Estadísticas polémicas
Ironías sobre el "milagro" argentino
En un seminario del FMI, economistas dijeron que el crecimiento es difícil de precisar por los datos de inflación
Martes 08 de marzo de 2011 | Publicado en edición impresa.
Martín Kanenguiser
LA NACION
WASHINGTON.- En un ambiente formal, destinado a analizar en el Fondo Monetario Internacional (FMI) la crisis global, algunos gestos generaron ayer un debate más relajado, aunque sin un auténtico tono autocrítico. El primero fue la llegada del jefe del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en jeans y sin afeitarse, para abrir el seminario del organismo que congregó a varios premios Nobel de Economía. "Me tienen que disculpar; mi avión desde Brasil se atrasó y no pude cambiarme", dijo el funcionario francés tras su gira regional, que excluyó a la Argentina.
El segundo fue que, en un auditorio dominado por los trajes grises, se destacaron los colores de los vestidos de ex funcionarias del FMI ligadas a la Argentina: Anne Krueger y Teresa Ter Minassian eligieron el violeta y el turquesa, respectivamente.
El tercero es que cuando La Nacion preguntó por qué los economistas suelen destacar el desempeño de los países emergentes en esta crisis sin incluir a la Argentina, la respuesta de los panelistas fue irónica y provocó risas en el auditorio.
Sentados en el panel sobre política monetaria, Olivier Blanchard (economista jefe del FMI), el Nobel Joseph Stiglitz y Otmar Issing (ex director del Banco Central Europeo) dejaron la respuesta a Guillermo Ortiz, el mexicano que presidió el Banco de Pagos Internacionales (BIS) en 2009 y que lidera el Grupo Financiero Banorte de su país. "La Argentina es un misterio; yo crecí educado en el catolicismo y por eso creo en los milagros. Entiendo que es inexplicable en general, pero últimamente es más difícil de entender", indicó, ante la mirada cómplice de sus pares. Ni Stiglitz, defensor de las políticas impulsadas desde 2003, habló.
Luego, Ortiz reconoció que "la Argentina está creciendo el 7% en los últimos seis años con políticas totalmente no ortodoxas". Entre los 200 asistentes, había otros premios Nobel como Michael Spence y Robert Solow y prestigiosos economistas como Edwin Truman, John Williamson, Arminio Fraga, Roberto Caballero, José Ocampo, Dani Rodrik y Jacob Frenkel. También estaban el jefe de auditores regional del FMI, Nicolás Eyzaguirre, y el director de investigación del BCRA, Jorge Carrera.
Truman, ex subsecretario del Tesoro de EE.UU., agregó que ese "milagro" se debe a que "como el cálculo de inflación oficial no es real, parece que la economía crece más". En cambio, la jefa de la Cepal, Alicia Bárcena, consideró que "la Argentina está creciendo bien, aunque tiene algunos trade off " que no ayudan. Otros asistentes simplemente consideraron que el país aún crece gracias a la fuerte recuperación tras su crisis del período 1998-2002.
Buen ejemplo o no, los panelistas admitieron que los países emergentes no enfrentan los dilemas de las naciones desarrolladas en esta etapa, que el subjefe del FMI, John Lipsky, se animó a llamar de "poscrisis", pese a las dudas que existen en torno de la recuperación global.
En el almuerzo para agasajar a los asistentes, Lipsky destacó el creciente rol del G-20 en términos de cooperación económica internacional para evitar "medidas unilaterales", como el control de capitales o las devaluaciones competitivas.
En el panel, Blanchard sostuvo que la crisis demostró que los bancos centrales no pueden estar preocupados sólo por la tasa de interés para controlar la inflación, sino que deben vigilar la estabilidad financiera. Eso, dijo Ortiz, los emergentes lo tomaron en cuenta antes, por las crisis de los 90.
Issing destacó el uso del sistema de metas de inflación en el mundo en desarrollo, y Stiglitz afirmó que los gobiernos deben estar más enfocados en lograr que el crédito vuelva a fluir para que las economías avanzadas recuperen un crecimiento robusto que, por ahora, nadie ve. "Estaban todos los incentivos para que hubiera una crisis porque no se estudió lo suficiente el crédito bancario", dijo el Nobel, usualmente crítico de las políticas del FMI. Ortiz señaló que la crisis "reflejó la creencia de que los mercados iban a ser los guardianes de la estabilidad financiera", fantasía que se evaporó a partir de 2007.
Ironías sobre el "milagro" argentino - lanacion.com
el dispreciau dice: el Fondo Monetario Internacional no tiene autoridad moral ni tampoco técnica para evaluar nada, para dictaminar sobre nada, para imponer nada... lo mismo sucede con numerosos organismos internacionales que han cultivado recetas mal diseñadas y peor evaluadas a efectos de sostener los intereses bancarios de países quebrados pero que aún sustentan sus poderes heridos pero en alto. Dicho esto, ARGENTINA es una ironía, mejor dicho una expresión brutal de cinismo e hipocresías de una clase política que, a pesar de Perón, no ha logrado aprender lección alguna y aún sustenta escudos del siglo pasado, tales como inventar enfrentamientos entre pobres, los que le facilitan el crear más y más marginación. Así las cosas, el único milagro que transita la ARGENTINA es de ser aún una nación con fronteras y bandera y seguir figurando en los mapas... Esta gestión (en su totalidad: oficialismo y oposición) tiene el mérito de haberle asegurado a la pobreza creciente, que el esfuerzo es una mentira de los dioses, que la voluntad debe ser entregada a cambio de subsidios y que trabajar es para los idiotas (como yo) ya que se puede vivir del estado cómodamente, rapiñando las voluntades y los esfuerzos ajenos. La sociedad argentina está tan confundida como las autoridades políticas y de allí que Chile y Brasil ya se ubiquen a años luz de nosotros, no como países, sí como sociedades integradas y comunidades que agregan valor (como pueden y como saben, pero lo hacen). Lamentablemente si comparamos a Argentina con Alemania, con Gran Bretaña o con Canadá descubriremos que nosotros (argentinos) estamos en la edad de piedra y retrocediendo, mientras que aquellos se alejan para conformar una nueva galaxia y enfrentar nuevos desafíos. Entonces no hay nada peor que creerse los genios de la película cuando en verdad nada indica que así sea... alcanza con apreciar las incapacidades manifiestas para tratar de recomponer un puente sobre el río Las Cañas (Salta) donde no hay voluntades y mucho menos conocimientos para hacer nada a favor de gentes acostumbradas a padecer las falencias del estado en cualquiera de sus formas... así las rutas argentinas dan pena mayor, como la 34, pero te cobran peaje por pasar sobre algo que es impresentable... y allí sería bueno imaginarse que sería de los argentinos si debiesen enfrentar una catástrofe del estilo de la de Chile 2010... allí se verificaría que los además de muertos sin recoger pasaríamos a contabilizar nuevos pobres y desamparados al mejor estilo Haití ya que el poder político está muy ocupado en depredar aquellos esfuerzos y sus otras voluntades, apenas eso. A este mundo no le sirve un Fondo Monetario Internacional como a los argentinos ya no les sirve el INDEC ni la secretaría de una Industria falaz y un comercio sustentado en lo falso... ARGENTINA sigue sin ir a ninguna parte y su gente tampoco (y esto es lo lamentable). Nuestra salida social sigue siendo Ezeiza, así como antes lo fue el puerto de Buenos Aires. Pésima imagen de nosotros mismos. Marzo 08, 2011.-
martes, 8 de marzo de 2011
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