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- Los jóvenes hermanos agricultores Prosper y Prince Chikwara usan técnicas agrícolas con precisión en su huerta a las afueras de Bulawayo, Zimbabwe. Crédito: Busani Bafana/ IPS
- Ha sido difícil convencer a los jóvenes de que la agricultura es clave para obtener alimentos y crear empleo en África, observó el director general del Instituto de Innovación y Tecnología Aplicada (IITA), Nteranya Sanginga told IPS. Crédito: Busani Bafana/IPS
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Investigaciones buscan atraer jóvenes a la agricultura en África
África se morirá de hambre o tendrá que depender de la importación de alimentos porque no genera nuevos agricultores. La colaboración pública y privada se esfuerza por atraer jóvenes a la agricultura en este continente donde un enorme número de personas se acuestan sin cenar.
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El Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA) promueve desde hace tiempo varios programas para atraer a los jóvenes a esta actividad económica. El instituto de investigación genera innovación en el sector para atender los mayores desafíos que supone el hambre, la malnutrición y la pobreza.
“He querido que los jóvenes definan de qué se trata la agricultura, pero para ellos es esfuerzo, penuria y pobreza”, explicó el director general del ITAA, Nteranya Sanginga, al ser consultado por IPS.
En 2012, el instituto creó la iniciativa Agriemprendedor Joven, en el marco del cual se capacitan unos 60 jóvenes al año en prácticas agrícolas y empresariales en 24 centros en distintas partes de África.
Sanginga señaló que a menos que África promueva el surgimiento de nuevos agricultores innovadores, el continente quedará a merced de otras regiones para garantizar su seguridad alimentaria.
- África tiene 257 millones de personas que pasan hambre, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
- Este continente concentra 65 por ciento de las tierras cultivables sin explotar y de los recursos hídricos adecuados, pero gasta más de 35.000 millones de dólares al año en la importación de alimentos, un monto que se disparará a 110.000 millones de dólares para 2025, según el Banco Africano de Desarrollo.
- Alrededor de 237 millones de personas en África subsahariana sufren desnutrición crónica, lo que contrarresta los logros obtenidos en la erradicación del hambre y la pobreza, según el estudio “Perspectiva Regional de África sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición”, de 2019.
- El informe subraya la necesidad de acelerar las acciones para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de lograr el hambre cero, así como cumplir las metas sobre nutrición, además de las de empleo juvenil y cambio climático.
- “La agricultura y el sector rural deben desempeñar un papel clave en la creación de empleo decente para los entre 10 y 12 millones de jóvenes que se suman al mercado laboral cada año”, precisa la FAO.
Los pequeños agricultores son los que alimentan a África. La agricultura contribuye con 30 por ciento del producto interno bruto del continente, pero el sector sufre la baja productividad y la falta de inversión, así como el promedio de edad de los agricultores. No aparecen jóvenes para achicar la brecha laboral en la producción agrícola.
La agricultura tiene una imagen negativa, que no resulta atractiva para los jóvenes ambiciosos y amantes de la tecnología y que prefieren las ciudades al campo.
“Cuando proyectamos la agricultura como una oportunidad económica viable para los jóvenes, debemos decirles que es un proceso y que hay que ensuciarse las manos”, explicó Lawrence Afere, de 35 años, fundador de Springboard, una red con sede en el estado de Onda, en Nigeria, que reúne a productores y empresarios rurales conectados a través de Internet.
Springboard tiene más de 3.000 integrantes en seis estados nigerianos, quienes crían plantines y cultivan frijoles y arroz. La red les ofrece insumos y capacitación y les compra la producción para su procesamiento y dar valor agregado.
Las soluciones para hacer frente al empleo juvenil son variadas en África, pero una alternativa clave es vender la agricultura como negocio, explicó Sanginga, quien inició el “Programa de Iniciación Temprana”, que promueve estudios de la agricultura como negocio para estudiantes de primaria y secundaria a través de la participación en clubes, cursos y actividades experimentales.
IITA también lleva adelante investigaciones para poder atraer más jóvenes hacia la agricultura.
