Bolsonaro, el nuevo amigo de Israel
Netanyahu felicita al presidente electo por el anuncio de trasladar la Embajada de Brasil a Jerusalén
Jerusalén
El presidente electo de Brasil, Jair Bolosnaro, en Río de Janeiro. SILVIA IZQUIERDO AP
Al bautizarse de nuevo en las aguas del río Jordán, Jair Bolsonaro mostró hace dos años su acercamiento a la comunidad evangélica, un culto cristiano conocido por su apoyo al Estado de Israel que suma más de 40 millones de fieles en Brasil, donde también viven unos 100.000 judíos. Poco después de que las urnas le convirtieran en presidente electo del mayor país de América Latina, el exmilitar ultraderechista ha confirmado que cumplirá su promesa electoral de trasladar la Embajada brasileña a Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu,felicitó en la noche del jueves a Bolsonaro por haber seguido los pasos del presidente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, y del de Guatemala, el cristiano evangélico Jimmy Morales, los dos únicos países que han sacado su legación diplomacia de Tel Aviv, donde siguen el resto de las embajadas. Paraguay dio marcha atrás y cerró su representación en Jerusalén tras el cambio en la presidencia en Asunción.
“Es un paso histórico, justo y entusiasta”, se ufanó de inmediato Netanyahu a través de Twitter. “Israel es un Estado soberano y debemos respetar sus decisiones”, acababa de tuitear el presidente electo para reiterar su compromiso de campaña de trasladar la Embajada a la Ciudad Santa. Bolsonaro cuestiona así un consenso internacional de siete décadas, que fue roto por Trump en diciembre del año pasado al reconocer a Jerusalén como capital de Israel. La comunidad internacional ha sostenido en repetidas resoluciones de Naciones Unidas que el estatuto final de la ciudad —cuya parte oriental es reclamada por los palestinos como la capital de su futuro Estado— solo puede establecerse tras un acuerdo de paz definitivo entre ambas partes.
El excapitán del Ejército brasileño, que ratificó su voluntad de trasladar la legación diplomática horas más tarde en una conferencia de prensa, ya había anticipado sus planes en una entrevista concedida a Israel Hayon, el periódico más cercano a Netanyahu entre los medios hebreos. “Si ustedes deciden cuál es tu capital, nosotros tenemos que actuar en consecuencia”, argumentó. El primer ministro israelí tiene la intención de asistir en enero a la toma de posesión de Bolsonaro, quien a su vez prevé que el Estado hebreo sea el destino de uno de sus primeros viajes internacionales.
El presidente electo también había adelantado en la entrevista con el diario hebreo que Israel podrá contar durante su mandato con el voto de Brasil en la ONU, y apuntó a que el nivel de la representación diplomática ante la Autoridad Palestina debería ser rebajado. “Palestina necesita ser un Estado para poder tener derecho a contar con una embajada”, advirtió. Bajo la presidencia de Luis Inázio Lula da Silva, el Gobierno de Brasil reconoció en 2010 a Palestina como Estado dentro de las fronteras anteriores a 1967, cuando Israel ocupó militarmente Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este.
La sucesora de Lula en el cargo, Dilma Rousseff, ordenó la retirada del embajador brasileño en Tel Aviv durante la guerra de Gaza de 2014. Dos años después negó el plácet diplomático al embajador en Brasilia nombrado por Netanyahu. Se trataba del antiguo dirigente de los colonos judíos Dani Dayan, residente también en un asentamiento. Las administraciones presidenciales del Partido de los Trabajadores mantuvieron durante más de 12 años una política de condena en los foros internacionales a la ocupación israelí de territorios palestinos.
Durante su campaña electoral, Bolsonaro sacó a la luz sus buenas relaciones con el Estado judío. Recordó que en una visita a Israel el ministro de Agricultura, Uri Ariel, le había propuesto proporcionar a las regiones áridas brasileñas la puntera tecnología de riego ideada por técnicos israelíes. Al ser preguntado este jueves por la prensa en Río de Janeiro por las consecuencias sobre las exportaciones agropecuarias que puede acarrear su decisión de trasladar la embajada, según ha informado Efe, replicó: “Tenemos un gran respeto por el pueblo israelí y el pueblo árabe. No queremos problemas con nadie. Queremos comerciar con todo el mundo y buscar soluciones pacíficas para resolver los conflictos”.
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