sábado, 24 de mayo de 2008

LA ÚNICA VERDAD ES LA REALIDAD

Estimada Señora Senadora María Eugenia Estenssoro: Indudablemente ARGENTINA no puede ni debe apartarse de la democracia. Para ello las instituciones deben ser respetadas desde todos los ángulos sociales, pero también justo es reconocer que deben atenerse a sus roles y optimizar su capacidad de gestión, cosa que no ha sucedido ni ocurre debido a que los funcionarios políticos dependen técnicamente de opiniones personales de un solo individuo con condición de Ex-presidente pero con calidad de ejercicio virtual.
Realmente, más allá de no estar de acuerdo con la gestión cursada desde el 2001 hacia aquí, justo es reconocer que la ARGENTINA fue encontrando como salir del atolladero gracias a que al mundo civilizado no le conviene nuestra desintegración y mucho menos nuestra caida. Lo demás fue consecuencia de la casualidad de las causalidades, factor que con inocencia fue utilizado primero y luego apropiado (titularidad de la propiedad intelectual ajena) por la actual clase política gobernante que lo esgrime y lo declama como un logro propio cuando en la práctica dista de serlo.
Hoy, mientras el Gobierno desmerece nuestra condición social y se preocupa por descalificar permanente a todos los actores que piensan diferente, BRASIL y CHILE sostienen una “ocupación” de todos los espacios que la incapacidad de nuestros dirigentes les regala, cada vez en mayor volumen, cada vez con mayor intensidad.
ARGENTINA hoy está plena de pobreza y de marginalidad, las que aún cuando el INDEC y otros declaren lo contrario, alcanza con reconocer caminando por las calles de cualquier lugar del país incluyendo la propia Buenos Aires. Da pena ver que la cultura del cartón y la basura han ido reemplazando a la Argentina productiva anterior a la gestión apocalíptica de los noventa.
Si bien este mundo está sostenido por un modelo económico internacional altamente excluyente que desmantela las bases sociales al modo de un cáncer, y ya lleva acumulado dos tercios de la humanidad en condición marginal, de extrema pobreza, nuestro país (otrora una isla) se ha sumergido en un proceso vertiginoso donde los discursos declaman una bonanza que no existe, al menos no más allá de las puertas de Balcarce 50… y de algunos iluminados por el ventajerismo oportunero (neologismos de mi factura).
Este modelo político que desplaza los roles no es conducente a los tiempos que transcurrimos. No es bueno para la sociedad argentina no poder disentir, no poder reclamar, no disponer de un
PODER LEGISLATIVO pro-activo, no verse respaldado por un PODER JUDICIAL inter-activo. Todas las variables que componen el equilibrio social están desplazadas de sus respectivos ejes e invadidas por terceros roles de dudosa sustentación jurídica.
Los argentinos llevamos en nuestras espaldas las dolorosas consecuencias del paso por la función pública-política de Celestino Rodrigo, de la famosa 1050, del 1 a 1, y otros actos de barbarie que nos desajustaron dando lugar a que los intereses sectoriales supliesen a las necesidades, anulándolas.
El poder político entiende que nadie recuerda todo eso (quizás unos pocos intrascendentes e insignificantes en número). Error, grave. Las huellas de ese pasado son una carga para miles de argentinos que se cayeron del sistema impulsados por la desidia, la avaricia pero por sobre todas las cosas, por la angurria de poder y del querer figurar.
Los argentinos llevamos en nuestras almas, marcadas a fuego, los atentados de la Embajada de Israel, de la AMIA, de Río Tercero, así como el desmantelamiento productivo ejecutado bajo un plan perfectamente diseñado para colocarnos en un estado de “indignidad permanente” al que nos hallamos sometidos hoy donde la población no tiene acceso a la salud, a la educación, y desde luego debe penar por un trabajo en negro que se fabrica desde el propio poder político con la vigencia de contratos viles que denigran la condición humana.
Asistimos, Señora Senadora, a una ARGENTINA desvirtuada.
Mientras el mundo civilizado nos envía mensajes definidos y precisos, nuestra clase política en ejercicio del poder nos conduce hacia el abismo tan temido, uno nuevo, más profundo del que nos legó la gestión de los 90, de consecuencias más peligrosas que el que nos regaló la incapacidad de la alianza (con minúsculas porque no merece otra cosa), conteniendo riesgos peores a los legados por la gestión de los aventureros que ocuparon la Casa de Gobierno durante lapsos cortos y hoy pretenden darnos clases de “moral y civismo”.
ARGENTINA hoy no es otra cosa que un modelo de apropiación, de desprecio, de invasión de los derechos ciudadanos constitucionales, de olvido, de omisión, de desplazamiento de roles, de incapacidades de gestión, de mentiras acumuladas.
Lamentablemente nuestra sociedad sumida en semejante desconcierto ya no atina a construir, carece de medios, se le diezman las voluntades.
No obstante ello, entiendo como ciudadano que esta confrontación entre los sectores del campo y las decisiones inconsultas de un Gobierno que atropella, está generando una consecuencia impensada. La sociedad ha alcanzado el punto de saturación y ya no acepta estos desatinos. Esto es bueno, muy bueno. Asegura que la ARGENTINA ya no será la misma luego del 25 de Mayo de 2008, sea cual sea el resultado del encuentro de ROSARIO, al pié del MONUMENTO A LA BANDERA, sea cual sea lo que se pretenda mostrar del acto patrio en SALTA y el mensaje que emane de él. No se puede jugar con las necesidades de las gentes. No se debe.
No se puede comprar la obsecuencia facilista. No se debe.
No se puede despreciar al soberano. No se debe.
No se puede ocultar la luz del Sol con la mano.
La única verdad es la realidad, y esta fluye por todas partes a la vista del que la quiera ver, interpretar y cuantificar.
Un cordial saludo
CERASALE, Víctor Norberto

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