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Jóvenes alzan su voz para salvar a 70 millones de niños en la pospandemia
La pandemia de covid agravó las carencias en el acceso a la educación que tenían los niños y las niñas del mundo. Los jóvenes sumaron su voz a los premios Nobel y líderes mundiales que demandan que se incorpore a la infancia vulnerable del mundo en la respuesta a esta crisis global. Foto: Naresh Newar / IPS
- Los jóvenes sumaron su voz a la campaña de premios Nobel y líderes mundiales para que al menos se asigne 20 por ciento de los fondos para la recuperación de la pandemia de la covid-19 a la infancia y adolescencia marginada.
En su intervención durante el segundo y último día de la tercera Cumbre de Participación Justa para los Niños, la joven biomédica Maisha Reza dijo que si 20 por ciento de los cinco billones (millones de millones) de dólares anunciados por el Grupo de los 20 (G20) para la recuperación de los impactos de la pandemia, se asignará a la población infantil más vulnerable, podrían salvarse más de 70 millones de vidas.
«La forma en que la humanidad responda colectivamente a la crisis hoy determinará el futuro que construimos para nuestros niños y el futuro de nuestra gente y nuestro planeta», planteó Reza, nacida en Singapur y profesora de biomedicina en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de East Anglia de Reino Unido.
La Cumbre, promovida y organizada por Laureados y Líderes Mundiales por los Niños, una organización fundada en 2016 por el Premio Nobel de la Paz 2014, el activista indio Kailash Satyarthi, se realizó el miércoles 9 y este jueves 10 en forma telemática, con participación de otros premios Nobel, así como otros reconocidos dirigentes y responsables de diferentes agencias de las Naciones Unidas.
Reza desafió a los líderes mundiales a asumir la responsabilidad de sus acciones. No deben culpar a la pandemia por los desafíos globales del desempleo, el hambre, el crimen y la violencia, entre otros. En cambio, dijo, la covid amplificó las brechas y grietas ya existentes que ya estaban sin resolver y pasadas por alto.
Citando el informe Una Parte Justa para los Niños que se ha publicado recientemente, Reza dijo que antes de estallar la pandemia, en 2018, 400 millones de niños en edad escolar primaria ya enfrentaban un acceso deficiente a una educación de calidad, lo que provocaba una falta de habilidades básicas de lectura. Además, 258 millones de niños sin escolarizar.
El informe establece además que como consecuencia directa de las medidas de confinamiento que se han extendido por el mundo este año, se cerraron los centros educativos en prácticamente todo el mundo.
Hasta la fecha, más de 160 países mantienen medidas restrictivas en el acceso a las escuelas y en el pico de la pandemia, 1600 millones, aproximadamente 91,3 por ciento de todos los estudiantes matriculados, estaban fuera de la escuela o la universidad, y la gran mayoría eran menores de 18 años.
«No es solo la covid-19 lo que exacerba la desigualdad mundial, sino que la respuesta injusta del mundo ante la pandemia, que va a profundizar la desigualdad de toda una generación», dijo Reza, una de las oradoras juveniles de la Cumbre.
Reza criticó a los líderes por centrarse más en las empresas multinacionales y dejar a los marginados y vulnerables a su suerte, y agregó que millones de niños pagarán el precio con sus vidas a menos que se tomen medidas en forma amplia y urgente.
Criticó que los jóvenes y los estudiantes deban elegir entre desarrollar su potencial educativo o contribuir al sustento de sus familias.
«Esta es una elección extremadamente injusta que tienen que tomar por las malas decisiones de los líderes mundiales», dijo.
Además, invitó a los jóvenes a hacer uso de alianzas a través de organizaciones estudiantiles, organizaciones independientes y plataformas internacionales como esta cumbre, mientras usa las redes sociales para responsabilizar a sus líderes.
Ulrich Knudsen, secretario general adjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), instó a los gobiernos a invertir en la educación y la infancia, y advirtió que sería un error no dar soporte vital a las empresas durante la pandemia.
«Es de interés para todos en la sociedad que también brindemos soporte vital a las empresas», replicó ante una pregunta crítica sobre que los gobiernos estarían danto más prioridad a las corporaciones que a las multitudes vulnerables y marginadas.
«Si no hacemos eso, la economía se romperá y tendremos aún más desigualdad que perjudicará a los vulnerables, ya sean jóvenes, niños, mujeres», subrayó.
Dijo que después de esta crisis, habría presiones competitivas sobre los presupuestos gubernamentales. Debido a que están gastando tanto ahora y que los fondos tienen que devolverse, los gobiernos se enfrentarán a prioridades contrapuestas, como las personas mayores, el cambio climático y el reembolso de préstamos.
«Pero existen indiscutibles beneficios de mantener abiertas las escuelas», dijo.
Mientras aplaudía a los jóvenes por tomar la iniciativa para garantizar que sus voces sean escuchadas, Knudsen instó a los gobiernos a crear un entorno político propicio para atender estos problemas.
«Si no tienes acceso a una computadora, estás completamente perdido durante una crisis como esta. Está la desigualdad económica y luego está la brecha digital, tenemos que abordar ambas», dijo.
Edvardas Vabuolas, de la Oficina Organizadora de Sindicatos de Estudiantes de Escuelas Europeas, abordó el problema de la brecha digital al indicar que la pandemia demostró cuanto limita el acceso a la educación de millones de niños por la falta de acceso a interner y de dispositivos de computación o telefonía inteligente.
La lideresa indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992, agregó que era hora de hablar de tecnología porque, durante la pandemia se había comprobado que era una gran brecha en el acceso a la educación desde la primera infancia. Además, pidió que los sistemas educativos sean multilingües y bilingües.
«Los presupuestos tienen que dedicarse a la educación», insistió.
Durante su intervención, Menchú también resaltó críticamente que muchos gobiernos habían usado las cuarentenas y toques de queda para contener la pandemia para tomar medidas autoritarias.
Para la lideresa indígena, además de evitar la desigualdad en la respuesta pospandemia, los gobernantes deben ponerse el lente de la diversidad y así no dejar a nadie atrás, al contrario de lo que ha pasado en las grandes crisis anteriores.
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