Victor Norberto (el dispreciau):
Sí, es una obviedad, se diría que una idiotez, ¡es evidente que abortar y matar es lo mismo!
Pero eso es justamente lo que quieren ocultar aquellos que se lucran matando embriones humanos.
Los abortistas y los dueños de los abortorios tratan de blanquear su sucio negocio intentando que jamás se relacione el hecho de abortar con el hecho de la muerte.
Y para ello borran la palabra aborto, que sustituyen por la animalada de “interrupción” voluntaria del embarazo, y jamás entran en consideraciones acerca del destino final del embrión que matan.
De hecho, junto al borrado del término aborto, también borran al embrión. Tratan de eliminar así todo rastro de humanidad, ni siquiera lo nombran porque su objetivo es deshumanizarlo, convertirlo en menos que una cosa. En nada.
Y si no es nada, ¿qué problema hay en suprimirlo?
Y así, construyendo semejante embuste, eliminando los nombres de lo que hacen, pretenden que la suya es una actividad estupenda, un avance para la sociedad y un derecho fundamental de la mujer.
Frente a los que hablan de “aborto seguro”, ese supuesto argumento para justificar la aprobación de leyes de exterminio de fetos humanos, y frente a quienes animan a abortar a mujeres que no están decididas con la excusa de que “ahora es muy seguro y tienes todas las garantías”, la realidad surge tan oscura como trágica:
“Volvió a casa con la ayuda de otra amiga que no aprobaba que hubiera abortado, pero que no la dejó sola en el trance. A las 24 horas se desató un shock septicémico. Los abortistas se habían dejado partes de su bebé en su interior, facilitando una infección que casi le cuesta la vida.”
Hoy comparto contigo en exclusiva el testimonio de Belén, la protagonista de esta historia.
Belén ha aprendido duramente que “todos los métodos que se utilizan para matar el bebé en los diferentes tiempos del embarazo no son seguros”.
El testimonio de Belén surge de la última atrocidad puesta en circulación por el negocio del exterminio de seres humanos: el aborto domiciliario, a la carta, como quien pide una pizza.
“En un momento tan particular como el que estamos viviendo con el coronavirus, con los hospitales prácticamente cerrados porque lo único que se atienden son casos de urgencia, se utilizan estos medios para poder llegar a chicas que están desesperadas y darles esta droga para que abortan desde sus casas.”
En el enlace que te dejo abajo podrás leer la entrevista de Belén y también un video en el que narra su propia experiencia y habla acerca de los que se enriquecen a base de acabar con la vida de seres humanos.
La semana Actuall
(el dispreciau) dice: todo lo relacionado con la muerte de un ser humano a manos de terceros, está directamente vinculado con la "calidad" de la persona que lo ejerce... un aborto es un asesinato... mayo 23, 2020.-
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