Presidenta de la NACIÓN ARGENTINA: Nuestra historia está plagada de actos de barbarie. Sin embargo, nadie puede negar lo que argentina ha aportado al mundo de las individualidades, de los dones y las gracias de la vida... y ha diseminado "ilustres" por el orbe. Pero, pero... Todo confluye en una paradoja. Este conflicto, reiterativo, inexplicable, que enseña lo más mezquino de nuestro "gen" social le está imponiendo justamente a la gente (ese ente etéreo denominado sociedad argentina) un mañana inexistente, pleno de carencias, pobreza, marginación (más aún de la que hay y se niega todos los días), olvido, aislamiento. Realmente cabría preguntarse qué mueve a la clase política (la suya) a semejante desatino (seguramente no son las retenciones, ni las móviles como tampoco las fijas). Esta batalla, Señora Presidenta, aún cuando sea ganada por Usted, ya está perdida, sí, efectivamente perdida porque la sociedad ha sufrido un impacto de tal envergadura que demandará años (muchos) para salir de este cuadro clínico de estress social, en particular en el interior del país que ha quedado golpeado de una manera tal que podría casi calificarse de "muerte". Si ese era el objetivo pretendido, cabe felicitar a Usted y a sus funcionarios. Francamente lo lograron. Pero... Esta batalla, Señores de la Mesa de Enlace Agrario, aún cuando sea empatada (jamás ganada) por vosotros, ya está perdida, sí, también efectivamente perdida porque la sociedad toda (no la del campo solamente) ha sufrido un impacto de tal envergadura que demandará años (muchos) para salir de este cuadro clínico de miedo/temor/pavura social, que ha desarticulado el curso de las economías y por ende ha licuado la cadena de pagos, de una forma tal que podría casi calificarse de "muerte". Claro que los discursos enseñan otra realidad, pero la letra está tan muerta como el país. Con un PODER EJECUTIVO que desconoce la CONSTITUCIÓN y con un esquema de poderes que está cuasi dibujado para la foto y nada más que para eso. Este país, mucha de su gente, vive de la timba financiera desde los setenta. Quizás porque en ese tiempo se impuso el modelo en el mundo, no sólo aquí. Sus efectos nocivos lo sufre propiamente Estados Unidos de Norteamérica, consecuentemente el mundo globalizado, por qué nosotros nos vamos a distinguir. Por el contrario, la usura es una forma de pensamiento político que se ha adueñado de las mentes y gobierna las neuronas imponiendo "destinos" a aquellos (nos) cuya única alternativa disponible es "agachar la cabeza" ante una mentida democracia. Es más, la timba, es casi una conducta para poder sobrevivir. Observe Usted cómo y cuánto se juega y se dará cuenta que la "timba" gobierna nuestras incapacidades. Esto es lamentable. Lo es mucho más cuando la timba se impone como política de estado. Como ciudadano, humilde, relegado, que vive con lo puesto, ya no me importa si la política del ESTADO NACIONAL se apropiará de las tierras o no, si las retenciones regirán o no, si el modelo confiscatorio crecerá o no... (creo en el modelo de JESÚS: si te piden lo puesto, entrégalo) sencillamente porque el DAÑO ha alcanzado una envergadura tal, que ya no tiene regreso aunque Usted crea que sí, aunque la gente de campo entienda que se puede. Escuchaba ayer su mensaje en Tucumán, como así también el de su esposo... y me sorprende comprobar que esta terrible lección de historia, sociología, antropología, etc., no les ha dejado nada. Los veo multiplicar la apuesta hasta el exponente n (infinito) y me aterra ver que el infierno pretendido no tiene techo pero tampoco piso. Esta lección no aprendida (desde la sociedad hacia el poder político) tendrá su costo, sí. Quizás en votos. Quizás en plata. Quizás en gente desmoralizada. Quizás en sentimientos de traición. Quizás en sufrimientos. Quizás en introspecciones hacia una realidad personal más rica que aquello que se propone desde la puerta de la casa hacia afuera. De cualquier manera el daño ya es de tal envergadura que ningún resultado (sea cual fuere) recuperará las almas o enfocará los destinos. Las sociedades que reiteran sus errores van borrando sus tradiciones y van mintiendo sus valores (ARGENTINA es un ejemplo universal). Posiblemente ése sea el objetivo estratégico pretendido por Usted... ¿cómo saberlo?. Pero sí nos enseña la historia que cuando una sociedad no tiene ni tradiciones ni valores ciertos, ya no existe... porque simplemente, se ha transformado en una mentira, que no es grupo, no es cultura y mucho menos civilización. Reina la barbarie. No salgo de mi asombro. El dolor que siento me apabulla. Le mando un cordial saludo. Deseo que esté en PAZ con USTED MISMA. CERASALE, Víctor Norberto 10119347 cerasale@ciudad.com.ar
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