- El instituto lanzó un programa de becas gracias a un préstamo a tres años llamado “Mejora de la capacidad de aplicar la evidencia de investigaciones (CARE)”, una política que apunta a la participación de jóvenes en el negocio agrícola y en actividades rurales en África.
- El programa orientado a la acción apunta a profesionales y académicos jóvenes y estudiantes de grado en su etapa de trabajo o investigación. Los recursos económicos, que proceden del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, cubrieron 30 becas de investigación en 2019.
- El programa también ofrece oportunidades para los jóvenes mejorando la disponibilidad y el uso de evidencia para políticas inclusivas y favorables a ese sector de la población y para su participación en el negocio agrícola y en actividades rurales. La investigación dura seis meses, y los jóvenes se capacitan para generar evidencia útil para diseñar políticas públicas.
El investigador Akilimali Ephrem, becario de CARE, investiga sobre las características de los agriemprendedores en República Democrática del Congo (RDC).
Los jóvenes “subestiman el valor de la agricultura, lo que tiene que ver con nuestra cultura en RDC”, explicó Ephrem a IPS, contar sobre su investigación, “Normas sociales percibidas, capital psicológico e intenciones de los jóvenes en el agronegocio en RDC”.
“A los jóvenes les cuesta encontrar empleo, a pesar de que terminan sus estudios, y me parece que este proyecto CARE es una forma de avanzar porque busca la mejor forma de involucrarlos en el agronegocio como alternativa de empleo”, elogió Akilimali.
“Todo el mundo dice que los jóvenes deben ganarse la vida en la agricultura y el agronegocio, pero nadie se pregunta sobre qué quieren ellos o si tienen el deseo de hacerlo”, planteó.
“Probablemente tendríamos que empezar por aumentar su deseo de volcarse al agronegocio, de lo contrario vamos a apuntar a las personas equivocadas”, arguyó.
Akilimali identificó un capital psicológico, una mentalidad positiva hacia el desarrollo, como elemento clave de cualquier empresario agrícola exitoso.
- Los jóvenes africanos representan 42 por ciento de los jóvenes del mundo y 75 por ciento de las personas menores de 35 en este continente, según los datos publicados en 2019 por la Oficina de Referencia sobre Población, con sede en Estados Unidos, y dedicada a informar sobre población, salud y ambiente.
- En la jerga juvenil la agricultura no es “cool” por su asociación con largas horas de esfuerzo físico en el campo y por magros beneficios.
- La dificultad de acceder a créditos, fondos, tierras y lograr una productividad adecuada basada en la tecnología se combinan para excluir a los jóvenes de la actividad agrícola.
El mercado de alimentos y bebidas de África podría llegar a un billón (millón de millones) de dólares en 2030, según el Banco Africano de Desarrollo.
El presidente del banco, Akinumwi Adesina, considera que invertir en presentar la agricultura como beneficiosa y “cool” para los jóvenes es la solución para sacar a millones de africanos de la pobreza, además de una forma de frenar la migración a Europa en busca de una vida mejor.
Pero el investigador Jim Sumberg, del Instituto de Estudios de Desarrollo en Gran Bretaña, discrepa sobre que la agricultura sea una fórmula mágica.
Sumberg considera que se exagera la idea de que la agricultura es un vasto campo de oportunidades de negocios para los jóvenes; es para algunos, pero para otros es mucho trabajo y con pocos beneficios.
“Me parece que se abusa de la idea de que una gran proporción de jóvenes abandona las zonas rurales y/o la agricultura”, opinó. “No hay evidencias reales”, sostuvo.
“Además, ¿por qué alguien querría atraer jóvenes a un trabajo tedioso y mal pagado? ¡No tiene sentido!”, añadió.
“Es cierto que una agricultura modernizada ofrecería algunas oportunidades laborales, para jóvenes y no tanto, pero dudo que sean los millones y millones de empleos que se prometen”, arguyó
Sumberg confesó que está harto de la idea de querer cambiar la mentalidad de la gente para que crean que la agricultura es un negocio rentable. Solo podrá serlo si hay posibilidades de obtener ganancias, y por ahora hay muchas situaciones en las que no hay potencial.
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