“Las amenazas contra la seguridad de Europa no están decayendo”
El comisario de Interior, Dimitris Avramopoulos, cree que los estados miembros compartirán cada vez más información
Bruselas
El comisario de Interior, Dimitris Avramopoulos. COMISIÓN EUROPEA
Dimitris Avramopoulos (Atenas, 1953), tiene probablemente la cartera más candente hoy día en Bruselas. El comisario de Migración e Interior lidia con la división de los Estados miembros en materia migratoria, que ha obligado a improvisar en dos ocasiones el reparto de rescatados del Aquarius. A ello suma su faceta de titular de Interior, donde la coordinación entre policías europeas y la lucha contra el terrorismo ocupan un lugar destacado. Dice que se sintió "impactado y muy triste" el día de los atentados de Cataluña, pero que desde ese día Europa se ha unido con más fuerza para luchar contra el terrorismo en todos los frentes. "No nos dejaremos intimidar", asegura. Pero advierte, la amenaza sigue ahí: "Nadie puede prometer que los ataques nunca volverán a suceder".
Pregunta: Tras los ataques de Barcelona dijo que si los países europeos compartieran más información podrían haberse salvado vidas. Un año después, ¿qué progresos se han hecho?
Respuesta: Cada vez hay más consenso sobre la necesidad de compartir más información entre Estados miembros y asegurarnos de que nuestros servicios de información se comuniquen entre sí. Los terroristas actúan a través de las fronteras. Y para combatirlos tenemos que hacer lo mismo. Por eso propusimos hacer interoperables nuestros sistemas de seguridad, fronteras y migración. Para que los guardias fronterizos, los funcionarios de aduanas y las autoridades policiales puedan seguir fácilmente las pistas. En el futuro, gracias a nuestro sistema de entrada y salida y nuestro sistema de Información Schengen actualizado, los guardias fronterizos podrán detectar si alguien está fichado como potencial terrorista o está usando una identidad falsa, y lo más importante: podrán evitar su entrada en la UE.
P: Pese al reciente ataque de Londres, en los últimos meses el número de atentados en Europa ha disminuido. ¿Podemos estar más tranquilos?
R: Es cierto que la cantidad de ataques ha disminuido. De hecho: de todos los planes de atentados que conocimos el año pasado, dos tercios fueron abortados antes de que fuera demasiado tarde. Europa ha mejorado en la prevención de los ataques. Hemos recorrido un largo camino. Años atrás, los Estados miembros no confiaban entre sí lo suficiente como para cooperar en seguridad y compartir información. Además, ciudades y países de toda Europa han tomado medidas para proteger sus espacios públicos con el apoyo de la Comisión Europea. Pero nadie puede prometer que los ataques nunca volverán a suceder. El reciente ataque en Westminster, a pesar de que todavía se está investigando, muestra que las amenazas contra nuestra seguridad no están decayendo. Debemos continuar un paso por delante de aquellos que intentan lastimarnos.
P: Los partidos populistas vinculan migración con terrorismo. ¿Qué se puede hacer frente a este discurso?
R: Creo que ese es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos: el populismo y la xenofobia están instigando y alimentando los miedos de nuestros ciudadanos, y utilizan la migración y la amenaza terrorista para eso, preferiblemente mezclando ambas. Aunque sabemos que ha habido casos de infiltración terrorista en la ruta migratoria y solicitantes de asilo que no han logrado protección se han radicalizado, tenemos que ver la realidad: la mayoría de los que llegaron a Europa en 2015 y 2016 huyeron precisamente de la persecución, la guerra y el terrorismo. Debemos responder a las preocupaciones de nuestros ciudadanos y trabajar en una política migratoria justa pero estricta que continúe ofreciendo protección a quienes la necesitan y que devuelva a sus países a quienes no tienen derecho a quedarse. Sea para gestionar la migración o para luchar contra el terrorismo, lo cierto es que solo podemos hacerlo juntos, no aislados. Encerrarnos en nuestros países y comunidades no nos ayudará.
P: El Estado Islámico asumió el atentado de Barcelona. ¿Representa la misma amenaza para Europa ahora que hace un año?
R: Daesh está perdiendo cada vez más terreno. Pero aún no ha perdido la batalla de las ideas, especialmente en Internet, donde la propaganda terrorista continúa intentando ganarse los corazones y mentes de jóvenes influenciables. Hace tres años nos asociamos con compañías clave de Internet como Google, Twitter y Facebook para luchar contra el terrorismo en la Red. Después del verano intensificaremos nuestros esfuerzos en la lucha contra esta amenaza, y la Comisión propondrá leyes para garantizar que el contenido terrorista se elimine de forma efectiva y rápida de Internet en toda la UE. También debemos estar preparados para afrontar el desafío del regreso de los combatientes terroristas extranjeros y sus familias. Si bien es principalmente una competencia nacional que abarca desde la reintegración y la desradicalización hasta un enfoque penal, la UE apoyará a los Estados miembros en sus esfuerzos.
P: ¿Los lobos solitarios son la principal amenaza?
R: Uno de los mayores desafíos es la radicalización dentro de nuestras sociedades. Hay individuos que pueden radicalizarse sin salir de su barrio o de su habitación. Debemos abordar esto de dos formas. Por un lado, tenemos que evitar la radicalización en las escuelas, los barrios, los clubes deportivos y las cárceles, además de en Internet, por supuesto. Por otro, tenemos que impedir a cualquier potencial atacante acceder a armas de fuego, explosivos y dinero mediante el intercambio de información entre las fuerzas del orden y los actores locales. Aunque hay que reconocer que es difícil predecir o prevenir el ataque de un lobo solitario, ya no es imposible.
P: ¿Es sencillo para un terrorista conseguir armas hoy en la Unión Europea?
R: Gracias a las nuevas normas de la UE, ahora es mucho más difícil comprar y ser dueño de armas de gran calibre. Por ejemplo, ciertas armas de fuego semiautomáticas peligrosas se han prohibido para uso civil. También hemos reforzado las normas sobre desactivación y reactivación o conversión de armas de fuego, así como las garantías de que las armas de fuego desactivadas quedan irreversiblemente inutilizables, de modo que ya no puedan activarse y volver a emplearse como sucedió en los ataques terroristas de París. Nuestras nuevas normas también mejoran la trazabilidad de las armas y el intercambio de información.
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