sábado, 4 de noviembre de 2017

La rápida urbanización de Cachemira entierra a la agricultura

La rápida urbanización de Cachemira entierra a la agricultura



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La rápida urbanización de Cachemira entierra a la agricultura

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Las nuevas construcciones avanzan incesantes en el área de Shalteng, en la Cachemira india, donde la gente abandonó la agricultura y venden sus tierras para proyectos de desarrollo. Crédito: Umer Asif/IPS.
Las nuevas construcciones avanzan incesantes en el área de Shalteng, en la Cachemira india, donde la gente abandonó la agricultura y venden sus tierras para proyectos de desarrollo. Crédito: Umer Asif/IPS.
SRINAGAR, 2 nov 2017 (IPS) - En el central distrito de Ganderbal, en el estado indio de Cachemira, Javaid Ahmad Hurra, de 40 años, recuerda claramente la otrora exuberante y verde aldea donde pasó su infancia, que poco a poco se convierte en una selva de cemento con construcciones que dominan el paisaje.
Al pasar por una zona donde se construyen casas nuevas, Javaid comentó que antes había un arrozal. “Ahora se construyeron colonias residenciales y nadie planta más”, comentó a IPS.
Javaid no es el único testigo de la urbanización despiadada en zonas agrícolas de este norteño estado de Jammu y Cachemira. Por la rápida urbanización y el uso no planificado de la tierra, el valle de Cachemira pierde la mayor parte de sus tierras cultivables, según un documento estadual sobre el uso de la tierra.
"La forma más fácil de hacer dinero para la comunidad agrícola de Cachemira es vender la tierra o convertirla en estructuras comerciales de concreto”: Ghulam Nabi Dar.
El informe de 2016 señala que todos los años, el valle de Cachemira pierde en promedio 1.375 hectáreas de tierras cultivables por la rápida construcción de infraestructura comercial, hornos de ladrillo, colonias residenciales y complejos comerciales.
En los últimos 16 años, la región perdió 22.000 hectáreas de tierras cultivables, según el Departamento de Agricultura. La encuesta realizada por el Departamentos reveló que las tierras cultivables menguaron de 163.000 hectáreas, en 1996, a 141.000, en 2012.
Este es un estado montañoso con una superficie de 101.387 kilómetros cuadrados del lado de India, donde viven unas 12,5 millones de personas con una densidad de 124 personas por kilómetro cuadrado, según el censo de 2011. La cobertura forestal cubre 20 por ciento del territorio.
La agricultura desempeña un papel destacado en la economía de esta región del Himalaya, con alrededor de 70 por ciento de su población rural y que dependen directa o indirectamente de la agricultura.
“El gobierno no toma medidas serias para preservar las tierras cultivables aquí, por lo que las estructuras de concreto ocupan lugares que solían ser arrozales hace 10 o 20 años”, dijo Yasir Ahmad, investigador de la Universidad de Cachemira, a IPS.
Un estudio económico de 2016 señala que la producción local de granos no cubre la demanda, y que la producción de los principales cultivos como arroz, maíz y trigo no han crecido en estos años.
“Además, las posibilidades de aumentar el área neta cultivada es muy limitada y los terrenos se reducen por el constante resquebrajamiento del sistema de familias conjuntas, la creciente urbanización y la explosión poblacional”, detalla.
El estado afronta un déficit de producción agrícola, y se importan granos de otras partes de India, concluye el estudio.
Javaid Ahmad Hurra en su pequeña huerta en la zona de Ganderbal, en el centro de la Cachemira india. Crédito: Umer Asif/IPS.
Javaid Ahmad Hurra en su pequeña huerta en la zona de Ganderbal, en el centro de la Cachemira india. Crédito: Umer Asif/IPS.
Y la situación en el terreno es peor que lo que describe el gobierno, puntualizó Yasir Ahmad. Estudios independientes han revelado que el área neta cultivada en Cachemira actualmente es apenas de siete por ciento, y la tierra cultivable se redujo 30 por ciento.
El agricultor Ghulam Nabi Dar, de Baramulla, en el norte de este estado, dijo a IPS que la razón básica de la disminución de las tierras cultivables en el valle es la desesperación de los agricultores.
“No hay mercado para el arroz en Cachemira y el gobierno no ofrece a los agricultores la infraestructura para la irrigación como debería. La forma más fácil de hacer dinero para la comunidad agrícola de Cachemira es vender la tierra o convertirla en estructuras comerciales de concreto”, explicó Dar.
Según una encuesta realizada este año por la Universidad de Ciencias Agrícolas, la urbanización y la rápida construcción en los arrozales tuvo grandes consecuencias para el sector agrícola de esta región.
El aporte de la agricultura al producto interno bruto de la región disminuyó 11 por ciento en 12 años. El estudio revela que durante el año fiscal 2004-2005, esta actividad contribuyó a 28 por ciento del PIB de Cachemira, pero ahora cayó a 17 por ciento.
Según el estudio, la conversión de tierras cultivables en colonias residenciales y complejos comerciales resultó en la caída en picada del empleo. La del sector agrícola de Cachemira disminuyó de 85 por ciento, en 1961, a 28 por ciento, en la actualidad.
El fruticultor Javaid Ahmad Hurra comentó que el cambio climático también tuvo grandes consecuencias en Cachemira. Las lluvias fuera de temporada y la nieve tardía golpean duro al sector, y se registran pérdidas todos los años.
Javaid tiene una pequeña huerta de dos hectáreas, en la que cultiva manzanas y vende fruta. Antes trabajaba en un arrozal, pero se pasó a la horticultura con la esperanza de obtener más ganancias. Pero estas han sido bajas en los últimos cinco años y también planea vender su terreno para comenzar otro negocio.
El año pasado, hubo una prolongada sequía en el valle de Cachemira en los peores meses del invierno. El nivel de los ríos disminuyó, lo que causó escasez hídrica y problemas en la central hidroeléctrica de la región.
Un informe de Action Aid sobre cambio climático, de 2007, señala que la temperatura promedio aumentó 1,45 grados centígrados en Cachemira, y 2,32 grados, en Jammu.
La nevada fuera de temporada ocasionó grandes pérdidas a los agricultores de la comunidad de Cachemira, que todavía no se había recuperado de las violentas protestas que duraron cinco meses en 2016 y de las devastadoras inundaciones de 2014, recordó Javaid en marzo.
“Los agricultores ahora ven una forma fácil de hacer dinero. Venden una hectárea de tierra cada año y llevan una vida de confort. ¿Por qué querríamos sufrir pérdidas y no ganar nada?”, preguntó.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) busca activamente su visión para sistemas de producción agrícola sostenible en el mundo y se concentra en formas de asegurar la transición a prácticas sostenibles.
La FAO se concentra en gestionar los riesgos ecológicos, sociales y económicos asociados con los sistemas de producción agrícola, como plagas, enfermedades y cambio climático.
También se dedica a identificar y mejorar el papel de los servicios de ecosistemas, en particular en términos de sus consecuencias en el uso eficiente de los recursos y la respuesta a los riesgos, así como su contribución a la conservación del ambiente y en facilitar el acceso a la información necesaria y a la tecnología.
Sin embargo, el agricultor Ghulam Nabi Dar, de Budgam, en el centro de Cachemira, todavía tienen esperanzas de que reviva el sector.
“Necesitamos un mercado adecuado para la agricultura y también un sistema de irrigación adecuado, que ahora no hay. Si viniera una agencia internacional e introdujera la última tecnología y estrategias, el sector tendría una nueva vida”, dijo Dar a IPS.
Traducido por Verónica Firme

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