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Productores y músicos impulsan la unión de África
- En un parque de esta ciudad sudafricana, la multitud enloqueció al escuchar el nombre del siguiente artista: Mothusi Bashimane Ndlovu, uno de los cantantes y actores más populares de Zimbabwe, quien subió con una pequeña hacha en la mano.
La herramienta caracteriza a su famoso personaje Madlela Skhobokhobo, un inmigrante zimbabwense al que le cuesta adaptarse a Sudáfrica. El cordial artista, ahora en Johannesburgo, enloqueció a los espectadores del parque Alec Gorschel, en Hillbrow, cuando entonó su éxito cómico “Bheyapeya”.
Bashimane fue uno de los muchos artistas extranjeros que animaron los festejos del Día del Patrimonio, en septiembre, organizado por Inqama, un grupo cultural de jóvenes zimbabwenses de esta ciudad.
“En nuestros espectáculos, a los que va la población local y los extranjeros, abogamos por la tolerancia. La idea es construir una África sobre la base del amor y la unidad": Mcasiseli Gwaza-Gwaza.
Es un día de unión, nueve años después de que Sudáfrica sufriera la peor violencia y expresión de xenofobia, en mayo de 2008, cuando murieron por lo menos 62 personas, miles quedaron desplazadas y la destrucción y los saqueos de propiedades ascendieron a millones de rands. Desde entonces, cada tanto se repiten episodios similares.
El intento de unir a inmigrantes con la población local en iniciativas de paz se considera casi una obligación de las autoridades y de organizaciones no gubernamentales, sin embargo, los productores y los músicos realmente le sacan jugo a esta oportunidad.
Con escasos o nulos recursos, han montado espectáculos musicales, creado grupos de fanáticos de músicos de ambos países y realizado giras, así como promueven proyectos colaborativos y reúnen a líderes tradicionales, políticos y comunitarios de ambos países.
Hay 2,1 millones de inmigrantes en Sudáfrica, según el censo de 2011, alrededor de cuatro por ciento de la población de la “nación arcoiris”.
En una conferencia sobre integración regional y tendencias migratorias de 2015, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) señaló que los datos obedecen a factores que facilitaron la migración como los laxos controles fronterizos, la larga y porosa frontera, los conflictos internos y los gobiernos disfuncionales.
Los factores que han exacerbado la migración regional incluyen la trata de personas, el narcotráfico, el tráfico de armas, el lavado de dinero y la pobreza, considerada uno de los principales responsables.
La mayor proporción de migrantes en Sudáfrica son zimbabwenses, muchos de los cuales huyeron de su país por la crisis económica y la represión política.
No sorprende entonces que músicos y productores zimbabwenses organicen espectáculos de integración.
“Lo consideramos un imperativo para que la población local y los inmigrantes se unan en espectáculos de celebración, que construyen familiaridad entre las diferentes nacionalidades y que los acercarán”, explicó Mcasiseli Gwaza-Gwaza, de Bayethe Music, una incipiente productora.
“Es común que la xenofobia estalle por los problemas que aquejan a los sudafricanos de a pie, que expresan su enfado contra los extranjeros porque, de alguna manera, creen que son la principal causa de su sufrimiento”, explicó.
“En nuestros espectáculos, a los que va la población local y los extranjeros, abogamos por la tolerancia. La idea es construir una África sobre la base del amor y la unidad. Por lo que creemos que es nuestro deber como promotores usar la música para lograr ese fin”, añadió Gwaza-Gwaza.
Bayethe Music es solo una de las muchas compañías de inmigrantes cuyas actividades reúnen a músicos zimbabwenses y sudafricanos en trabajos colaborativos. Gracias a ellos, se realizaron más de 20 canciones entre músicos de ambos países, así como numerosos festivales.
“Nuestro principal objetivo es fomentar la cooperación de base como forma de fomentar la cohesión social”, agregó Gwaza-Gwaza. “Nuestros espectáculos reúnen a una gran cantidad de gente, tanto población local como inmigrantes. También invitamos a líderes tradicionales, comunitarios y dirigentes políticos de toda África para que venga a dar mensajes sobre el concepto de ubuntu (humanidad)”, destacó.
El esfuerzo ha dado frutos.
Numerosos músicos zimbabwenses inmigrantes ahora cuentan con el reconocimiento de productores sudafricanos, con cantantes de maskandi (una música tradicional zimbabwense), como Zinjaziyamluma, Amabhukudwana, Amachwane Amahle y Insukamini, figuras permanentes en los espectáculos antes reservados a los sudafricanos.
A medida que los fanáticos se pliegan a las relaciones interculturales, músicos maskandi sudafricanos populares, como Igcokama Elisha y Khuzani Mpungose, ahora cuentan con zimbabwenses entre sus seguidores.
“Disfruto de la amistad de muchos cantantes zimbabwenses de maskandi en Sudáfrica y recibí mucho apoyo de fanáticos de ese país”, relató Manqele.
“Ese tipo de cooperación ayudó a tender puentes entre sudafricanos e inmigrantes, y la mayoría de los fanáticos están unidos como queríamos cuando iniciamos este proyecto”, relató Mlungisi Tshabalala, gerente de Zinjaziyamluma.
“Los músicos de ambos países han podido predicar la paz entre sus fanáticos de ambas nacionalidades”, añadió.
Zinjaziyamluma ha podido colaborar con diversos músicos sudafricanos como Bonakele Myeza, Mlethwa Majola, Sebedlile Ntshangase, Kaptein, Khandalenja, Zanefa Ngidi, Mshovo y Gearbox Mtshali. La mayoría de sus canciones predican la necesidad de que los africanos estén unidos.
“También logramos grandes avances pues Zinjaziyamluma tiene fanáticos en Mnambithi, KwaNongoma, Ethekwini y en Mhlathuze, en la provincia de KwaZulu-Natal”, acotó.
“También llevamos algunos de los músicos sudafricanos con los que trabajamos a Zimbabwe cada diciembre, y eso ayudó mucho a fomentar la cooperación”, añadió.
Traducido por Verónica Firme
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