Israel intercepta un segundo barco de la flotilla con ayuda humanitaria a Gaza
Los 12 ocupantes de la nave, entre ellos dos españoles, conducidos al puerto de Ashdod
Jerusalén
FOTO: Barco 'Freedom' de la Flotilla de la Libertad, en una imagen de archivo. / VÍDEO: Mensaje del segundo oficial del barco, Francisco Canales. TWITTER DE RUMBO A GAZA (EUROPA PRESS) / EPV (TWITTER)
La Marina de Guerra israelí ha interceptado en la madrugada de este sábado el velero sueco de 21 metros de eslora Freedom (Libertad, en inglés), el segundo barco capturado que participaba en una flotilla con ayuda humanitaria para Gaza cuando se encontraba a unas 40 millas náuticas (74 kilómetros) de las costas de la Franja palestina. Los 12 ocupantes de la nave, entre ellos dos españoles, han sido conducidos al puerto de Ashdod, 40 kilómetros al sur de Tel Aviv, desde donde serán previsiblemente deportados tras ser interrogados. El pasado domingo, la Armada hebrea aprehendió a 50 millas náuticas del enclave la nave de bandera noruega Al Awda (El Retorno, en árabe), a bordo del que viajaban 22 personas entre tripulantes y pasajeros, incluidas dos enfermeras españolas que han sido expulsadas de Israel a lo largo de esta semana.
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En un comunicado difundido a primera hora de la mañana del sábado, las Fuerzas Armadas aseguraron haber completado “una operación para interceptar un barco procedente de Europa que intentaba violar el bloqueo naval legal impuesto a la franja de Gaza (…) de conformidad con la legislación internacional”. Los responsables militares sostienen que “cualquier tipo de envío humanitario debe ser transferido a Gaza desde el puerto de Ashdod”.
Las aguas territoriales se extienden hasta las 12 millas náuticas, más una zona contigua equivalente de inspección. Israel interpreta que el derecho marítimo le permite abordar los navíos que lleven rumbo de intentar romper el bloqueo. El Gobierno de Noruega ya ha exigido explicaciones a Israel sobre las razones legales para la operación de interceptación del Al Awad, informa Reuters.
El Freedom, que partió de Estocolmo el pasado 15 de mayo, transportaba material sanitario y medicamentos para los hospitales del enclave costero palestino. La iniciativa de solidaridad Rumbo a Gaza, que participa en la organización de la flotilla que intentaba sortear el cerco marítimo, aseguraba en su cuenta en Twitter que los ocupantes del velero fueron “asaltados en aguas internacionales y secuestrados y encarcelados por Israel por intentar romper el bloqueo para llevar suministros médicos”.
En la misma red social, el concejal de la Agrupación de Electores de Alajar (Huelva) Francisco Canales, que navega en el velero sueco, pide ayuda en un vídeo grabado antes de la intervención israelí para que se proporcione asistencia consular a los detenidos. Junto a él viajaban activistas propalestinos de nacionalidad sueca, alemana, francesa y canadiense, así como los periodistas británicos Richard Sudan e Ian Díaz Young, que también cuenta con pasaporte español, vinculados a canales de televisión iraníes en inglés y castellano.
Un tercer barco, el Falestine (Palestina, en árabe) participa también la edición de este año de la flotilla de ayuda humanitaria a Gaza. En 2010, el transbordador estambulí Mavi Marmara (Mármara Azul, en turco) fue abordado por comandos navales israelíes junto a otras embarcaciones en una operación que se saldó con 10 muertos, todos ellos de nacionalidad turca, y decenas de heridos. El incidente forzó la congelación de las relaciones entre los Gobiernos de Turquía e Israel, que no volvieron a normalizarse hasta 2015, tras el pago de una indemnización a las víctimas por parte del Ejecutivo hebreo.
Israel impuso hace un decenio el bloqueo terrestre y naval a Gaza después de que el movimiento Hamás se hiciese con el control de la Franja por la fuerza de las armas en 2007. Los islamistas habían ganado con claridad las elecciones legislativas celebradas el año anterior, frente al Gobierno palestino controlado por el partido nacionalista laico Fatah, encabezado por el presidente Mahmud Abbas. Tanto Israel como Estados Unidos y la Unión Europea califican como grupo terrorista a Hamás, que se niega a reconocer a Israel y rechaza los Acuerdos de Oslo, que sentaron las base para la creación de la Autoridad Palestina.
La situación humanitaria de los dos millones de palestinos confinados en los 360 kilómetros cuadrados del enclave costero se ha agravado a consecuencia del largo bloqueo, al que se ha sumado Egipto tras el golpe militar de 2013 contra el Gobierno de los Hermanos Musulmanes, aliados ideológicos de Hamás. Las tres guerras libradas por Israel y las milicias islamistas gazatíes entre 2008 y 2014 se saldaron con miles de muertos y heridos y arruinaron infraestructuras vitales para la economía. Dos terceras partes de la población sobrevive gracias a la ayuda internacional en un territorio donde tasa de desempleo roza el 45% de la población activa, la electricidad apenas llega a los usuarios cuatro horas al día y el 90% de los acuíferos están contaminados. Naciones Unidas prevé que la Franja dejará de ser habitable en 2020.
Una cuarta guerra no declarada se ha vivido desde el pasado 30 de marzo en la frontera gazatí en una ola de protestas contra el bloqueo y por el derecho al retorno de los refugiados expulsados de sus tierras tras el nacimiento de Israel, hace ahora 70 años. Más de 150 manifestantes palestinos han muerto desde entonces por disparos de los francotiradores -–el último un chico de 15 años el pasado viernes–, y otros 17.000 han resultado heridos, 600 de ellos por impactos de bala que han causado decenas de amputaciones y lesiones graves.
Los principales responsables de Hamás están negociando con mediación egipcia un alto el fuego permanente con Israel, según informa la agencia Efe desde El Cairo. El Gobierno de Egipto ofrece la reapertura del paso fronterizo de Rafah, que enlaza en el sur de la Franja con la península del Sinaí y solo abre sus puertas de forma esporádica, para suavizar las consecuencias del bloqueo. El Gobierno del presidente Abdelfatá al Sisi intenta reactivar también el acuerdo alcanzado el pasado octubre entre Hamás y Fatah en El Cairo para devolver el control de la Administración en Gaza a la Autoridad Palestina.
En Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu sigue con atención los progresos de la mediación egipcia entre las facciones palestinas, y ante un eventual acuerdo de hudna (tregua, en árabe) de larga duración que ponga fin a la tensión incontrolada que se vive en la frontera de Gaza desde hace más de cinco meses. Este mismo sábado, la aviación de combate israelí ha atacado a un grupo de palestinos que estaba enviado desde la Franja globos incendiarios para causar fuegos en zona agrícolas de “kibutzs” (granjas colectivas) cercanos. Netanyahu, que tenía previsto viajar a Colombia a partir del lunes, ha cancelado la visita oficial y ha convocado una reunión de emergencia del Gabinete de Seguridad israelí el domingo, tras el fin de semana judío, ante las expectativas de pacto de alto el fuego. El enviado especial de la ONU para el Proceso de Paz en Oriente Próximo, Nickolay Mladenov, ha desvelado en Twitter que Naciones Unidas y Egipto se están esforzando en la mediación para rebajar la tensión. “El diablo está siempre en los detalles”, admitió el diplomático búlgaro, “pero estamos avanzando en interés de la paz”.
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