sábado, 29 de marzo de 2008

EN ARGENTINA 2 x 2 NUNCA FUERON = 4

Disculpe Don Huergo, no nos conocemos. He leido su nota y me ha parecido lo suficientemente seria como incorporarla al blog. Creo en la democracia verdadera, donde podemos disentir pero el pensamiento colectivo se contruye con las opiniones "ciertas" fundadas en los conocimientos y saberes de cada quien.
Sé de salud. Mi vida fue construida por y para...
No obstante llevo el campo en la sangre.
Llevo el viento en la cara y en las manos llevo las marcas de las púas galvanizadas.
No sé de producción agrícola porque el viento de la vida me llevó para otro lado, pero cada vez que puedo regreso a los horizontes lejanos.
Los necesito para nutrirme de energía.
Conozco muchísima gente de campo y hasta tengo una hija VETERINARIA por propia decisión, la MARÍA EUGENIA (alias la petisa).
La gente de campo con la que guardo vínculos tiene que ver con los que crían vacas, hacen tambo. Crían caballos. Hacen soja, trigo, maíz, girasol, y cebada, alfalfa, o lo que venga. Tienen viñedos o producen miel.
Algunos tienen extensiones regulares. Otros son de los "chicos".
Sé de sus vidas.
Por ello, don Huergo, disculpe si lo tomo de referencia. Prefiero la gente que cuando habla mira a los ojos y cuando da la mano usted siente un abrazo. No quiero tratados de economía rural porque creo en lo que he visto y vivido en mi recorrido por el mundo. Los que saben de campo saben lo que es juntar la bosta con la mano...

Carta abierta al ministro Lousteau
Héctor A. Huergo.

Estimado Ministro:

Disculpe si hago pública esta carta. Pero me parece que usted acaba de instaurar una política para el sector agropecuario que, por sus implicancias, amerita un profundo análisis. Creo que mejor hubiera sido hacer eso antes de firmar el decreto que impone las 'retenciones móviles', un mecanismo inédito que implica de hecho una verdadera confiscación de la renta rural.

La reacción del sector ha sido tan obvia como justificada, pero quizá en el fragor de la respuesta no se haya profundizado lo suficiente en los conceptos que usted planteó para sustentar la medida.

A nadie escapa el objetivo fiscalista de las nuevas reglas. Pero usted desmintió públicamente que el objetivo sea mejorar la situación de caja.

Usted, en la argumentación previa, sostiene que el objetivo de su plan es 'Detener la sojización'. ¿Usted es consciente de lo que esto implica?

La soja, curiosidad botánica hace treinta años, este año facturará 25.000 millones de dólares FOB. Y no está sola, es simplemente la abanderada de un proceso de intensificación de la agricultura que colocó de nuevo a la Argentina en el mapamundi. Pero la soja es el único producto de la economía nacional en el que la Argentina juega en primera. Se ha convertido en el primer exportador mundial de los dos productos que se obtienen a partir de ella: la harina de alto contenido de proteína, y el aceite. Se han invertido en los últimos 20 años más de 10.000 millones de dólares en puertos privados y plantas de procesamiento. Y los productores han invertido otros tantos en tractores, sembradoras, pulverizadoras automotrices, cosechadoras y camiones.

El interior se ha movido al compás de la soja. Centenares de pueblos en todo el país se mueven al compás de esta oleaginosa. Se está expandiendo la frontera agropecuaria. Surgen pueblos aletargados, como Bandera en Santiago del Estero o Charata en el Chaco. Sin hablar de la prosperidad del interior de las provincias de Córdoba, Santa Fé, con emporios como Río Cuarto, Venado Tuerto, América, Rafaela, para citar algunos ejemplos. Creo que usted no los conoce, ni se los imagina. De lo contrario, no hablaría tan livianamente de la 'sojización' como algo que debe ser frenado.

Usted atribuye a este fenómeno de 'sojización' la escasez relativa de leche y carne, e incluso señala que son actividades a las que es muy difícil volver cuando se las abandona. Le explico, si me lo permite.

Hace muchos años que la gente de campo tomó conciencia de que las vacas no hacen fotosíntesis. Esta es una capacidad que sólo tienen las plantas. Las vacas lecheras y los novillos sólo transforman en leche o carne el forraje que consumen.

Estimado Lousteau: una hectárea de maíz, con la nueva tecnología, rinde 10.000 kilos de grano. Un novillo encerrado en un corral convierte 7 kilos de maíz en uno de carne. Por lo tanto, una hectárea de maíz da 1.500 kilos de carne. Pero si en lugar de sembrar maíz, la destinamos a hacer un engorde pastoril, como el que usted propone -convengamos que acompañado por algún gobernador tan poco conocedor como sus asesores- va a lograr sólo 300 kilos de carne. Es la quinta parte, Lousteau. Lo mismo pasa con la leche. Por eso, en las tierras agrícolas de todo el mundo los animales no pastan. Están encerrados y comen los granos obtenidos en esas tierras. Esto es inexorable.

Forzar la vuelta a la Edad Media va a provocar hambre y desocupación, y se va a resentir la salud macroeconómica. Su decisión, señor ministro, es extremadamente temeraria.

Usted habló después de que los productores de soja tienen una 'superrenta'. ¿Cuál es el pecado?. Apostaron y les fue bien. Si usted necesita la plata de ellos, pídala prestada. Es lo que pasaría en un país en serio, como sus patrones se ufanan. La confiscación nos retrotrae a nuestras peores costumbres. Usted parecía diferente.

NOTA del BLOG: La POLÍTICA vigente en nuestro país es CONFISCATORIA porque detrás de ello se oculta la incapacidad para la gestión. Fíjese Usted Don Huergo, hablamos de subsidios, hablamos de pobreza, hablamos de equidad y solidaridad, pero de crear fuentes de trabajo genuino no se habla. Nuestro país está ingresando al virtualismo de las teorías de mercado que rigen en los mercados del imperio, lo tuyo es mío y lo mío sólo es mío. Mire cómo se licuaron las promesas para reconstruir Nueva Orleans después de Katrina. Pregúntele a un norteamericano de New Jersey que piensa de un texano. No sé si comprende mi mensaje.

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